Por Víctor Hugo Arteaga*

La carrera electoral por el estado de Veracruz, el cuarto mayor padrón electoral del país, se avecina como “la madre de todas las batallas”, con un oficialismo desbordado en el apoyo a Rocío Nahle, quien es duramente atacada por el equipo de campaña del candidato opositor José Yunes Zorrilla, un impresentable del priisimo nacional.

José Yunes Zorrilla el candidato a la gubernatura de Veracruz, es íntimo amigo de Luis Videgaray, uno de los principales colaboradores de Enrique Peña Nieto, y quien fue, digamos, el jefe político de aquella supuesta generación dorada de la fotografía famosa de 2012 con los “nuevos talentos” del tricolor.

En esa famosa foto aparecían Javier Duarte (en prisión), César Duarte (en prisión), Beto Borge (en prisión), Rodrigo Medina (en proceso penal), además de otros tristemente célebres representantes de ese ente político.

Hoy José Yunes Zorrilla se vende como el “redentor” de la política veracruzana, capaz de sacar del Palacio de Gobierno en Enríquez Sin Número, a Cuitláhuac García Jiménez y a todos los miembros de ese movimiento.

Pero a José Yunes, a quienes sus amigos le dicen Pepe, se le olvida que proviene de un partido que se encuentra en proceso de morir y rumbo al cementerio, políticamente hablando.

Se le olvida que cuando pudo hacer cambios desde el Senado y desde la Cámara de Diputados a nivel federal, prefirió siempre ponerse del lado de los intereses personales y de grupo, y no de todos los veracruzanos que esperaban grandes cambios a partir de su llegada como congresista.

De una personalidad gris, al igual que sus campañas políticas, que no prenden y que nunca han gustado por la tibieza con la que suele manejarse José Yunes, pocos realmente creen que pueda ganarle a Rocío Nahle, la candidata morenista, que cuenta con todo el aparato presidencial, pero también con grandes operadores a nivel local como Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

A José Yunes se le liga con el peor gobernador que Veracruz ha tenido en su historia, Javier Duarte de Ochoa, se le liga directamente con Enrique Peña Nieto, con Luis Videgaray, con Aurelio Nuño, con Emilio Lozoya Austin, el exdirector de Pemex, así como a verdaderos pillos priistas de Veracruz y de México.

Desde su posición acomodada de nacimiento, José Yunes Zorrilla siempre ha sido un júnior, cuyo padre en extremo trabajador se dedicó amasar una gran fortuna, que puso a disposición de sus hijos desde Perote.

Yunes Zorrilla realmente nunca ha tenido hambre, ni de pequeño, pero tampoco de político, perteneciendo a una clase que se fue jalando hasta llegar a los encargos públicos.

En la campaña en la que fue candidato a Gobernador en 2018, él y su partido fueron lanzados hasta el tercer lugar con poco más de 500 mil votos, que representó el 13% de la votación y con lo que el pueblo veracruzano demostró el hartazgo que tenían contra el PRI.

Hoy José Yunes Zorrilla se volvió a aliar con otro impresentable de la política mexicana, el presidente nacional del PRI, “Alito” Moreno, quien lo ungió como candidato a la gubernatura de este 20024.

De no ser por “los otros Yunes”, los de Boca del Río, que reaparecieron en la escena política veracruzana, la campaña de Pepe Yunes estaría realmente por los suelos.

Los “otros Yunes”, los de Boca del Río, han mostrado que son buenos operadores en el nuevo milenio veracruzano, pero nada garantiza que logren arrastrar tras de sí a la rémora de la política local. Definitivamente, la personalidad, la campaña tan guanga y las relaciones nacionales de José, no hacen creer que pueda llegar a la gubernatura de su estado.

La estirpe priista de ese estado no tiene nada de buenas cuentas que ofrecer a los electores y parecería que las supuestas encuestas que lo ubican en empate técnico con la candidata morenista, sólo son fantasías en su cabeza.

El ejemplo de bajeza y de pésima estrategia de Yunes y su equipo de campaña, fue el robo de un reportaje firmado por este columnista hace cuatro semanas, que fue publicado en el año 2022, en el que investigué y di cuenta de los malos negocios en su momento de los familiares y cercanos a Rocío Nahle en la construcción de Dos Bocas.

Con una maldad y poca creatividad inusitadas, retomaron mi reportaje y lo promovieron en redes sociales, en whatsapp, como si fuera un trabajo reciente, dándole a entender a los veracruzanos que era información reciente.

Se les olvida que siempre hay una dirección IP, que cada movimiento que sucede en la web y en las redes deja huella digital y es fácil saber el origen de una cadena pagada para hacer viral un tema.

Y bueno, si el equipo de la oposición veracruzana tiene esos alcances, entonces no merece volver a ser votado, porque ha demostrado que no aprendió la lección que el maduro, electoralmente hablando, pueblo de Veracruz les dio hace ocho años y que los llevó a casi desaparecer del mapa político en la entidad y en el país.

Contacto:

*Víctor Hugo Arteaga es ganador del Premio Nacional de Periodismo 2016 por el reportaje de investigación Las Empresas Fantasma de Javier Duarte, el exgobernador que se encuentra preso gracias a ese trabajo.

X antes Twitter: @arteaganoticias

Instagram @victorarteaganoticias

Facebook: Víctor Hugo Arteaga (Periodista)

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

 

Siguientes artículos

transparencia-IA-redes sociales
Inteligencia artificial generativa: una ventaja competitiva para los negocios
Por

La inteligencia artificial generativa es la principal prioridad de inversión de los CEO a nivel global; y 52% (46% en Mé...