El río que le enseñó resiliencia a la Dominicana

Por María Isabel Serrano Dina* El alarmante estado de deterioro y contaminación del Yaque, uno de los ríos más caudalosos y productivos de la República Dominicana, llevó al Gobierno Nacional a poner en marcha un ambicioso proyecto donde se declaró de alta prioridad para el Estado el Ordenamiento de la cuenca del Yaque del Norte para su rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible. El proyecto que beneficiará a dos millones de dominicanos permitirá proteger y aumentar los almacenamientos de aguas naturales y plantar 21 mil tareas (1 tarea equivale a 629 metros). Cabe destacar la importancia de Santiago de los Caballeros como motor económico del país al representar el 18% del PIB nacional. Hasta el momento las autoridades han logrado que 15 empresas que vertían y contaminaban sus aguas, instalaran plantas de tratamiento y han logrado demoler 80 estructuras que estaban en el río Gurabo, afluente del Yaque. Por su parte, el Consejo de Desarrollo Plan Estratégico de Santiago (CDES) ha sido enfático en la importancia de lograr la financiación para implementar el proyecto “El Yaque Vive”. Ejemplo de las comunidades altamente afectadas por esta situación es Valle Encantado, que hace parte de las once con mayor amenaza de inundación en Santiago. Hasta hace poco, cuando había crecida del río estas familias  debían evacuar  pues vivían a menos de 30 metros del río. En 2007, tras el devastador paso de la tormenta Olga, fueron ellos quienes  sufrieron las más graves consecuencias en el país. Así mismo, estas zonas estaban altamente deforestadas lo que generaba que las comunidades no contaran con un filtro natural de las aguas. Otro de los riesgos que tenía la comunidad es que tomaban y botaban agua del mismo río. Como respuesta a esta problemática, la Organización Santiago Solidario de la mano del ayuntamiento de Santiago, apoyado por USAID, el CDES y el Ministerio del Medio Ambiente, emprendieron en mayo pasado un proyecto piloto de construcción de infraestructura verde azul en Valle Encantado, un humedal horizontal seco para el tratamiento de las aguas residuales que luego vuelven al Río Yaque. Algo interesante es que fue la misma comunidad quien se comprometió a poner su mano de obra para realizar dicha construcción que finalizará en agosto. Con este proyecto, que tuvo una inversión de unos 60 mil 241 dólares, buscamos un mejor manejo de riesgo, sostenibilidad y resiliencia. El panorama era complejo, pero trabajando con la comunidad hemos podido construir resiliencia. Las comunidades han aprendido una lección muy importante: su responsabilidad con el Yaque. Se han reubicado un poco más lejos de él, están trabajando para reforestar el área y han aprendido a recuperarse rápidamente cuando hay una crecida más allá de lo normal. Resiliencia no es sólo evitar desastres sino también preparase para responder mejor ante ellos con una bajo una mirada a largo plazo. La planta de tratamiento biológico nos servirá de filtro para que no se vayan residuos sólidos de basura que provoquen que el río se obstruya y desborde. La ciudad de Santiago cuenta con una Estrategia de Resiliencia desarrollada a través de su participación en el programa 100 Ciudades Resilientes, auspiciada por la Fundación Rockefeller, la cual contempla el proyecto integral “Vive el Yaque” que promete dar respuesta a problemáticas sociales, ambientales y climáticas. Estos proyectos son fundamentales porque están mejorando la calidad de vida de las personas y han generado diferentes miradas resilientes ante las problemáticas derivadas por el mal uso del río. Los riesgos también se han mitigado y las comunidades, entes privados y públicos se han empoderado del proyecto y trabajado conjuntamente. Esperamos que esta experiencia sirva de ejemplo para mostrar que cuando se trabaja juntos la nación mejora. *Directora de Resiliencia de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, para 100 Ciudades Resilientes.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.