El segundo debate tuvo como preámbulo un sismo en Tlapa, Guerrero, que se sintió en la CDMX y Puebla. El formato tuvo intervenciones ciudadanas, aunque por los nervios naturales no fue una parte destacada, permitió una mayor interacción y movilidad con los candidatos. En mi opinión, los moderadores exageraron la conducción, ya que el evento no era un ejercicio periodístico sino un debate presidencial, incluso hubo momentos en que extremaron su participación. Por parte de los candidatos, considero que los ataques entre ellos ya nos están cansando. En esta ocasión mostraron demasiada intolerancia y un exagerado afán de protagonismo, por ejemplo “El Bronco”, cuando habló del tema de Banamex evidentemente no se dio cuenta de lo que terminó diciendo y no consideró cómo se interpretará durante el posdebate. Anaya se mostró burlón y demasiado incisivo. AMLO sin propuestas, sólo menciona lugares comunes y en algunos casos hasta se contradice. Meade es extremadamente técnico, sigue hablando como Secretario de Gabinete. A todos les falta darnos a conocer su visión de nuestro país, se están quedando en la propuesta sintética, un tanto insustancial. En el debate les fue difícil a los candidatos contestar con precisión las preguntas del público; además, todos hablan de disponer de grandes sumas de dinero como si el país contara con ello, y no dejan de lado el sueño guajiro de que la corrupción se va a acabar por decreto. La semana pasada realicé un ejercicio con algunos primeros votantes, quienes me comentaban que no ven en los candidatos ninguna propuesta razonable, no saben por quién votar, sólo perciben ataques. Los jóvenes notan arrogancia en los políticos, consideran que utilizan el descontento, crean polarización, usan el odio para atacar y su discurso es viejo, técnicamente—consideran— los candidatos están simulando. Los jóvenes se sienten frustrados, con miedo, desamparados, deshonrados y humillados, la mejor frase que encontré sobre su sentimiento por el país y que sintetiza lo que hoy se percibe es lo que dijo un estudiante de 18 años: “México está económicamente insuficiente, socialmente jodido y políticamente corrupto”. ¿Ustedes creen que con el debate de ayer algún ciudadano joven cambió su percepción sobre los candidatos o terminó convencido de que puede cambiar la situación actual del país? Creo definitivamente que no. Los candidatos no están comunicándose con el electorado y los primeros votantes sienten que, por una parte, las propuestas de los candidatos mantienen una visión antigua y negativa o no conectan con el público o, por otra, manifiestan demasiada enjundia modernizadora, pero sin ninguna propuesta clara; una tercera opción es que finalmente expresan puras ocurrencias. Lo que con toda seguridad acaban de entender los jóvenes votantes es que los candidatos sólo quieren más dinero para hacer las cosas, aunque tampoco están seguros de dónde provendrá. Entramos en la etapa intermedia, las campañas van a cambiar en todo y aún hay tiempo para que corrijan sus errores y se comuniquen con el electorado, de otra manera los indecisos y los primeros votantes seguirán sin saben por quién votar. Por lo pronto, sigue el diálogo de sordos de los candidatos frente a los votantes.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @Marcovherrera YouTube: El Marco del Poder Google+: Marco V. Herrera Berenguer Blog: El Marco del Poder Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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