Existen momentos trascendentales en los que una empresa familiar debe mostrar su temple. Uno de ellos es cuando existe la necesidad de realizar cambios importantes. Se trata de un proceso en el que es necesario, más que nunca, un liderazgo que guíe y dé confianza al equipo de trabajo. El siguiente relato nos presenta de una manera muy clara la dificultad que implica elegir un nuevo camino:

Érase una vez rey que guio a su pueblo durante una guerra cruel y se ganó la fama de ser implacable. Cuando su ejército capturaba a sus adversarios, los llevaba a un salón y pedía a cada uno elegir su destino: podían aceptar estar en un calabozo, o bien, abrir una puerta que había en el salón y que estaba adornada con calaveras y frases terroríficas. Durante toda la guerra, ningún prisionero eligió cruzar la puerta. Un día, uno de sus fieles soldados preguntó al rey lo que había detrás de ese umbral aterrador. El rey le contestó: “Velo con tus propios ojos”. El soldado se acercó y abrió la puerta con toda cautela. Entonces, se dio cuenta de que la puerta conducía a un jardín que permitía salir del reino.

Todos aquellos prisioneros habían renunciado a su libertad paralizados por el miedo. Adaptarse a los cambios no es fácil para ninguna persona y durante una etapa de crisis, el temor es una reacción común en los colaboradores de una empresa. A continuación, conozcamos algunos conceptos básicos para que los líderes familiares puedan sembrar la confianza en sus colaboradores y establecer con éxito un cambio importante en su organización.

El liderazgo como agente clave para un cambio exitoso

Ante un momento de crisis y la necesidad de dar resultados, es normal que los colaboradores se encuentren bajo mucha presión y no sean capaces de abrir nuevas puertas hacia el éxito. En esos momentos resulta fundamental que el liderazgo apuntale las capacidades y fortalezas de su equipo de trabajo.

Un liderazgo consciente de la situación abrirá los espacios necesarios para que los colaboradores expresen sus dudas, logrando que todo el equipo de trabajo esté en la misma sintonía: si todos comprenden cuál es la nueva dirección que la organización va a tomar, todos remarán juntos hacia la misma dirección.

El liderazgo consciente es aquel que se realiza desde el compromiso pleno, comprendiendo la magnitud de la influencia que se ejerce sobre los miembros de la familia y la empresa. Ese líder es consciente de su poder y capacidad para guiar a los equipos y asume plenamente su rol para generar confianza e inspirar a los demás. 

La comunicación efectiva y afectiva es la llave para ese entendimiento y el liderazgo debe trabajar con un alto grado de motivación y empatía, escuchando de manera activa a sus colaboradores, buscando los mejores caminos para la resolución de conflictos. El desarrollo de estas soft skills resulta de gran apoyo en estos momentos de transición.

Lee: La versatilidad y la innovación como fortalezas de una empresa familiar

La adaptación como parte de la cultura empresarial

Cuando se habla de las ventajas de una empresa familiar, suele señalarse su flexibilidad para la adaptación. Contar con esta cualidad es fruto de un trabajo organizado y un liderazgo consciente, ya que esta agilidad para dar respuesta a las dificultades dependerá de que todos los colaboradores tengan claros los objetivos de la organización y pongan en práctica los valores corporativos en su quehacer cotidiano.

Un proceso de transformación será más sencillo si tu compañía se encuentra lista en todo momento para ello. La institucionalización de la empresa familiar permitirá que la toma de decisiones pueda ser consensuada y ágil, la implementación de los cambios se haga de manera ordenada y con la comunicación clara y suficiente entre los distintos niveles empresariales.

La institucionalización es la creación de los órganos de gobierno, políticas y procedimientos necesarios para que la familia, los directivos familiares y los accionistas, tomen en diferentes foros, las decisiones más adecuadas de acuerdo con la responsabilidad y el rol que juega cada uno dentro de la empresa familiar.

Normalmente, en las empresas familiares no están formalizadas las interacciones que existen entre el negocio y la familia y no existe una división clara entre los asuntos del hogar y de la empresa. Los cuales son propensos a crear problemas debido a la falta de reglas formales para poder solucionar estos conflictos de manera oportuna.

Es importante tener claro que el tamaño de la empresa no es una limitante para la formación y buen funcionamiento de sus órganos de gobierno elementales, como son la Asamblea General de Accionistas, el Consejo de Administración y la Dirección General.

He recibido esta y otras enseñanzas de grandes líderes durante mi experiencia acompañando a empresas familiares. He compartido este trayecto en el libro Los secretos mejor guardados del empresario familiar. Cambiar no es fácil, pero la inteligencia emocional y racional de un líder puede ser la salvación del patrimonio familiar y de su legado.

Contacto:

Twitter: @mariorizofiscal

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