“El amor por el trabajo en el jardín es una semilla que no desaparece nunca, una vez plantada”. Gertrude Jekyll

Para entender el funcionamiento tanto interno como externo de una empresa familiar, puede resultar muy benéfico utilizar metáforas o realizar asociaciones que nos ayuden a visualizar las necesidades, cuidados y exigencias de la empresa, los familiares y colaboradores. Siguiendo esta lógica pienso en la empresa familiar como un jardín, uno que requiere atención, tiempo y cuidado en cada etapa de su desarrollo. Propongo ver la empresa familiar como un ente vivo que requiere expertos para mantenerla en las mejores condiciones posibles, por el mayor tiempo.

En el caso de las empresas familiares, el rol de jardinero podrían llevarlo uno o varios consultores. Estos tienen como premisa prevenir, diagnosticar y guiar en dificultades a la empresa que propongo ver como un todo. Los consultores realizan esta tarea basándose en su experiencia, habilidad y conocimiento. A propósito de esta metáfora, recuerdo el libro —que luego se adaptó como película— “El jardín secreto” en donde la pequeña Mary Lennox descubre, en la mansión de su amargado tío, un jardín hermoso, aunque triste, descuidado, lleno de maleza que no le permite florecer y explotar su potencial.

A partir del conocimiento en animales y plantas de Dickon y Ben, un jovencito y un anciano, respectivamente, que se vuelven amigos de Mary, el jardín logra ser rescatado. El trabajo no es menor, se lleva su tiempo, momentos de angustia y una inversión de cuidado, pero eventualmente, con el paso de las estaciones, rinde frutos.

La consultoría, dentro de las empresas familiares, así como la oportuna jardinería, trabaja de manera conjunta con la disposición del equipo y las necesidades de los clientes. Esto para fomentar un compromiso desde todos los flancos y lograr que la asesoría sea fructífera.

Es importante decir que solicitar una consultoría no debe verse como un gasto innecesario, sino como un intercambio, una inversión primordial para el éxito sostenible de la empresa-jardín. Como el abono para la tierra de un rosal que, tarde o temprano, lo devolverá en flores.

Con la intención de aterrizar lo que he dicho sobre la noción de consultoría, podría apuntar algunas cuestiones específicas:

  • La consultoría es un asesoramiento especializado para resolver desafíos, por ejemplo, que surjan del cruce entre intereses familiares y empresariales.
  • Una consultoría pertinente puede auxiliar con temas de sucesión, comunicación, estructuras de mando, diría que con la gestión de problemas variados.
  • Un consultor ayuda a equilibrar metas personales y empresariales, promueve la profesionalización y la estrategia. Colabora en la estipulación de normas o políticas que fomenten la seguridad y continuidad de la empresa, sin dañar el bienestar familiar.
  • Una consultoría para empresas familiares habitualmente está formada por un equipo multidisciplinar. Sus miembros están preparados para tratar de forma objetiva cualquier asunto que afecte directa o indirectamente la empresa familiar.
  • La consultoría está especializado en ofrecer servicios a las familias que son propietarias de una empresa. El objetivo es asegurar su continuidad a lo largo del tiempo y de las generaciones, de manera independiente y velando por el bien de la empresa y de la familia.

Este servicio puede —y debería— ser contratado antes de que exista un problema tangible dentro de la empresa o la familia. Tal como se contrata a un jardinero para que dé forma a los arbustos y elimine la hierba dañina antes de que las plantas se sequen.

Contar con un servicio de consultoría, de manera anticipada, previene conflictos que luego podrían tomar un carácter de mayor riesgo, tanto para las relaciones de la familia empresaria como de sus colaboradores. En general, asesorarse sobre posibles dificultades, actuales o futuras, es una garantía para ese ente con vida que es la empresa familiar.

“Es importante decir que solicitar una consultoría no debe verse como un gasto innecesario, sino como un intercambio, una inversión primordial para el éxito sostenible de la empresa-jardín.”

Se puede ser un jardinero oportuno, seleccionar las semillas, cortar las ramas, regar la tierra. También se puede ser, un jardinero que solucione un problema ya activo. Y se puede ser parte del jardín que se deja ayudar, siendo receptivo con la colaboración de quien ofrece su experiencia y conocimiento como herramienta para el óptimo desarrollo de otros. Es importante no ver la consultoría o asesoría como un revés, sino como una mejora para el futuro y como una manera de llevar a cabo los objetivos empresariales y personales de la manera más efectiva, eficiente y prudente.

Como en la historia de “El jardín secreto”, el éxito de una empresa familiar no se logra en soledad, requiere del compromiso, la comunicación, el saber propio y de los otros para que siempre se estén renovando y adaptando ideas y propuestas.

Si esto se logra de manera óptima, se podrá admirar y disfrutar el beneficio de un jardín que con el tiempo rendirá frutos, flores y sombra para cada uno de los integrantes de la familia y la empresa. “Aceptar un buen consejo no es sino aumentar la propia capacidad.” Goethe

Contacto:
Twitter: @mariorizofiscal

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

 

Siguientes artículos

La necesidad de la gobernanza global
Por

A pesar de los intentos por generar una estrategia de gobernanza global que permita resolver conflictos, frenar el calen...