Por: Ale Fayad Gómez Palacio

El año comienza a cerrar, las organizaciones están concluyendo presupuestos para el año que entra al tiempo que van cerrando con industrias ganadoras y otras que han perdido, como sucede comúnmente; sin embargo, al final se ha visto un crecimiento moderado en términos generales (según el Inegi, para el 3T la economía creció 1.5%) y al mismo tiempo, y como hace un año, nos amenazan con una recesión. También, además de los preparativos para las posadas, están los preparativos para la parte del año en la que muchas empresas hacen una parte considerable de sus ingresos. 

En las diferentes mesas de discusión que me toca participar, así como en los reportes trimestrales que leo de las empresas, año tras año existe una palabra con la que me encuentro seguido, sobre todo con miras al año que viene y con la que me gustaría llevarlos a una reflexión: eficiencia. Esta palabra se define en palabras simples como la capacidad de lograr un objetivo o de obtener resultados empleando la menor cantidad de recursos.

Haciendo una búsqueda con la ayuda de inteligencia artificial, le he solicitado que fuera a los reportes trimestrales que van del 2023 y localizara el número de veces que encuentra la palabra eficiencia vs. “generar valor”, accedimos a 575 empresas y a sus reportes trimestrales y me parece interesante que la palabra eficiencia aparece un 20% más que “generar valor”.

Esto me parece sumamente interesante pues, el contexto en donde aparece se refiere principalmente a frases donde se busca reducir costos, incrementar márgenes y el contexto donde encuentra “generar valor” tiene que ver con clientes, con innovar en productos, servicios, experiencia del empleado, etcétera, la gran pregunta es por qué y de dónde es que tenemos dicho sesgo por ponderar con mayor relevancia la eficiencia sobre la generación de valor. Y esto en el entendido de que a medida que incrementó la generación de valor, esto irá directamente relacionado a mi generación de ingresos y al crecimiento de mi organización, no digo que no tenga que existir un balance, ¿pero por qué no es inverso y se habla más de la generación de valor? 

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He formulado diferentes hipótesis que van desde, el sesgo que a muchos de los que cursamos un MBA nos generan en términos financieros de las razones de la existencia de una organización y su llamado a cumplir cabalmente las necesidades de los accionistas y maximizar la rentabilidad, a otras hipótesis hacia nuestra historia como humanidad y que desde que fuimos nómadas y luego migramos a la agricultura, siempre hemos tenido la orientación a ser eficientes en lo que hacemos. En este momento, no he comprobado ninguna de las dos, pero el hecho factual de que escucho eficiencia en mayor medida que otras, incluso en contextos de organizaciones que cuentan con márgenes razonablemente altos y crecimientos en los últimos “n” años, me sigue sorprendiendo e invitando a buscar que las discusiones, el propósito y la mirada de las organizaciones se torne más en la generación de valor que en la eficiencia, y esto lo he logrado formular basado en tres elementos que no son ajenos a nosotros.

La transformación digital como un habilitador para que los colaboradores liberen parte de su tiempo (imagínense el tiempo que me hubiera tomado indagar en 575 reportes trimestrales por cada trimestre del año y buscar la palabra eficiencia vs. “generar valor”) y lo utilicen en idear fórmulas en las que puedan llevar mayor valor a sus clientes/consumidores.

ESG / Sostenibilidad, la “S” de sostenibilidad apela a que las organizaciones ofrezcan espacios donde sus colaboradores puedan tener flexibilidad, equilibrio, capacitación, ingresos justos y equidad en beneficio de la sociedad, entonces, ¿Por qué no apuntalar dichas iniciativas? A sabiendas de que son una inversión en el largo plazo para la propia organización.

El humano que todos llevamos dentro, eficiencia, muy comúnmente va seguido de recortes de personal aún con experiencias donde los recortes son seguidos, en un período de a veces no menos de un año, de contrataciones “urgentes” porque la demanda cambió, en este tipo de absurdos y en el contexto de que somos humanos sirviendo a humanos, ¿Por qué no pensar en alternativas al recorte? Como ejemplo están compartir talento entre industrias y empresas, compartir talento dentro de la misma empresa, asignar tiempo de creatividad para innovar y así poder generar más y mejor empleo dentro de la misma organización etcétera. 

El tema da para una larga investigación, pero para este espacio solo quiero abrir la reflexión al tipo de discusiones que se tienen en sus mesas, comités, consejos, etcétera, y que hagan un alto a pensar ¿De qué hablan? ¿Por y para qué? ¿Cuál es la alternativa a eficiencia donde la mayoría ganan? A estas alturas de la historia y con todo lo que sabemos, conocemos y entendemos que la eficiencia siga primando nuestras discusiones, me parece un tanto absurdo, creo que debemos comenzar a abrir las discusiones en contextos de una mayor generación de valor para TODAS las partes involucradas, no solo para accionistas, sino para la comunidad, para la propia empresa, el planeta y quizá esto nos lleve a crisis mejor manejadas y de mayor valor al final del año y de nuestro ciclo laboral.

Contacto:

Ale Fayad Gómez Palacio, Principal M&A y Transformation de Mercer

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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