Por Juan Gonzalo Flores

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos plantea una doble oportunidad:  no solo para compartir los logros obtenidos hasta ahora en torno a la igualdad de género, sino para identificar las áreas de oportunidad que aún faltan por atender. También nos obliga a enfocarnos en algo más que las buenas intenciones y dimensionar el valor económico que aporta la equidad. ¿Cómo podemos garantizar la participación plena de las mujeres y aprovechar su potencial para alcanzar un mayor crecimiento económico?

Si las mujeres participaran en el mercado laboral en proporción igual a los hombres, habría un aumento de 22% en el ingreso per cápita del país. A pesar de esto, las mujeres enfrentan varias barreras para acceder y mantenerse en el mercado laboral, incluyendo la carga desproporcionada en las responsabilidades de cuidado del hogar, la violencia de género en los espacios de trabajo y la falta de representación en puestos de liderazgo y toma de decisiones en las empresas.

México tiene una de las tasas de participación femenina más bajas en el mercado laboral de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de América Latina. Actualmente, se calcula que 44% de las mujeres de 15 años o más participan en la fuerza laboral en México, comparado con el 75% de los hombres. Además, en promedio, las mujeres ganan 12.5% menos que los hombres, y las mujeres que son madres ganan 33% menos que las mujeres que no tienen hijos.

Sólo 15% de las empresas en el país tienen a una mujer en la alta dirección, comparado con el promedio mundial de 33%. Un estudio publicado a fines de 2022 sobre la igualdad de género en los directorios corporativos latinoamericanos encontró que, de las 100 empresas más importantes listadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ninguna está presidida por mujeres y 37% de ellas no cuentan con ninguna mujer en sus órganos directivos.

El campo de juego también está desnivelado para las mujeres emprendedoras. En México, 94% de los negocios son micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES),  y, aun cuando más de la mitad de éstas son propiedad de mujeres o están dirigidas por mujeres, sus posibilidades de crecimiento se ven limitadas por acceso insuficiente a fuentes de financiamiento.

La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), parte del Grupo Banco Mundial, trabaja con el sector privado mexicano para derribarlas barreras que enfrentan las mujeres, con el fin de fortalecer su participación como líderes de empresas, empleadas, empresarias y consumidoras. 

IFC colabora con más de 30 empresas en México para abordar estos problemas y reducir las brechas de género. Por ejemplo, en 2021, el programa Banking on Women firmó un acuerdo con Citibanamex para apoyar su estrategia de enfoque de género e impulsar el programa Mujer Emprendedora, diseñado específicamente para facilitar la gestión y el crecimiento de negocios de mujeres. 

En 2022, el proyecto Empresas Mexicanas X la Equidad reunió a 17 empresas mexicanas e internacionales con operaciones en México para tomar acciones concretas sobre la inclusión y equidad de género, lo que resultó en más de 67 compromisos que beneficiaron a más de 450,000 empleados. 

Invertir en la igualdad de género en el sector privado no sólo es un imperativo moral, sino que es un buen negocio. México necesita continuar trabajando para reducir la desigualdad de género a través de inversiones y asesoramiento; investigaciones para evidenciar la lógica empresarial de cerrar las brechas de género; y la creación de alianzas con empresas e instituciones. Las empresas mexicanas deben ser cada vez más conscientes de que las acciones en búsqueda de la igualdad de género y la inclusión resultan en empresas cada vez más competitivas y rentables, además de generar beneficios para la sociedad mexicana en su conjunto. Falta mucho por recorrer, pero vamos por el camino correcto.

*Juan Gonzalo Flores es Country Manager de la Corporación Financiera Internacional (IFC) en México.

 

Siguientes artículos

Satelite Guerra Ucrania Rusia6
Invasión Rusa a Ucrania: Un año de la disrupción en las cadenas productivas y su impacto en el nearshoring
Por

El conflicto entre Rusia y Ucrania y otras interrupciones, como la pandemia COVID-19, han alimentado un creciente interé...