Por Merche Aranda* Me encontraba en el despacho de Aitana. Una estancia amplia y luminosa, lo que más me llamó la atención fue una fotografía desenfadada de su familia que revelaba la importancia que para aquella mujer, de carácter cercano y afable, tenían las relaciones humanas y las personas. Aitana, acorde con esos valores, consideraba tener un liderazgo enfocado a las personas y, sin embargo, parecía que no terminaba de “conectar” con su equipo. Era como si percibiese cierta distancia con ellos, como si no terminasen de aceptar su rol dentro de aquel engranaje a pesar de que el equipo se mostraba preciso y resolutivo. El miedo de Aitana era que esa distancia afectase al rendimiento del equipo. ¿Tendría que ver con el hecho de ser una “mujer” quién ejercía el liderazgo? Por esa razón me solicitó aquel assessment, y aquella primera reunión tenía como objetivo iniciar un proceso de coaching. ¿Dónde estoy y hacia dónde quiero llegar?, ¿cómo pienso que es mi liderazgo y como lo percibe mi equipo? Así es como puso en marcha su propio GPS y obtuvo un diagnóstico del perfil de liderazgo que Aitana proyectaba en su propio equipo. Mi curiosidad por cómo se forja un líder me llevó a estudiar los ecosistemas en que surgía el liderazgo. De manera sistemática vengo recogiendo datos empíricos, que me han permitido clasificar en cuatro “Los perfiles de liderazgo” definido en el “Modelo Ecosistémico de Liderazgo”. Este modelo nos permite ver si tu estilo se diluye o maximiza a los ojos de los otros. La mirada de los otros, esos “ojos”, es lo que yo llamo el ecosistema. El “Modelo” define cuatro perfiles:
  • Liderazgo Orientado a Resultados”, de quién destaca por su capacidad para marcar objetivos, hacerlos cumplir y supervisarlos.
  • Liderazgo Orientado a la Realidad”, de quién destaca la capacidad para analizar la información y acometer acciones apropiadas.
  • Liderazgo Orientado a las Redes y a las Opciones”, de quién destaca la capacidad para trabajar en equipo, establecer una red de colaboradores cohesionada y generar nuevas opciones.
  • Liderazgo Orientado a la innovación”, de quién destaca la capacidad para delegar, para generar innovación y autonomía en sus colaboradores.
La experiencia me ha permitido observar como los estilos pueden eclipsarse de manera que, el “Líder”, no parece capaz de desarrollar uno claro y que esto sucede tanto en hombres como en mujeres. Aún recuerdo aquella tarde, la cara de sorpresa de Aitana cuando analizábamos las valoraciones obtenidas con las percepciones de sus colaboradores y como definían su perfil. El shock de verse reflejada, como quién se mira al espejo por primera, en el estilo que su equipo le decía que proyectaba y que nada tenía que ver con el que ella creía ejercer. Resultó que Aitana, tras ese velo de calidez y sensibilidad que impregnaba su despacho, se eclipsaba el carácter de una mujer de fuertes principios, profundas convicciones y altamente resolutiva. Cada historia de liderazgo es única y te hace tener un estilo propio que puede no ser entendido por tu equipo. Seas hombre o mujer, si quieres ejercer un liderazgo eficiente, conoce tu historia, tu estilo, aunque quizá necesites analizar cómo lo entienden y como lo proyectas en los demás. Porque, como en el caso de Aitana, también te lleves una sorpresa. Aún recuerdo como detrás de aquel rostro de timidez se ocultaba “todo un carácter”.  *Directora del Master DDIEC de EAE Business School   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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