El punto de partida de una empresa familiar es encontrar una necesidad en el mercado: la falta de un producto, la necesidad de ofrecer un servicio en un lugar y en un momento precisos. Ser emprendedores oportunos puede incluso transformar el mercado, como podemos observar en los destacados e interesantes ejemplos que presento a continuación.

Standard Oil, empresa nacida en 1870, creó la gasolina, intuyendo que el combustible sería un gran negocio a mediano y largo plazo. Levi Strauss transformó la manera en que nos vestimos y popularizó un pantalón que solo se usaba para trabajo rudo y que, parece, no pasará de moda. Hoy en día todos hablamos de comida rápida, pero fue McDonald’s quien inventó este tipo de servicio al implementar la idea de línea de producción —anteriormente solo usada en fábricas— en la preparación de alimentos.

Estas empresas lograron convencer a un gran público de que ofrecían algo que no estaba disponible en el mercado, mostrando las ventajas de ser parte de sus clientes. A eso se le llama propuesta de valor y es un concepto indispensable para posicionarse en el mundo de los negocios. Una joven compañía que ha visualizado la importancia de entender a su público y brindarle una experiencia única es Pictoline, dedicada al diseño de información (concepto creado por ellos) y que se ha posicionado de manera muy importante en medios digitales. Una empresa familiar puede aprender del modelo de trabajo de esta organización y de la que quiero presentar algunos aspectos destacados.

Creando un modelo de negocios. Los fundadores de la empresa mexicana Pictoline analizaron perfectamente los cambios en el mundo de la información en la era digital. Entendieron que vivimos en una época donde la información abunda y sobra, así que las personas eligen informarse de una manera que les resulte atractiva y sencilla de entender. La empresa se dedica a analizar los temas de mayor relevancia —noticias, temas científicos, culturales o sociales— a través de gifs, historietas o infografías. La creatividad para presentar la información de manera clara, breve, concisa y entretenida ha sido una combinación clave para el éxito de esta startup que ha sabido leer su época, algo que los medios tradicionales de información aún no han logrado; no por nada, esta joven compañía genera contenido para Coca-Cola, Alpura o Samsung, además de trabajar en proyectos de la mano de The New York Times y UNICEF.

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Más que una venta, una experiencia. Los líderes de Pictoline entendieron que, en la era del internet, los usuarios buscan una mejor manera de llegar a ella. Tomando esto en cuenta, sus diseños tienen como base lo que los clientes quieren ver, la forma en que lo quieren ver y las formas de interacción preferidas de su público. Cuando todo está a un click de distancia, el darle una experiencia satisfactoria al cliente es igual de importante que el producto en sí: la clave está en persuadir al cliente de que está pagando algo que vale la pena.

La innovación como modelo de negocio. Pictoline obtiene sus ganancias, principalmente, de contenidos patrocinados. Esta forma de mezclar información y publicidad resultó innovadora y redituable. La empresa no se duerme en sus laureles y ahora está desarrollando un videojuego llamado Dilemo que combinará entretenimiento y publicidad. Es un juego de trivia desarrollado a partir de las preferencias de sus usuarios. La idea es ofrecer a sus jugadores siempre algo nuevo basado en sus expectativas y, cuando haya oportunidad, desarrollar ediciones comerciales que promocionen una campaña, un lanzamiento musical, una película o cualquier otro producto.

Pictoline ha demostrado que vivimos en una época de grandes cambios donde la innovación es una de las claves y que se puede ser sostenible y rentable. Entender esto debe conducir a poner al cliente al centro de un modelo de negocios, tarea que debe ser fundamental para que cualquier empresa familiar consiga posicionarse de manera favorable en su mercado. 

La empresa también a lanzando un programa de “embajadores” para traer talentos de otros países a México. A través de ese programa, invitaron a ilustradores extranjeros para que colaboren con nuevas ideas y puedan, a su vez, aprender del enfoque de Pictoline.

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