“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”. Eric Hoffer

La naturaleza humana implica movimiento y cambio. La permanencia inflexible en ningún caso es saludable. El ámbito de las empresas familiares no es la excepción, el líder o director no puede pretender estar en lo correcto siempre, porque en determinado momento caerá en un error. La razón y la verdad son conceptos a los que adjudicamos valor derivado de circunstancias específicas. A este respecto pienso en la historia antigua de un hombre, en el Reino de Chu, que ignoraba en dónde crece el jengibre, él afirmaba que, en los árboles, incluso apostó a su asno para probar que estaba en lo cierto. Cuando muchas personas le dijeron, no sin razón, que el jengibre crecía en el suelo, él, turbado, perdió a su animal. Sin embargo, permaneció en la necedad de repetir que el jengibre crecía de los árboles.

En un sistema empresarial y familiar no tiene ningún beneficio intentar saberlo todo o tener la verdad absoluta. Es normal que existan áreas en las que determinados miembros destaquen en mayor o menor medida. ¡Nadie posee todas las respuestas!, asumir esto es lo mejor que un líder empresarial puede hacer por su negocio. Cuando la solución a algún problema o complicación no se tiene, lo más inteligente es aceptarlo y ceder el lugar a quien pueda ofrecer mayores beneficios y soluciones, esto generará simpatía, respeto, confianza y una mejor imagen frente a la familia, colaboradores e incluso clientes.

En algunas ocasiones, fundadores de empresas familiares creen que, por el hecho de haber creado la compañía, su método o sistema de trabajo es el único posible, al respecto se menciona en el artículo ¿Eres un empresario estático?, “se aferra a hacer las cosas de un mismo modo, lo que lo hace muy predecible en su forma de actuar”. Esta convicción tradicional puede tener varias desventajas, entre ellas, el impedimento a nuevas formas de organización y relación tanto al interior del negocio, como de éste con dependencias externas. Es fundamental reconocer que mantener un orden es importante y no implica la inacción o limitación a nuevas formas.

La palabra reto es sinónimo de la palabra desafío, y esta palabra según su etimología es quitarle la confianza a alguien o algo, y es precisamente lo que las empresas familiares deben de hacer quitar la confianza a sus modelos de negocio y enfrentarlos a un profundo cambio.

Ponernos en duda a nosotros mismos es benéfico, podemos considerar algunos aspectos para hacerlo de forma adecuada para la empresa familiar. Por ejemplo, es útil escuchar opiniones diferentes en cierta medida, pero no por completo, provenientes de alguien inteligente, que goce de nuestra simpatía, así no las rechazaremos de manera impulsiva e inmediata. También es conveniente no basar decisiones en debates televisivos o públicos como dice el Manual de instrucciones para cambiar de opinión, de Jaime Rubio, pues en estas polémicas cada participante actúa “en representación de determinado grupo de opinión … con la única intención de convencer a los ya convencidos” Es necesario, según el autor de este artículo “desconfiar de los patrones, especialmente de los nuestros”.

“En un sistema empresarial y familiar no tiene ningún beneficio intentar saberlo todo o tener la verdad absoluta”.

Recordemos que ninguna estructura ya establecida es incuestionable. Puede ayudar también sopesar las ideas en las que creemos, escribiéndolas para dilucidar qué tan continuamente cambiamos de parecer y así poder valorar cuándo, en efecto, es necesario un juicio distinto al propio.

Alguien que pretende saberlo todo difícilmente entiende que no siempre es indispensable dar su opinión. Guardar silencio y considerar las opciones puede aclarar la mente en una situación dada, aceptar que, a veces, no se posee el conocimiento suficiente muestra una postura innovadora para la empresa y la astucia de admitir las aportaciones de otros. Insistir en saberlo todo o en que el jengibre crece de los árboles, como en la metáfora china, es una necedad que sólo nos hará perder nuestros bienes y generará conflictos dentro de la empresa familiar. “Nunca se es demasiado viejo para marcarte un nuevo objetivo o para tener un nuevo sueño”. Clive Staples Lewis

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