Por Jesús Cuenca* Aunque en todas las salas de juntas el término de transformación digital es usado con frecuencia (principalmente para nombrar cualquier plan basado en innovaciones que busca generar nuevas oportunidades de negocio), lo cierto es que las empresas tienen distintos ritmos de respuesta y adaptación a ella. Pero, ¿qué debemos entender entonces por transformación digital en los sectores empresariales? Aunque solemos utilizar este concepto para referirnos a la utilización de tecnologías digitales emergentes capaces de reinventar un negocio, no debemos detenernos únicamente en aquellos procesos disruptivos que generan nuevas y atractivas oportunidades de comercialización, como los ejemplos bien documentados de Netflix o Amazon. En otras palabras, debemos aprender a considerar la transformación digital como lo que verdaderamente es: el proceso que adopta una empresa con el objetivo no solo de llevar productos y servicios al mercado de manera más rápida y eficiente, sino de preparase para afrontar el futuro. Con ello en mente, de acuerdo con nuestro estudio Tech Trends 2019 es posible establecer un mapa con siete factores clave que ayudarán a nuestro negocio a identificar y aprovechar las oportunidades que surgen de la combinación de tecnología, ciencia y negocios
  • Conectividad. Gracias a la tecnología, prácticamente las limitaciones físicas para hacer negocios han dejado de existir. Piense en todos los modelos de colaboración y competencia que su empresa puede crear al combinar a los actores ya establecidos y emergentes que interactúan con ella.
  • Experiencias innovadoras. Una correcta estrategia de transformación digital debe adoptar un enfoque centrado en el ser humano para diseñar y reinventar experiencias en todas las partes interesadas de su empresa: desde empleados y clientes hasta socios comerciales.
  • Ciberseguridad. La estrategia adecuada debe abarcar la protección de la propiedad intelectual potencialmente valiosa y la información de clientes y empleados, así como mecanismos de vigilancia para detectar amenazas y desplegar respuestas adecuadas en caso de incidentes.
  • Riesgo. Aspectos tales como regulaciones y normativas externas a la empresa no deben pasarse por alto. Por ello, no olvide incluir respuestas estratégicas no solo ante riesgos operativos y financieros, sino también con base en la estabilidad geopolítica y las fuerzas macroeconómicas.
  • Inteligencia de datos en tiempo real. Los datos son el activo más valioso para cualquier organización moderna. Las empresas capaces de analizar fuentes y flujos de datos en tiempo real, y difundir información crítica dentro y fuera de sus límites, siempre tendrán una ventaja competitiva.
  • Automatización. Debe evaluar qué trabajos y habilidades realizadas por humanos o máquinas necesitará en sus operaciones transformadas digitalmente, y determinar si hay formas alternativas de lograr los resultados deseados.
  • Tecnologías de cambio. Se recomienda eliminar las divisiones entre las diferentes áreas de tecnología empresarial (de información, operativa y de productos), y que juntas conformen una tecnología de cambio que sirva como la red troncal digital de su organización.
La clave está en establecer una infraestructura digital lo suficientemente noble como para que pueda ser escalada con miras al futuro. En un mundo de incógnitas aparentemente infinitas, es posible centrar la atención en los catalizadores antes descritos para ayudarlo a configurar sus objetivos, enfocar sus inversiones y trazar un camino para el mañana. *Socio Líder de SAP en Consultoría, Deloitte México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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