Por Luciano Scandolari* Con Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) o sin él, es claro que México debe diversificar los mercados de importaciones y exportaciones, y aunque si bien en un inicio las transacciones no fueran significativas en comparación con el intercambio entre Estados Unidos, sí podría ser el comienzo de acuerdos comerciales más robustos que puedan madurar, lo que llevaría a un beneficio de toda la región latinoamericana. La renegociación del tratado trilateral podría afectar de diversas maneras la inversión en México. En principio, si este fuera cancelado, entrarían en vigor las reglas de la OMC y se establecerían algunos aranceles que impactarían negativamente en ciertos sectores; sin embargo, con la posibilidad de que las pláticas no sean favorables para ninguno de los socios, las empresas multinacionales han empezado a desarrollar planes de contingencia para mitigar lo más posible estos impactos negativos. Temas como las reglas de origen y las tarifas en insumos de ciertos sectores que se han visto favorecidos al no ser gravados, podrían derivar en que muchas compañías decidan cambiar su residencia por la disrupción que esto representaría en sus cadenas de suministro, principalmente en ciertos sectores como el automotriz. Estados Unidos ha argumentado que el TLCAN ha agravado su déficit comercial con México y se han perdido millones de empleos, pero no todas las voces tienen esta postura negativa. Si bien el tratado puede acarrear pérdidas de empleos, los beneficios se cristalizan en una mayor productividad y precios de consumo menores. No necesariamente la disminución de puestos de trabajo puede atribuirse a un tratado. La tecnología y otros factores, como la feroz competencia que ejerce China, han contribuido a que miles de empleos se reubiquen a lugares con un entorno económico más favorecedor. En este mismo sentido, cancelar un acuerdo comercial tan grande como este pegaría negativamente a ambas partes, un ejemplo muy palpable es el significado que el TLCAN ha tenido para algunos estados de Estados Unidos, y principalmente en su relación comercial con México: California, Texas, Arizona, Luisiana, Alabama, Misuri, Florida y Nuevo México abarcan el 63.7% de las exportaciones estadounidenses a México, de acuerdo con datos publicados en el Milenio Diario. China, un protagonista de peso Latinoamérica tiene como principal inversor a Estados Unidos, luego España y en tercero a China (cuyo avance ha sido acelerado y con mayor protagonismo). La relación entre Europa, Latinoamérica y Estados Unidos debe reforzarse comercialmente, pero China ya es un actor importantísimo, y su mayor participación podría contribuir a la prosperidad general. La previsión de crecimiento en América Latina para 2017-2018 podría alcanzar el 3.6 o 3.7%, gracias a la demanda de China, Rusia y Brasil (El País, FMI). En este contexto, México tiene una gran oportunidad de captar inversiones que lo posicionen no sólo afianzándose como uno de los países con mejor desarrollo en la región, sino incluso ganando terreno en la renegociación del TLCAN. La coyuntura: desafíos y oportunidades Aún prevalecen debilidades importantes como la creciente inflación y cómo los mercados financieros se vinculan estrechamente con el peso mexicano, lo que lo hace muy endeble ante el dólar estadounidense; adicionalmente, las elecciones presidenciales en México y de la Cámara de Representantes en Estados Unidos en 2018 podrían poner más presión al resultado final de esta renegociación trilateral. No obstante, según datos de ProMéxico, la inversión extranjera directa (IED) y las exportaciones no han mostrado signos de disminución, por ejemplo, la IED al cierre del primer semestre tuvo un aumento de 8.8% y las exportaciones se incrementaron en 4%. Dentro de las conclusiones a las que llegamos en un foro que se llevó a cabo el 11 de octubre en Nueva York, organizado por la Cámara de Comercio España-EU y el diario El País determinamos que, hasta el momento, no hay nada claro. La incertidumbre de los resultados en las negociaciones ensombrece el destino de las inversiones en nuestro país, pero a pesar de algunos malos augurios como una baja en estas, el freno de las exportaciones y un impacto en el PIB, existen muchas oportunidades que México puede capitalizar, al diversificar sus mercados e, incluso, mientras se da el jaloneo para concretar un mejor acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, los inversionistas mexicanos y extranjeros renuevan su confianza al seguir invirtiendo y no cambiar sus planes de crecimiento ya trazados. *Luciano Scandolari es socio líder de Deals en PwC México.   Contacto: Twitter: @L_Scandolari LinkedIn: lucianoscandolari. Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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