Hace unos días platicaba con un universitario que estaba en búsqueda de su primer auto y su inquietud principal era cómo conseguir la autorización de un crédito formal que se adaptara a sus necesidades. Como muchos otros mexicanos, Jorge tiene acceso limitado al financiamiento debido a su corto historial en el mundo financiero.

Esta barrera se puede asociar con la edad de la persona, la informalidad laboral, el nivel salarial, el género, la localidad en la que vive, el nivel educativo, entre muchos otros factores, y se traduce en que solo el 32.7% de la población adulta en el país es usuaria de algún crédito formal según el INEGI. Esto resulta aún más relevante cuando sabemos que el financiamiento es un motor clave para el desarrollo económico.

Ante este panorama, el intercambio de datos entre cualquier entidad financiera, tendencia conocida como Open Banking, presenta una gran oportunidad para todos los jugadores del ecosistema que buscan mejorar sus estrategias, ampliar su catálogo de productos y servicios, crear soluciones mucho más personalizadas y satisfacer las necesidades y expectativas de los consumidores.

En el caso del acceso al crédito, las instituciones podrían obtener otros indicadores sobre el usuario, como patrones de consumo e ingresos que reflejen un manejo responsable de finanzas. De acuerdo con Belvo, las empresas de servicios financieros podrían aumentar hasta en un 15% sus aprobaciones después de analizar datos compartidos.

Este nuevo movimiento en la industria busca que los consumidores compartan su información de manera libre y segura para realizar transacciones más accesibles, sin complicaciones y con los más altos estándares de seguridad a través de interfaces de programación de aplicaciones o lo que conocemos como APIs, por sus siglas en inglés.

La tendencia ha empezado a tomar mayor relevancia en la región y genera una competencia positiva entre todos los actores del ecosistema al eliminar brechas de información privilegiada entre instituciones, impulsar la creación de nuevos jugadores y la descentralización del negocio, así como una oferta de productos y servicios con mejores cuotas y atenciones personalizadas.

Sin duda, esta evolución del ecosistema es interesante, pues la combinación de finanzas, tecnología y datos le da un nuevo significado a la industria y permite que los usuarios se familiaricen cada vez más con los productos financieros, sin limitar sus opciones y ofreciendo nuevas formas para realizar transacciones rápidas, seguras y eficientes entre comercios, consumidores y otros agentes de la industria.  

Por: Mauricio Schwartzmann, Country Manager de Mastercard México

 

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