El presidente Juan Carlos Varela inauguró la segunda línea del metro de Panamá, primer tren moderno de pasajeros que opera en Centroamérica, en medio de un escándalo de sobornos en la región. Lo anterior, debido a que el controvertido proyecto fue construido por la empresa brasileña Odebrecht, razón por la cual el mandatario fue recriminado a pesar de haber señalado a esta obra como una de las más importantes de su gobierno. En el caso específico de esta obra, el mandatario ha sido cuestionado debido a que el costo total del metro fue superior a los 2,100 millones de dólares (mdd), 200 mdd más de lo licitado originalmente. Como esta, el gobierno ha entregado otras obras públicas multimillonarias a esa empresa, que se convirtió en el principal contratista del Estado panameño en los últimos 15 años. Puedes leer: Corrupción global, amplio legado de Odebrecht La justicia estadounidense informó a fines de diciembre de 2016 que Odebrecht admitió haber pagado sobornos por 788 millones de dólares a una decena de países de América Latina para hacerse de contratos jugosos. En el caso de Panamá habría repartido más de 80 millones de dólares durante la administración de Martinelli (2010-2014), según la Fiscalía General. De igual manera, similar a como lo hizo su antecesor Ricardo Martinello, cuando la primera línea en la víspera de los comicios de 2014, el presidente también inició las operaciones del metro en medio de la campaña para las elecciones generales del 5 de mayo.

 

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