Tres generaciones respaldan a Maestros Joyeros, una joyería mexicana que está innovando sus procesos con ayuda de la tecnología. Todo comenzó en 1931, con Don Ambrosio Rivas, quien se percató de la necesidad de vender joyería de calidad, y con lo que se construyó un nombre dentro del mercado.
Una vez que falleció, su esposa Magdalena Guzmán y su hijo César Villegas continuaron con el negocio, pero está vez fabricando e invertiendo en nuevas tecnologías para seguir las tendencias, comparte César Villegas, bisnieto de Ambrosio Rivas e hijo de César Villegas y quien desde niño ha estado inmerso en la industria joyera.
Su diferenciador no sólo en México, sino en Latinoamérica, es la capacidad de implementar tecnología en sus piezas personalizadas, sin dejar del lado el lujo, para lo cual, dice César Villegas, se requiere de una innovación disruptiva, que incluye diseño e impresión 3D.
Pero esta innovación no es ajena a la tradición. Villegas dice que dentro de sus fábricas es posible encontrar trabajando juntas a tres generaciones de la familia de algún orfebre (abuelo, padre e hijo), con lo que se transmite todo el conocimiento del pasado y del presente para la creación de joyería.
“De esta manera tenemos resultados de combinación de técnicas tradicionales y modernas, el resultado es arte”, dice.
En la parte tecnológica, César Villegas dice que ha sido un proceso difícil, pues el oro es un metal conductivo y se deben tomar medidas para aislar la corriente eléctrica y que en conjunto con la app se pueda trabajar correctamente.“Tengo al Ingeniero Jhonnatan Razo, quién se ha vuelto el líder en esta clase de piezas, ya que no solo es la cuestión de la creación de una PCB, el diseño y desarrollo, sino de la coordinación con los equipos de 3D, al igual que todo su equipo de IT y la adaptación de las PCB dentro de los espacios de las piezas”, completa.
Villegas presume que han diseñado piezas personalizadas para los artistas Wisin y Yandel, las cuales, además de su gran tamaño y belleza, cuentan con tecnología LED y controladores a través de una app de Maestros Joyeros. Por lo que que cada una de las piezas tiene su propia PCB con tecnología WiFi.
Joyería en evolución
César Villegas padre, quien desde los 13 años ha sido vendedor de joyas, reconoce que en los últimos 50 años ha habido un gran cambio en la joyería, pero uno de los más significativos ha sido el diseño en las impresiones 3D, lo cual ha ayudado a Maestos Joyeros a desarrollar piezas impresionantes y muy diferentes a la competencia.
“Toda la tecnología que se les ha fusionado, como LED o pantallas electrónicas, han creado un cambio significativo”, recalca.
Para Villegas padre, la industria de la joyería en los próximos diez años se enfocará hacía la joyería personalizada, mucho de lo que ya se hace en su casa joyera. La tendencia es “crear y cumplir cualquier tipo de capricho que el cliente imagine”.
Atrás quedaron los tiempos en los que se producía y vendía la mercancía en masas. “Reitero, se va a crear una joyería 100% personalizada a lo que representa el individuo, sus gustos, lo que piensa, su estilo”.
Más allá de lo estético, dice Villegas padre, la tecnología que viene para las piezas de joyería será cada vez más sofisticada, como GPS en complicidad con otras aplicaciones, hasta tracking para enfermedades y pulsaciones. “Vivimos en un mundo cada vez más unificado con la tecnología, y la joyería no quedará fuera de la tendencia”, añade el maestro joyero.
Maestros Joyeros es una empresa moderna sin duda, pero también con una gran tradición detrás. César Villegas dice que si tuviera que transmitir sus conocimientos a los joyeros que vienen es que escuchen a sus padres y a sus abuelos, que vean que están haciendo bien o mal y aprendan de eso.
El consejo que les da a las nuevas generaciones es ser honestos en su negocio. “Sin honestidad no puedes crecer tu empresa. Cuando ofreces tu producto tienes que decirle a tus clientes exactamente lo que le estás vendiendo, ser honesto, y jamás engañar al consumidor”.
Él mismo asegura que está dejando un legado de honestidad, de verdad, de ofrecerle al consumidor final lo que estamos vendiendo y no engañarlo. Esa, dice, es su pequeña huella para la industria joyera.
