¿Cómo reaccionará este gabinete ante una grave crisis política, económica o de seguridad? ¿Están listos los consentidos del Presidente, Osorio Chong y Videgaray?       ¿Cogobernar será la estrategia de Enrique Peña Nieto? Con ocho meses como Presidente de México, parecería tener sólo dos secretarios en su gabinete: el de Gobernación (Miguel Ángel Osorio Chong) y el de Hacienda (Luis Videgaray Caso). A diferencia de sus predecesores, Pena Nieto asumió un esquema diferente ante su gabinete. Cómo olvidar el “gabinete Montessori” de Vicente Fox que se consideraba un gabinete sólido en términos de experiencia, pero donde cada secretario tenía sus propia agenda. En el caso de Felipe Calderón no sólo hubo absoluta desorganización y falta de coordinación dentro del gabinete, sino que también se caracterizó de incluir, con algunas excepciones, a gente joven, con poca experiencia política o profesional en el ramo. En el caso de Enrique Peña Nieto, su selección de gabinete se caracteriza por darle a dos individuos mayor notoriedad. En los medios los vemos a diario. Así, quien habla sobre los temas importantes del país como seguridad o educación es Osorio Chong. ¿Dónde están el Procurador (Jesús Murillo) y el Secretario de Educación (Emilio Chuayffet)? Además de la reforma hacendaria y de la promoción de empleo, Luis Videgaray ha sido el portavoz de los temas energéticos. ¿Dónde están los secretarios de Economía (Ildefonso Guajardo) y el de Energía (Pedro Joaquín Coldwell)? La decisión del Presidente de tener a dos secretarios como las cabezas visibles de sus políticas públicas podría interpretarse de diferentes formas. ¿Son estos dos políticos posibles presidenciables en 2018? ¿O lo que busca el Presidente es tener escudos políticos desechables? En el pasado jurásico, cuando el PRI se comportaba de una forma más autoritaria, el Secretario de Gobernación era la mano derecha y la voz del Presidente, además de ser un presidenciable. El actual esquema es innovador, ya que son dos los secretarios que hablan a nombre del Presidente, y de la prioridad que éste le da a los temas económicos. Hace algunos años, durante una conversación que tuve con el ex Presidente de Colombia y ex Secretario General de la OEA, Cesar Gaviria, le comentaba que Vicente Fox había anunciado que su gabinete sería sexenal y que no tenía intención de remplazarlos. Extrañado, Gaviria me dijo que los Presidentes en una democracia tienen relativamente poco poder, pero entre las cosas que sí pueden controlar es a su equipo de asesores y ministros. Gaviria señalaba que el Presidente debe considerar a sus Ministros como “fusibles”, que pueden prenderse o apagarse según las necesidades políticas del gobernante. Pero darle tanta vitrina a estos dos secretarios también podría dificultar que los remueva, si estos no dan la talla o si las políticas públicas en temas de seguridad y economía fracasan. Alguien tiene que asumir la responsabilidad política, y tendrían que ser los secretarios consentidos. Sin duda, una de las herramientas más poderosas para un Presidente es la de remover a su gabinete a su voluntad. Por una parte, ello permite enviar un mensaje contundente de cambio de rumbo y de corrección de errores, apaciguando a los críticos, teniendo un control de daños y desviando las críticas al mandatario. Por la otra, nombrar y quitar secretarios permite abrirle espacios a grupos políticos que a cambio proporcionarían su apoyo para proyectos prioritarios. Pronto, Peña Nieto tendrá que evaluar si se rodeó del mejor talento y experiencia. El control real que ejerce un Presidente sobre su gabinete es que en cualquier momento lo puede remover. Pero, si el Presidente no controla a su gabinete, no controla nada. También hay que considerar cómo reaccionará este gabinete ante una grave crisis política económica o de seguridad. ¿Están listos los consentidos del Presidente? ¿Tienen la capacidad y la credibilidad para dar la cara? La revista U.S. News & World Report citó al Presidente Barack Obama para su edición especial sobre liderazgo (noviembre, 2009), quien señaló: “Los pasos que para mí han sido útiles en el día a día, se vuelven mucho más importantes en una crisis: ser capaz de establecer un equipo funcional; insistir en el rigor analítico de los problemas; asegurarnos que las voces que disientan sean escuchadas y que las opciones se exploren adecuadamente; estar dispuesto a tomar decisiones después de analizar todas las opciones; así como tener una retroalimentación oportuna de tal manera que si se tiene que corregir el rumbo esté en capacidad de hacerlo”. ¿Hay voces disidentes que escucha el Presidente Peña? ¿Será como uno de los caballeros de la mesa redonda, que enfrentó dragones portando sólo dos caballeros con su espada? ¿O lo recordaremos como el capitán del Titanic, que gritó ¡iceberg! y fue incapaz de evitar el choque, porque el capitán no pudo mover el timón?     *Ana María Salazar fue subsecretaria adjunta de Defensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Es experta en la relación México-EU.     *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

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