X
BREAKING
Estas son las 30 promesas de los negocios 2024

No conozco nada en el mundo que tenga tanto poder como palabra.

Emily Dickinson

Sí, hemos recorrido un largo camino y hemos avanzado en la senda de hacer del mundo profesional un espacio más igualitario. Pero aún quedan muchas pistas por avanzar. A lo largo de los años he escuchado de muchos lectores que trabajan en campos donde hay relativamente pocas otras mujeres, o personas de otras razas, con otras edades diferentes a la propia, lo que las hace únicas, pero no en el buen sentido, se sienten y son discriminadas.

Con frecuencia se presume que las personas no saben de lo que están hablando simplemente porque son diferentes. Tendemos a subestimar a los que no son como nosotros y llegamos a inferir que piensan y actúan en forma incorrecta. Nos dejamos ir por la impresión superficial y hacemos juicios de valor. Por eso, cuando alguien se siente discriminado y para establecer credibilidad, deben hablar mucho o afirmar sus credenciales por adelantado.  Sabemos cómo funciona eso, uno se siente ignorado, por lo que la reacción es destacar. 

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

El terreno profesional se complica. Hay patrones que son difíciles de destruir. Los prejuicios son irracionales. Algunas empresas siguen prefiriendo contratar a los mismos tipos de personas: hombres blancos de unos cuarenta años máximo que están en la red profesional de los otros hombres blancos que estudiaron en ciertos lugares, se visten de determinada forma y ostentan gustos muy particulares, parece como si formaran una especie de equipo.  Por supuesto, uno puede entender que para quien no pertenece es sumamente frustrante ir a trabajar y hacer esfuerzo por ser incorporado. Entonces, ¿qué hacer?  Por un lado, debemos reenfocar nuestra estrategia de liderazgo, hay que influir en forma positiva con las políticas de contratación.

Sin embargo, eso no es suficiente. Tenemos que enfatizar en soluciones específicas. Amy Gallo, de la Universidad de Harvard, proporciona un conjunto de herramientas que buscan dar respuestas muy precisas y que pueden dar cierta esperanza a las personas que sienten discriminación en su espacio de trabajo.  Este conjunto de preguntas es como una cajita de utensilios que son de gran utilidad. El kit de herramientas describe las tácticas que los líderes pueden usar para prevenir y abordar los patrones de sesgo dentro de sistemas profesionales específicos, incluida la contratación, el acceso a oportunidades, las evaluaciones de desempeño, las reuniones, las políticas de licencia familiar y la flexibilidad en el lugar de trabajo.

 Gallo aboga por un enfoque de tres pasos, que es, como señala, similar a lo que usaría para resolver cualquier problema comercial:

1. Usar métricas: las empresas ya usan métricas para evaluar si han progresado hacia un objetivo estratégico, como los objetivos de ventas o la satisfacción del cliente. Las métricas también pueden ayudarlo a identificar dónde existe el sesgo dentro de su organización y evaluar la efectividad de las medidas que ha tomado para prevenir o combatir el sesgo.

2. Implementar interruptores de sesgo: Los interruptores de sesgo son pequeños ajustes a los sistemas comerciales existentes, como comenzar su proceso de evaluación del desempeño con criterios claros y específicos directamente relacionados con los requisitos del trabajo o proporcionar una definición específica relevante para el trabajo de “ajuste cultural” si lo usa como criterio para la contratación. Estos cambios no deberían requerir que abandone por completo sus sistemas actuales.

3. Repetir según sea necesario: Después de implementar interruptores de sesgo, hay que volver a las métricas. Si no han mejorado, habrá que aumentar a interruptores de sesgo más fuertes.

¿Ya nos tienes en Facebook? Danos like y recibe la mejor información

Pero claro, Gallo señala que, para implementar los puntos anteriores con cierto grado de éxito, tiene que haber formas específicas de usar y analizar las métricas.  Sí, la discriminación es irracional, pero los profesionales no son tontos. Cuando una persona inteligente se da cuenta de que esos usos y costumbres están dañando su negocio y están empañando su prestigio, las cosas cambian sí o sí.

Por eso, cuando alguien se siente discriminado en su lugar de trabajo, los lamentos, los reclamos, las filosofías sirven menos que los argumentos y los datos duros. Hay que poner la mente fría para conseguir los resultados deseados. Por supuesto, entendemos que al terreno profesional se accede para trabajar no para hacer amistades, lo segundo llega como un regalo adicional que es deseado. Lo importante es propiciar un ambiente de trabajo cordial que permita a las personas desempeñarse en la mejor versión posible. 

Hay que hacernos cargo de que el mundo es diverso. Existen diferencias entre la mayoría de los hombres, la mayoría de las mujeres, los hombres de color y las mujeres de color, entre las personas latinas. Hay altos y chaparros, tímidos y extrovertidos. Hay hermosos y feos; rápidos y lentos. La competencia no se mide con esos parámetros.

 Por lo tanto, para dejar de discriminar a cualquier otro grupo históricamente excluido como veteranos, personas LGBTQ + e individuos con discapacidades, tenemos que usar argumentos y números que sean objetivos y fríos. Así que hablar, tiene que ser construir argumentos que puedan usarse para demostrar que controlamos los problemas y los temas, que tenemos las habilidades necesarias para realizar el trabajo para el que hemos sido contratados.

¿Qué hacer si te sientes discriminado en el trabajo? Lo primero es básico, hay que hacer un análisis y entender para qué nos contrataron y cuáles son los resultados que pretenden que demos. No es cuestión de aspirar a ser el personaje favorito de la temporada ni de popularidad, se trata de estar en un ambiente que nos permita desempeñarnos sustentados en nuestras mejores competencias para dar resultados. Si lo logramos, si demostramos, estoy segura de que habremos dado en el clavo de la solución. Si no, el análisis nos arroja como resultado que la situación no va a cambiar, por lo tanto, los que tenemos que cambiar somos nosotros. Es decir, es tiempo de buscar otro lugar para ir a trabajar. 

En resumen, se trata de confeccionar una estrategia para llegar a la meta que nosotros nos hemos impuesto. 

Suscríbete a Forbes México

Contacto:

Correo[email protected]

Twitter: @CecyDuranMena

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Foro de Davos WEF
El capitalismo que necesitamos
Por

Desde 2020, el Foro Económico Mundial ha insistido en el replanteamiento del capitalismo, para pasar del capitalismo de...