Cada año Freedom House realiza un análisis para determinar qué tan libre es Internet y el flujo de información en el mundo, verificando qué tanto los Estados intervienen en los contenidos o realizan acciones de hostigamiento, vigilancia o, incluso, espionaje hacia los ciudadanos. La importancia de su estudio radica en que los espacios digitales han tomado un lugar destacado en la discusión ciudadana sobre la problemática que les rodea. Así, las redes sociales son un constructo necesario para la democracia, ya que una parte considerable de la opinión pública ha tomado las palestras electrónicas como un foro para explicar, exponer, criticar, apoyar o denostar los temas que consideran importantes en su primer círculo. Por ello, el hecho de que un gobierno intervenga o ponga obstáculos para limitar el acceso a Internet resulta de vital importancia para la democracia, puesto que no sólo representa el que una persona no pueda opinar o llegar a los contenidos que desee, implica el sesgo de un segmento de la población para mantenerse informado, tener una voz que los represente y ser visibles para el resto de la sociedad. Para hacer el análisis, un equipo de más de 70 analistas estudió la libertad de Internet en 65 países, equivalentes al 87% de todos los usuarios de Internet en el mundo, durante el periodo comprendido entre junio 2017 a mayo 2018. Para tener una idea más clara, se construyeron 3 indicadores generales para determinar las dificultades que tendrían los usuarios en cada país, cuyo marcador iba de 0 a 100, esto es, entre más alto el número, menor libertad existe. Los parámetros analizados fueron:
  • Obstáculos al acceso. Se refiere a las barreras económicas, legales o de infraestructura para navegar en Internet, además de considerar la independencia de los órganos reguladores de las telecomunicaciones respecto del gobierno en turno.
  • Límites de contenido. Analiza las normativas vigentes en cuanto contenidos, filtros técnicos o bloqueos a sitios, diversidad noticiosa en la web, además de la utilización de herramientas digitales para las movilizaciones ciudadanas.
  • Violaciones a los derechos de los usuarios. En este punto se consideran las violaciones a la privacidad, el espionaje, en adición a las repercusiones por la libertad de expresión digital, tales como ataques cibernéticos, acoso o arresto.
China, con un puntaje de 88, se mantuvo en el primer lugar como el país en donde menos libertad digital existe, puesto que aparte del constante bloqueo de sitios externos, existe un complejo sistema de espionaje contra los ciudadanos, un estricto control de contenidos, además de arrestos por hacer críticas, ataques digitales y violencia en contra de los usuarios. Otros países que mantuvieron puntajes similares en oposición a la libertad de Internet fueron Irán (85), Etiopía (83), Siria (83) y Cuba (79). Los países con la mayor libertad digital del mundo fueron Estonia (6), Islandia (6), Canadá (15), Alemania (19), Australia (21). México obtuvo 40 puntos, lo que vuelve al Internet parcialmente libre. Los motivos para el puntaje fueron principalmente la violencia ejercida contra los periodistas y las nulas acciones que existen para evitar el acoso y la violencia cibernética; además, las noticias falseadas inundaron las redes sociales durante el pasado proceso electoral, poniendo fuertes obstáculos para la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información. La red como una fuente de información y como una plataforma de expresión es una herramienta necesaria para la democracia y la libertad; su bloqueo o el uso con fines represivos, sobre todo por parte de los gobiernos, puede redundar en una creciente falta de los derechos humanos y, por tanto, de la credibilidad en los Estados y sus instituciones.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @sincreatividad Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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