Por: César Martínez Aznárez

Federico Toussaint Elosúa es un empresario “de sangre azul”, dirían los clásicos. Es nieto de Bernardo Elosúa Farías, quien, en 1929, junto con su primo Viviano Valdés, tuvo la visión de comprar Ladrillera Monterrey a sus dueños estadounidenses, apremiados por la Gran Depresión.

Hoy se le conoce como Grupo Lamosa, la sexta revestidora cerámica mundial por ingresos.

Federico es el director general desde 1992 y su presidente desde 1998, y ha logrado duplicar la rentabilidad de los gigantes del sector. Su abuelo Bernardo era yerno de José A. Muguerza Crespo, miembro del pequeño grupo de emprendedores que fraguaron la creación, en Monterrey, a finales del siglo XIX, de la icónica Cervecería Cuauhtémoc, la cual es considerada un hito en el nacimiento y la formación de la clase empresarial de Monterrey y de la industrialización de México (hoy, la cervecera es parte de la holandesa Heineken, vendida por Femsa en 2010).

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Como lo apunta el académico Mario Cerutti en Propietarios, empresarios y empresa en el norte de México (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2000), emparentados entre sí, de los matrimonios de aquellos emprendedores surgieron famosas dinastías empresariales, como la de los Garza Sada.

El bisabuelo de Federico, Bernardo de Elosúa y González, también fue uno de los fundadores de la Cervecería Cuauhtémoc, según el Diccionario de Constituyentes Mexicanos 1812-1917, editado en 2018 por la Cámara de Diputados. Federico es, además, tataranieto del último gobernador virreinal de Coahuila y primer gobernador del México Independiente, Antonio de Elosúa y Zenea, cuyos datos están descritos en aquel diccionario.

La ascendencia empresarial hereda patrimonio, conocimientos y hasta influencia política, por lo cual se podría dudar del mérito propio de los herederos en los resultados que puedan ellos obtener.

No hay forma de comprobarlo con datos duros, pero, como contexto analítico, es una información relevante. Lo cierto es que, durante la gestión de Federico, con esa herencia, pero también con talentos propios, Lamosa mantuvo una rentabilidad sobre el capital invertido promedio de casi 9% (1995-2019), un nivel muy saludable.

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Hay también nexos actuales y directos con aquellas tradiciones por parte del ceo de Lamosa: el Grupo Monterrey. Según diversas investigaciones (del propio Cerutti; de Matilde Luna, 1986; Rubén Chavarín, 2011; Abraham Nuncio, 1982, y otros), Grupo Monterrey es una reunión de familias expresada en empresas; tiene su raíz en la formación del negocio alrededor de la Cervecería Cuauhtémoc al inicio del siglo XX, primero con dos subgrupos, después cuatro, luego 10.

Se le ha llamado “Grupo de los 10”, ha tenido miembros de empresas extranjeras, ha sido señalado por su influencia en las más altas esferas de gobierno, en decadencia desde hace años (o décadas, según varias lecturas) pero vigente y con empresas de las más grandes (Alfa, Cemex, Femsa) y con apellidos originales, más otros.

Al menos por los trascendidos de prensa, desde que Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la República, en julio de 2018, y hasta la pandémica actualidad, Federico Toussaint Elosúa aparece entre los empresarios de Grupo Monterrey que se han reunido con el primer mandatario. Si esto fuera así, es decir, si antes no figuraba y ahora sí, por lo pronto, hay un ascenso de su capacidad de incidencia.

Hay también nexos actuales y directos con aquellas tradiciones por parte del ceo de Lamosa: el Grupo Monterrey. Según diversas investigaciones (del propio Cerutti; de Matilde Luna, 1986; Rubén Chavarín, 2011; Abraham Nuncio, 1982, y otros), Grupo Monterrey es una reunión de familias expresada en empresas; tiene su raíz en la formación del negocio alrededor de la Cervecería Cuauhtémoc al inicio del siglo XX, primero con dos subgrupos, después cuatro, luego 10.

Se le ha llamado “Grupo de los 10”, ha tenido miembros de empresas extranjeras, ha sido señalado por su influencia en las más altas esferas de gobierno, en decadencia desde hace años (o décadas, según varias lecturas) pero vigente y con empresas de las más grandes (Alfa, Cemex, Femsa) y con apellidos originales, más otros.

Al menos por los trascendidos de prensa, desde que Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la República, en julio de 2018, y hasta la pandémica actualidad, Federico Toussaint Elosúa aparece entre los empresarios de Grupo Monterrey que se han reunido con el primer mandatario. Si esto fuera así, es decir, si antes no figuraba y ahora sí, por lo pronto, hay un ascenso de su capacidad de incidencia.

Bajos costos

El retorno del capital invertido (ROIC) en el Grupo Lamosa es de 9.2% (2017- 2020), más del doble que el rendimiento promedio de las 10 empresas más grandes del mundo en su sector, de 4.4%, un top ten donde la mexicana ocupa el sexto lugar por ingresos, y donde sólo es superado en rentabilidad por la firma china Power Dekor, según cálculos elaborados con datos de S&P Capital IQ.

La ROIC de la industria de recubrimientos de pisos es de 4.2% (promedio de 70 empresas). Quizás el principal hito del crecimiento de Lamosa en la era Toussaint Elosúa haya sido la compra de Porcelanite, en 2007, que había sido una pieza importante del conglomerado industrial de Carlos Slim Helú, Grupo Carso.

Pero la rentabilidad no cambió; se mantuvo en el mismo alto rango (el promedio anterior a la compra es similar al posterior: 9% y 8.6% respectivamente). Y, excepto en dos ejercicios de severa crisis, 1995 (4.1%) y 2008 (4.7%), la rentabilidad del capital no había bajado del umbral de 7% hasta que llegó el nuevo coronavirus en 2020, cuando cayó a 2.6% en enero-junio, por razones, obviamente, externas.

Lamosa

Los bajos costos de producción en comparación con la industria explican, en parte, la mayor rentabilidad de Toussaint: por cada 100 dólares que ingresan por ventas, utiliza sólo 60 para la fabricación, mientras el top ten necesita 74; la italiana Panariagroup, por ejemplo, usa 92 dólares, y la industria en su conjunto utiliza 78 (todos, promedios trianuales).

Sin embargo, la eficiencia siempre tiene luces y sombras. Por ejemplo, los comandados por Federico son menos eficientes que los líderes globales en el uso de los activos productivos, a juzgar por la rotación de los activos fijos: Lamosa recibe sólo dos dólares al año por cada uno que posee en esos bienes (maquinaria, etc.), mientras que Interceramic recibe 2.7 y el promedio mundial es de 2.8; y la diferencia es mucho mayor con el top ten: el doble de eficiente, con una rotación promedio de 4.5 veces al año.

Actitud conciliadora

El indicador de rentabilidad ROIC se enfoca en la operación y no necesariamente significa salud financiera. Sin embargo, en este caso específico, sí coincide.

El flujo de caja operativo de Toussaint (Ebitda) tardaría tres años y medio en pagar la deuda financiera, un plazo aceptable; mientras que, por ejemplo, en la brasileña PBG, otra de las grandes de la región, tardaría 12 años; en la industria, el lapso sería de 4.5 y, en el top ten, 3.8 años.

La emergencia sanitaria detuvo parcialmente a Lamosa en el segundo trimestre, debido a que la industria de la construcción fue considerada no esencial en México y en otros países donde opera (cinco más en América Latina), además de que el margen neto cayó de 7.7% en 2018, a sólo 1.1% en los últimos 12 meses cerrados en junio de 2020.

En la estadounidense Mohawk, líder del sector, el indicador también cayó, pero menos: de 8.6%, a 5.2%. Reabierta ya la industria por las autoridades, de todos modos Lamosa vende artículos que no son de primera necesidad y, por lo tanto, la demanda y su futuro inmediato son tan inciertos como la pandemia misma.

El ceo será protagonista en esos retos y, quizá, también en la arena pública nacional. El ex presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Nuevo León y miembro de una de las dos familias controladoras de Lamosa (los Elosúa y los Valdés juntos poseen 54% del capital), tiene, aparentemente, mayor presencia en la vida económico-política nacional y, a juzgar al menos por declaraciones suyas durante un encuentro de la Coparmex en noviembre pasado, tendría una actitud más conciliadora con las políticas de gobierno, en comparación con la postura más confrontativa del Grupo Monterrey, según se puede interpretar cuando es citado en los trascendidos de prensa.

 

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