Son las 4 pm en Sofitel Mexico City. Es una tarde de junio y la temperatura ronda los 30 grados Celsius en las calles de la capital del país. La frescura del hotel ofrece una reconfortante bienvenida a los visitantes de una construcción con arquitectura y decoración afrancesadas.
En el piso 36 del inmueble, Sylvain Chauvet, General Manager del hotel, muestra la habitación Opera Suite, un espacio de 147 m2 , que contiene todo lo que podría necesitar una persona que aspira a vivir una estancia inolvidable. Es una recámara de amplios espacios y una decoración francesa contemporánea, con acentos mexicanos, tina (desde donde se puede ver una panorámica de la Ciudad de México), ducha independiente y amenidades Hermès. La vista sorprende a quienes se atreven a mirar de modo tan total a la gran metrópoli.
El recorrido llega hasta el comedor. La charla continúa con Sylvain, quien es de origen francés (su acento lo delata). Él, durante los últimos 20 años, ha vivido en varios países, como Cuba, Guinea Ecuatorial, Gambia y Tanzania. Desde hace cinco años radica en México y llegó para abrir el Sofitel Mexico City Reforma. El ejecutivo ya ha tenido oportunidad de visitar varios rincones de México: “Llegamos a Oaxaca por casualidad el 31 de octubre, el Día de Muertos. Fue maravilloso; fue una experiencia excepcional […] La gente hace la fiesta, y está feliz de compartir su cultura. Pienso que el Día de Muertos es una súper tradición. En Francia, ese día todos estamos llorando; aquí, al contrario, se recuerda la buena imagen de los que perdimos”, dice, en entrevista para Forbes México .
Sofitel Mexico City Reforma abrió sus puertas en noviembre de 2019. Apenas cuatro meses después, la pandemia llegó a México. Era marzo de 2020. No obstante, explica Chauvet, aprovecharon ese tiempo para darse a conocer entre el público: “El mercado cambió durante la pandemia; de un mercado más enfocado al de negocios, éste se transformó en uno de placer […] No tuvimos tanto tiempo para adaptarnos a eso”.
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Antes de la pandemia, explica, la percepción de México en lo tocante a la seguridad no era la mejor. Esto, dice, hacía que la proporción del turismo fuera 80% en el segmento de negocios y 20% de placer. “Durante la pandemia nadie viajó por negocios, pero lo bueno fue que las fronteras en México estuvieron siempre abiertas. Y la gente de Estados Unidos, que es el principal mercado, ya no viajó a Europa ni a América del Sur; la única frontera abierta era la de México. Entonces, el mercado norteamerica – no empieza a venir más a México por placer, primero a las playas y, poco a poco, a la Ciudad de México”.
De acuerdo con información de la Secretaría de Turismo, durante 2022, 13 millones de ciudadanos estadounidenses visitaron México, 27% más que en 2021. En 2019, poco más de 10.5 millones de turistas de esta nacionalidad visitaron el país.
Durante este periodo, comenta Sylvain, fueron varias las amenidades del hotel que cobraron gran relevancia, como el bar del piso 38, el Cityzen Rooftop Kitchen (que tiene una vista imponente de Paseo de la Reforma y alrededores); el spa en el piso 39, donde utilizan productos L´Occitane; la alberca en el piso 38, y un salón de eventos que está en el último piso del hotel. “Normalmente, los salones de los hoteles están en la planta baja o en el sótano. Entonces, esto fue muy atractivo para el mercado”, dice. El número de bodas organizadas en el hotel se incrementó de manera considerable, una vez que se eliminó la restricción sanitaria.
“Hoy, el mercado es 50% turismo de negocios y 50% de placer. Y tenemos que satisfacer a los dos […] Los turistas buscan seguridad y placer […] Estamos muy cerca de la Embajada de Estados Unidos, en el centro de la ciudad. Hay mucha seguridad”.
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Otros aspectos también muy relevantes para el negocio, explica Sylvain, incluyen ofrecer altas velocidades de internet, buenos desayunos y sitios donde la gente duerma bien, que descanse realmente: “Con estas cosas, los clientes están muy satisfechos”. ¿Más beneficios? La ubicación: el hotel está muy cerca del Centro Histórico. El acceso también es rápido y conveniente para llegar a las colonias Condesa y Polanco. “Cuando [los turistas] regresan de un día completo en la ciudad, quieren descansar en la alberca, en el spa, tomar una copa en el bar. La comida también es muy importante”. En el hotel, agrega, se ofrece una mezcla gastronómica entre Francia y México.
Sylvain habla de cómo se incrementa el valor de un hotel gracias a la tecnología y la innovación: “Lo que buscamos es tecnología que facilite la estancia”. Y, en este sentido, explica, se trata de hacer sentir a los huéspedes, “como en casa”. “Tenemos en cada habitación, por ejemplo, cargador de teléfono [celular] sin contacto. No es una súper tecnología, pero facilita la estancia, porque, ¿a cuántos no se nos ha olvidado el cable para recargar [ese aparato]? Lo pueden poner al lado de su cama, y se carga”. También, agrega, la conexión bluetooth permite conectarse fácilmente al sistema de audio general de cada habitación.
UN PRESENTE ACOGEDOR
Sylvain comenta que abrir un hotel que pertenece a una cadena francesa acarreó diversos desafíos porque, en los alrededores, la mayoría de los competidores son cadenas estadounidenses bien posicionadas. Sofitel pertenece a grupo Accor, uno de los operadores de hoteles más importantes del mundo: administra 5,400 hoteles y tiene más de 40 marcas en 110 países. En México, administra hoteles en 17 estados. En Quintana Roo, por ejemplo, lo hace con el Fairmont Heritage Place Mayakoba y el Fairmont Mayakoba. No obstante, agrega, ha logrado ser reconocido como el mejor hotel de la Ciudad de México, de acuerdo con los premios Traveller’ Choice – Lo Mejor de lo Mejor de Tripadvisor. Es el sexto mejor de todo el país (los cinco que le anteceden son destinos de playa) y el segundo mejor hotel de lujo, también de todo el país. “Fue un súper reto y estamos muy orgullosos de esto, y tan sólo a cuatro años de haberlo iniciado”.
Según Sylvain, el turismo en la Ciudad de México se ha transformado en estos últimos años. “Al contrario del turismo de negocios, en el de placer es el turista quien paga [de su propia cartera]. No es la empresa la que se está encargando de los gastos. Y, cuando viajan, esperan realmente ser retribuidos. Así que el servicio es muy importante, y esto [el buen servicio] lo veo en toda la ciudad. Todos quieren venir aquí […] Hemos visto un cambio en el servicio, que ahora se enfoca en dar placer a los turistas. Y lo vemos en los resultados de Tripadvisor […] Aquí, el servicio no es falso: viene realmente del corazón”, dice.
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