Por Edwin Moreno* y Estrella Jaramillo** La tecnología ha jugado un papel fundamental en la liberación femenina, al permitir a las mujeres tener mayor autonomía y poder de decisión sobre su vida; Ya sea decidiendo sobre su carrera profesional, planeación familiar entre otras decisiones importantes de su vida. Hay cinco tecnologías que han sido clave en su poder de decidir.
  1. La bicicleta: Viajamos a las décadas finales del siglo XIX, siendo un transporte más barato que un caballo o automóvil y más sencillo de aprender a usar, la bicicleta permitió a las mujeres poder trasladarse de una forma independiente. Se convirtió en un símbolo de la emancipación femenina y se considera uno de los factores propulsores del movimiento sufragista.
  2. Métodos anticonceptivos: La separación de la sexualidad de la reproducción dieron lugar a la búsqueda de métodos que permitieran a los seres humanos controlar cuándo procrear. Aunque existían desde antes, dadas las prohibiciones impuestas por la iglesia, el boom de los métodos anticonceptivos no llegó hasta la primera mitad del siglo XX. Al poder controlar cuándo tener o no hijos, las mujeres podían decidir sobre algo fundamental en su cuerpo y su vida, permitiendo extender la edad promedio de la maternidad e incluso decidir no ser madres, usando el tiempo extra en educarse y crecer en su carrera profesional. Además de tener una mayor liberación sexual al disminuir drásticamente las consecuencias al tener relaciones sexuales.
  3. Aparatos electrodomésticos: Las tareas del hogar solían tomar mucho tiempo y esfuerzo, pero con la llegada de los electrodomésticos el tiempo de las tareas del hogar se redujo drásticamente y sumado al retraso en la edad promedio de la maternidad, esto dio mucho tiempo libre a las mujeres para usarlo en su educación y desarrollo profesional, además de que cada día se ha vuelto más normal que los hombres ayuden en las labores del hogar.
  4. Medios de comunicación: Con la expansión de la televisión, las revistas y el cine, además de un mayor acceso a educación para mujeres y hombres, se incrementó la conciencia de los problemas que las mujeres enfrentaban al tener dependencia económica del hombre y la necesidad de un cambio cultural, teniendo una ventana a otras formas de vivir, e incluso se empezaron a mostrar algunos modelos de mujeres independientes que seguir, aunque también estos medios de comunicación se llegaron a usar para mantener el patriarcado sobre todo en sus inicios. Está tensión si bien siempre ha existido, progresivamente los medios han sido una mayor fuente de modelos de mujer progresistas.
  5. Redes sociales: Con la llegada de Internet con formas de comunicación inmediata y de acceso a información, las mujeres pueden conectar con otras mujeres que piensan igual que ellas y de esa forma les es más fácil romper con lo establecido de generaciones anteriores encontrando su propio camino además las redes sociales han acelerado la congregación y formación de grupos de lobby por la igualdad de la mujer.
Ya lo ha dicho Jack Ma, el hombre más rico de China y fundador de Alibaba, “Uno de los secretos del éxito de Alibaba es que tenemos muchas mujeres, una compañía con 47% de su fuerza laboral femenina, las mujeres tienden a pensar más en otros que en ellas mismas a comparación de los hombres”, comenta Ma. Ha sido más que demostrado que los equipos diversos son más productivos y generan más retorno. La clave está en maximizar las fortalezas de cada empleado, en lugar de tratar de asimilar a las mujeres a una cultura masculinizada. Se trata de trabajar juntos y con equidad. En un mundo donde la población femenina es mayor a la de los hombres, no hace sentido vivir en un patriarcado, ni tampoco es correcto ir al otro extremo. El respeto mutuo, la equidad y el balance es la clave, entendiendo que no somos iguales ni debemos aspirar a serlo, cada uno tiene fortalezas que debemos aprender a complementar. Aunque se ha avanzado mucho en el empoderamiento femenino aún hay mucho por hacer en temas como la seguridad, la igualdad salarial, la pervasiva división de trabajo basada en género -tanto en lo profesional como en el hogar- y por supuesto en cuestiones de derechos fundamentales como la mejora de la salud maternal o los derechos reproductivos. Para corregir estas desventajas que siguen afectando a la mujer tanto en el mercado laboral como en lo personal, necesitamos colaborar y trabajar juntos, hombres y mujeres, y así crear una sociedad equitativa donde todos tengamos las mismas oportunidades de prosperar. *Economista de la Universidad Iberoamericana, ex alumno de Singularity University. **Emprendedora y escritora del sector de salud de la mujer y tecnología.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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