Debido al incremento poblacional para el año 2050, se estima un aumento de residuos sólidos urbanos cercano a 3 mil 400 millones de toneladas, de los cuales el 12% corresponderán a plásticos y sus derivados.

Actualmente, en México el 37% de los desechos son destinados a rellenos sanitarios, el 19% son recuperados y únicamente el 9% son sometidos a tratamiento de reciclaje; el resto se confina en tiraderos a cielo abierto, causando un importante daño ambiental.  La Ciudad de México genera 9 mil toneladas al día de residuos sólidos urbanos, cuya disposición implican un gasto anual de 71.3 millones de pesos al año. 

El intento por disminuir el empleo de plásticos no resulta una solución a corto plazo, ya que aún son indispensables en todos los sectores: hogar, médico, automotriz, calado, mecánico, etc. En el país al menos se producen y desechan 75 millones de toneladas al año de envases de un solo uso. Las instalaciones de PET STAR; la planta de reciclaje de PET más grande del mundo, ubicada en Atlacomulco, Estado de México colabora con la reducción de botellas de plástico de un solo uso al trabajar con una capacidad máxima de reciclaje de 80 mil toneladas al año.

La creciente cantidad de residuos sólidos es causante de una problemática social, ambiental y económica cuya necesidad de solucionar incita a la búsqueda de alternativas viables para minimizar la cantidad de residuos dispuestos a basureros municipales y rellenos sanitarios.

La valorización energética es un proceso fisicoquímico de biodigestión mediante el cual los residuos sólidos urbanos imposibles de reciclar, compostear o reutilizar son sometidos a un tratamiento térmico controlado de al menos 2000°C, reduciendo así su volumen. La consecuencia de la combustión resulta en producción de energía eléctrica.

México dispone de alta tecnología para la valorización energética de residuos mediante el coprocesamiento en hornos cementeros, siendo la alternativa más viable para la reducción de impacto ambiental al lograr un abatimiento del 40% del bióxido de carbono y metano liberados a la atmósfera, debido a su tecnología de lecho fluidizado y capacidad de retención de gases, además de generar cadenas productivas e impulsar la economía circular.

Actualmente la producción de residuos sólidos urbanos en México es de 44 millones de toneladas al año, de los cuales 23 millones de toneladas corresponden a fracciones orgánicas, cuatro millones de toneladas son reciclables y 17 millones de toneladas con fracciones inorgánicas no reciclables.

Si esos residuos son sometidos a reciclaje, composteo y termovalorización en hornos cementeros, respectivamente, sería posible la obtención de 11 mil 166 GigaWatts al año, equivalente al 23% de la energía generada por la Comisión Federal de Electricidad, con un valor aproximado de 23 mil 144 millones de pesos al año, de acuerdo con especialistas que participaron en el Foro Nacional de Valorización Energética de los Residuos que organizó la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación.

El modelo de solución mundial para la reducción de residuos sólidos urbanos es promover la separación de éstos. Que los gobiernos emitan regulaciones para la separación doméstica de residuos orgánicos, inorgánicos reciclables e inorgánicos no reciclables, así como la creación de centros de recolección de residuos sólidos urbanos para su posterior tratamiento en hornos cementeros.

 

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