Si eres emprendedor, te aseguro que nunca han existido mejores condiciones para desarrollar tu proyecto. México está llamado a convertirse en punta de lanza para América Latina.   En días pasados se llevó a cabo la Semana Nacional del Emprendedor, un esfuerzo liderado por el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), que año con año ha ido mejorando en términos de organización, impactos y estructura. Ha sido un privilegio escuchar historias de éxito como la de Cinépolis, en voz de Alejandro Ramírez, una empresa 100% mexicana que se ha convertido en la tercera más grande de cines a nivel mundial, o la conferencia de Ricardo Salinas Pliego, desafiando el statu quo no sólo de las telecomunicaciones, sino de la forma en que el gobierno se relaciona con los emprendedores y los empresarios. En el marco de este gran evento y gracias al apoyo del Inadem (por conducto de su director, Enrique Jacob), tuvimos la fortuna de llevar a cabo un Startup Grind, con Salim Ismail, uno de los fundadores de Singularity University, disponible en línea y de forma gratuita aquí. En esta ocasión me gustaría comentar el cómo desde este tipo de eventos es posible identificar algunas piezas clave de nuestro ecosistema, de aquellos esfuerzos que están apoyando el desarrollo y de otros que se pierden en el camino. ¿El resultado? Un diagnóstico bastante simple del ecosistema nacional. Los emprendedores LO BUENO: Cada día vemos a más emprendedores con mayor experiencia, identificando problemas más específicos y adoptando visiones globales. LO MALO: El término “emprendedor” se ha ampliado de tal forma que ahora, y por excepción, cualquier persona que no trabaje en un gran corporativo se hace llamar emprendedor y espera poder crecer, recibir inversiones y operar como cualquier emprendimiento (freelancers, profesionistas, franquiciatarios, proveedores de servicios, etc.) EL RETO: Identificar emprendedores con potencial y crear las condiciones (regulatorias, de acceso a capital y de comunidades) para que escalen sus proyectos globales. Los fondos LO BUENO: Contamos cada día con más fondos de inversión. Los proyectos que buscan capital, si cumplen con algunos requisitos esenciales, no deben sufrir demasiado para lograr capitalizarse. LO MALO: Ver el dinero como un mecanismo de arranque, no como un modelo de negocios. Seguimos viendo firmas de Venture Capital administradas por ex banqueros, ex consultores y financieros. En la mayoría de los equipos de estas firmas no hay fundadores de startups. EL RETO: Que las firmas de Venture Capital se compongan de al menos 50% de fundadores del tipo de emprendimiento al cual desean atacar. Que los fondos públicos sean un medio y no un fin. Crear fondos sustentables y que generen retornos atractivos para sus inversionistas es sólo la mitad del camino; la meta es que estos fondos logren aportar no sólo capital sino también expertos (no mentores) que puedan apoyarlos en temas específicos, como reclutamiento, marketing, gobierno corporativo y desarrollo de producto. El gobierno LO BUENO: El desarrollo que ha tenido el gobierno en su rol dentro del emprendimiento ha sido exponencial. En menos de 4 años tenemos un gobierno que entiende y desarrolla estrategias para apoyar a los emprendedores a través de toda un área concentrada en el Inadem. LO MALO: Los fondos públicos deben ser utilizados únicamente en dos formas: como creadores y como detonadores. Es decir: de forma inicial para crear y estimular la creación de emprendedores y fondos (con la idea de que sólo sobrevivan los que eventualmente puedan ser sustentables), y como detonadores, cuando estos inversionistas o emprendedores requieren de un capital específico para crecer exponencialmente. Desafortunadamente existen emprendedores y fondos que deben su supervivencia a este dinero público, y que sin él, sus modelos de negocio resultan insostenibles. EL RETO: Revisar la normatividad y los protocolos de asignación de los recursos públicos para acotar el apoyo a crear y detonar proyectos sustentables, sin por ello inhibir la participación de emprendedores con potencial, pero sin capacidad de gestión y desconfianza de los procedimientos para la obtención de fondos públicos. Las universidades LO BUENO: Cada día vemos más universidades diseñando estrategias para atender, fomentar y desarrollar emprendedores. Una realidad completamente distinta de la que veíamos hace 10 e incluso 5 años. LO MALO: Con frecuencia, las universidades se ven a sí mismas como el centro del ecosistema emprendedor. EL RETO: Lograr que las universidades se vean a sí mismas como instrumentos amplificadores muy importantes para los emprendedores en etapas tempranas, de tal forma que puedan apoyarlos e impulsarlos sin importar si son o no alumnos.   Conclusión Si eres emprendedor, con certeza puedo asegurarte que nunca han existido mejores condiciones para desarrollar tu proyecto. En la medida en que sigamos todos construyendo un mejor ecosistema, lograremos que México se convierta en punta de lanza para América Latina.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @P_LASCURAIN Facebook: Startup Grind Página personal: Pablo G Lascurain Linkedin: Pablo G de O García Lascurain Empresa: Startup Grind Capítulos: Monterrey / Ciudad de México   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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