Por Jose Kont*

México cerró 2023 con una importante caída en relación con la inversión de capital de riesgo. Con un monto de 449.81 millones de dólares, la cifra representa un desplome que causó y posiblemente seguirá causando problemas para muchos founders e inversores.

Fue justo en medio del año pasado cuando Rockstart, una aceleradora global, presentó un estudio titulado ¿Por qué fracasan las Startups en Latinoamérica? donde se recopilaron las principales causas en la región.

Lo interesante del estudio es que integró las perspectivas de founders e inversores, revelando discrepancias notables. Mientras que una amplia mayoría de los founders (9 de cada 10) apuntaron al Fundrasing (la dificultad para conseguir financiamiento) como el principal obstáculo, los inversores identificaron la falta de un producto que satisfaga una demanda real del mercado (Product Market Fit) como la principal razón de los fracasos.

Y traigo a colación estos datos porque 2023 además de ser el año más bajo en términos de actividad de Venture Capital en el país (comparado con los últimos 5 años) también fue un año récord en despidos y cierre de Startups.

Resulta imprescindible comprender que, aunque el capital de riesgo puede añadir dinamismo al desarrollo de una startup, de ninguna manera mitiga los riesgos inherentes. De hecho, la tasa de fracaso de las startups respaldadas por Venture Capital también es alta, como encontró el profesor de la escuela de negocios de Harvard, Shikhar Ghosh, indicando que el 75% de las empresas que recaudaron 1 millón de dólares o más entre 2004 y 2010 terminaron fracasando.

Entonces ¿cuáles son los motivos reales que no permiten alcanzar el éxito en una startup o emprendimiento?  Desde mi perspectiva es la combinación de 3 factores: Factores de mercado (mal producto, mercado en contracción, temas regulatorios), factores relacionados con el emprendedor (falta de cintura para el riesgo, falta de tenacidad, disciplina, pasión, falta de equipo y experiencia) y factores agnósticos (mal timing, competencia desleal, inestabilidad política, inflación, entre otros).

Nunca ha sido fácil estar al frente de una startup. Sin embargo 2023 fue particularmente complejo, dándonos a todos una lección de resiliencia y tenacidad. Si bien el capital de riesgo puede acelerar la tracción de una startup y ser de utilidad para construir una solución disruptiva, no reduce el riesgo. Por lo tanto, es fundamental estar conscientes de los retos en el camino, trabajar bajo una visión de largo plazo y recordar como bien apuntaba Churchill que “el éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

Contacto:
*Director Ejecutivo de Cuantico y Venture Partner en Impacta VC.

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