Para la realización de la cuarta edición de las firmas de compromiso ambiental en México, únicamente 30 corporaciones conformaron el listado de este año, las cuales le dieron seguimiento sistemático a sus mediciones de emisiones para aminorar su impacto en el medio ambiente. El año anterior, el listado estuvo conformado por 40 compañías. Lo anterior resulta relevante porque, precisamente, 2016 fue el año considerado como el más caluroso de los últimos tiempos, de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Según datos de esta agencia, la temperatura promedio del planeta aumentó 0.91 ºC en los últimos 40 años. El dato resulta revelador porque, de acuerdo con las empresas que aparecen en el listado de Forbes México este año, en conjunto incrementaron 11% sus emisiones de carbono a la atmosfera, pese a que todas han realizado esfuerzos importantes para reducir sus impactos ambientales. Es decir, que los esfuerzos hechos hasta el momento para revertir los efectos del calentamiento global son insuficientes y todavía hace falta mucho trabajo, pese a los Acuerdos de París, en los que 194 países se comprometieron a disminuir sus emisiones de CO2 en las siguientes dos décadas. El precio del calentamiento El impacto económico de los efectos del cambio climático arroja una fluctuación de cifras y datos que pueden variar de acuerdo con el análisis y enfoque de cada uno de los organismos internacionales o instituciones que realizan los informes anuales sobre este tema. No obstante, el objetivo común de dichos reportes es intentar cuantificar monetariamente las pérdidas económicas ocasionadas por los impactos naturales que, año con año, van en aumento. De acuerdo con el “Informe global sobre cambio climático y desastres naturales”, realizado por la aseguradora británica Aon, de 2000 a la fecha el número de eventos naturales devastadores ocurridos en el planeta mantiene una tendencia ascendente cada año y, para el cierre de 2017, las cifras superarán los registrados en 2016, tanto en magnitud destructora como en su impacto económico. Revela que, de 2003 a 2016, los desastres naturales pasaron de 193 a 315 eventos por año. También señala que, tan sólo el año anterior, el valor de las pérdidas económicas a escala global alcanzaron los 210,000 millones de dólares (mdd), y son precisamente los huracanes y las inundaciones los fenómenos que mayores pérdidas económicas arrojan a los países afectados. Te puede interesar: Bio Pappel encabeza lista de las 40 empresas verdes en México

La gente evacúa sus hogares después del paso del huracán Harvey, en Houston, Texas. Foto: Joe Raedle/Getty Images.

El Banco Mundial realizó el primer informe llamado “Irrompible: Desarrollar la resiliencia de los pobres frente a los desastres naturales”, en el que destaca que las catástrofes naturales generan pérdidas más allá de la afectación de las infraestructuras, a los activos de las empresas y a las personas. El reporte revela que las poblaciones en condición de pobreza son, generalmente, las que pierden capacidad de consumo tras sufrir una catástrofe natural. El informe revela que el costo por el desplazamiento de personas y pérdida del poder adquisitivo durante 2016, a causa de los diferentes fenómenos naturales ocurridos en el planeta, fue de 520,000 mdd, siendo los tornados, huracanes, ciclones y sequías los más recurrentes. A la par, la NASA reporta que el aumento de la temperatura del planeta se ha duplicado en los últimos 17 años: en 2000, la temperatura promedio del planeta se había elevado 0.42 ºC con respecto de 1976. Sin embargo, a partir del inicio del nuevo siglo, la temperatura promedio de la tierra comenzó a elevarse de manera constante y, para 2016, el más caluroso de los últimos años, la temperatura promedio alcanzó 0.91 ºC; es decir, en menos de 40 años, aumentó casi un grado la temperatura planetaria. El reporte de Aon manifiesta que el costo de los desastres naturales ha mantenido la misma tendencia de crecimiento con respecto del incremento de la temperatura del planeta y cada vez es más común que los países enfrenten un mayor número de eventos como huracanes, ciclones, tornados y sequías. El informe revela que el cálculo de las pérdidas, que en 2000 era de 84,000 mdd, en 17 años aumentó 150%. Los efectos de la negación En junio pasado, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos abandonaba los Acuerdos de París, alianza que contempla los compromisos de 194 países para mitigar sus emisiones de CO2 causantes del calentamiento global. Tanto Estados Unidos como China son los principales emisores de gases contaminantes a la atmosfera y, aunque en la actualidad el país asiático es quien más gases de efecto invernadero genera, son los estadounidenses quienes emiten más toneladas de CO2 por persona. De acuerdo con la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (EDGAR, por sus siglas en inglés), cada ciudadano de ese país emite 16.4 toneladas de CO2 al año. Te puede interesar: ¿En qué consisten los objetivos del Acuerdo de París?

Los incendios forestales que afectaron las regiones vitivinícolas del norte de California provocaron evacuaciones de más de 20,000 personas. Foto: David Paul Morris/Bloomberg via Getty Images.

El “Estudio global sobre cambio climático y desastres naturales” revela que Estados Unidos es el país que más eventos naturales ha enfrentado en los últimos 10 años: tan sólo en 2016, registró 66 fenómenos, que dejaron pérdidas superiores a 70,000 mdd. Recientemente, la calificadora de riesgo Moody’s señaló que las pérdidas materiales a causa del huracán Harvey, que azotó en septiembre pasado la ciudad de Houston, estarán entre 45,000 y 65,000 mdd, mientras que las pérdidas económicas podrían alcanzar hasta 10,000 mdd. En los últimos 15 años, Estados Unidos ha sido golpeado cada año por al menos un evento natural de proporciones catastróficas: en 2005, Katrina provocó grandes pérdidas humanas y generó costos por 118,000 mdd; en 2012, el huracán Sandy ocasionó pérdidas por 73,000 mdd. El huracán Irma, que golpeó Miami unos días antes que Harvey, también generó fuertes estragos a la infraestructura y provoco pérdidas por 52,000 mdd. Un análisis realizado por BBVA Research sobre el impacto de los recientes huracanes en Estados Unidos señala que los costos no son únicamente económicos, pues miles de personas han perdido sus empleos, mientras que el sector agrícola pasa por un periodo largo para recuperar el nivel de producción que tenía previo a la ocurrencia de eventos de este tipo, causando una sobredemanda de insumos y su encarecimiento. La consultora de estudios meteorológicos AccuWeather reveló recientemente, en un reporte realizado luego del paso de Harvey, que el costo económico de los daños ocasionados por el fenómeno que azotó a Houston podría llegar a 160,000 mdd, lo que lo colocaría en el mismo nivel o por arriba de Katrina, hasta el momento el huracán más devastador y costoso de los últimos años en Estados Unidos. Sin embargo, los efectos del calentamiento global no sólo se dejan sentir en Estados Unidos. En fechas cercanas, los países del Caribe tuvieron que enfrentar dos huracanes devastadores, que dejaron grandes daños económicos y materiales en Puerto Rico, República Dominicana, Martinica y otras islas caribeñas. Los primeros cálculos de las pérdidas ocasionadas por el huracán María, que golpeó severamente Puerto Rico, dejó pérdidas económicas por 50,000 mdd, mientras que, en República Dominicana, los costos se calculan en alrededor de 7,000 mdd, de acuerdo con datos de la consultoría AccuWeather. El huracán Otto, por ejemplo, ocasionó pérdidas económicas por más de 60 mdd en Costa Rica. Te puede interesar: IMCC refresca el tejido social y ambiental con innovaciones constantes

Guardias republicanos nacionales GIPS y bomberos intentan extinguir un fuego en un bosque después de que un incendio forestal arrasó docenas de vidas cerca de Pedrogao Grande, en el distrito de Leiria, Portugal. Foto: Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images.

En México, los huracanes Lidia, Katia, Irma, José y Max azotaron en los últimos meses las costas del Golfo de México y el Pacífico. El presupuesto del gobierno para hacer frente a desastres naturales de este tipo para 2017 fue de 316 mdd, de acuerdo con cifras del Fondo Nacional de Desastres Naturales, pero quedó ampliamente rebasado antes de terminar el año. El informe de Aon señala también que las grandes sequías en Asia generan grandes pérdidas económicas a los países de la región y, al igual que las tormentas e inundaciones, provocan el desplazamiento de millones de personas cada año. Cifras del Banco Mundial señalan que, durante 2016, alrededor de 26 millones de habitantes fueron afectados por fenómenos naturales, quedando en condiciones de pobreza. Esfuerzos incipientes Los acuerdos durante la COP 21 en París, en 2015, señalaban que los países firmantes hacían vinculantes los compromisos adquiridos durante la cumbre. Esto significa que países y empresas podrían ser sancionadas jurídicamente, de acuerdo con sus respectivas legislaciones, en caso de violar los acuerdos o sus leyes ambientales. Éste es uno de los temas nodales de los acuerdos porque, a la fecha, muchas compañías y gobiernos asumen que cualquier esfuerzo que realicen en pro del medio ambiente es meramente una iniciativa particular; sin embargo, las cifras de emisiones de carbono a nivel global no disminuyen y el calentamiento global es cada vez más evidente. Las compañías que forman parte del informe de Forbes México demuestran que sus esfuerzos por mitigar sus impactos se ven opacados por el incremento en la demanda de sus diversos productos y servicios, lo que habla de la intensidad del consumo y el aumento de la población que cada día demandará más bienes y servicios. En ese sentido, es vital que las empresas comiencen a medir de forma sistemática sus emisiones contaminantes, y un principio para ello es su incorporación al Registro Nacional de Emisiones (Rene) que, pese a medir las emisiones de CO2 en función del consumo eléctrico y a que es limitado porque, en un futuro, las leyes ambientales de México y el mundo deberán dirigir sus esfuerzos a la medición de las emisiones directas tanto de empresas como de gobiernos, es un buen principio. Por el momento, nuestros sistemas de medición de emisiones es un punto de partida adecuado para saber en dónde estamos situados en cuanto a nuestra capacidad de generación de emisiones de CO2. Sin embargo, trabajamos contra el tiempo y, en caso de no revertir los efectos del calentamiento global, veremos en pocos años más desastres en las grandes urbes, a casusa de los fenómenos naturales. Te puede interesar: México busca 54 mdd para cumplir metas del Acuerdo de París
Consulta aquí el listado: Forbes Forbes Forbes

 Metodología

Para el cuarto informe de Firmas con Compromiso Ambiental se seleccionaron 30 empresas que presentaron la información más consistente, de un total de 65 respuestas recibidas. Para ordenar el listado se elaboró el Índice de Sustentabilidad y Transparencia (ISyT) base 100, en el que se califican la transparencia y disponibilidad de información relacionada con las mediciones y resultados que hacen las propias empresas en materia de cuidado del medio ambiente y reducción de emisiones de CO2. Por primera vez, este año se incluyeron empresas del sector financiero. Junto con las del sector turístico y retail, éstas no realizan la certificación de Industria Limpia de la Semarnat, debido a que dicha verificación está enfocada principalmente en el sector industrial. Sin embargo, en algunos casos, reciben certificaciones LEED, que se refiere al nivel de sustentabilidad de sus edificios. No obstante, algunas empresas del sector servicios realizan grandes tareas de mitigación interna, equiparables con las grandes industrias de México.
  1. 1) Transparencia: Mayor disponibilidad de indicadores y datos duros proporcionados por las empresas. Valor: 35 puntos.
  2. 2) Esfuerzos para la disminución de emisiones de CO2: Programas, inversiones y compromiso para este fin. El indicador es una ponderación de estas actividades, que considera los incrementos a causa de una mayor actividad productiva o comercial de las empresas. Por lo general, cuando una empresa incrementa su producción, se elevan sus emisiones de CO2; en ese marco se toman en cuenta los esfuerzos de reducción de parte de la empresa. Valor: 35 puntos.
  3. 3) Cumplimiento de normas ambientales: Proporción de plantas con certificaciones ambientales como ISO 14000 u otras con respecto del total de las plantas que opera la compañía en el país sede o la región en su conjunto. Valor: 30 puntos.
Listados: Presenta los esfuerzos internos realizados por las empresas durante 2015 y 2016 para reducir sus impactos ambientales y mejorar sus prácticas de cuidado del medio ambiente, tanto al interior de sus operaciones, como su compromiso con el entorno. En algunos casos, las reducciones son considerablemente altas; en otros, son mínimas y, en algunos más, se registran incrementos; no obstante, dichos números no significan menores esfuerzos por parte de las empresas participantes, ya que cada programa de sustentabilidad responde a las características y necesidades propias de cada empresa y sector. Recuadros (Impacto en la comunidad e Inversiones): Beneficios internos que impactan el medio ambiente. Las acciones de las empresas deben ser tangibles en su entorno y, por ello, la disminución de consumo e incremento de reciclajes cobran gran relevancia, más allá del beneficio, en la eficiencia de sus procesos; asimismo, se consideran las inversiones que realizan para la implementación y el mejoramiento de nuevas tecnologías. Esta parte se centra en las actividades de las empresas y sus programas enfocados a contribuir con la disminución de emisiones de GEI. Es la parte más visible para la sociedad, en cuanto a trabajo y resultados de las empresas en prácticas ambientales.

 

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