Las organizaciones y sus directivos necesitan desarrollar estrategias creativas e innovadoras que les permitan desenvolverse en su mercado de forma más eficiente.     Cuántas veces nos hemos preguntado por qué no logramos los objetivos si hemos dedicado una suma importante de recursos y tiempo en la planeación. Después de esta pregunta es inevitable cuestionarnos sobre el costo que tendremos que asumir por no llegar a nuestros objetivos y qué necesitamos mejorar para afrontar y evitar que estas situaciones se repitan. Hemos encontrado que en muchas organizaciones la brecha entre la formulación de la estrategia y su ejecución es cada vez más significativa, trayendo consigo un aumento en su exposición al riesgo y posibles pérdidas de clientes, interrupciones en sus cadenas de suministro, aumento en sus costos, e incluso disminución en el valor de la organización. Esto puede ser resultado de un gran número de eventos, pero en nuestra opinión podrían ser enfocados en cuatro factores de riesgo indispensables a la hora de realizar los ejercicios de formulación y ejecución de las estrategias. 1. Priorización. Cuántas veces hemos visto que dentro de nuestras organizaciones sabemos adónde queremos llegar, pero no tenemos dimensionados todos los cambios necesarios que nuestros objetivos requieren o si organizacionalmente estamos preparados para afrontar tales cambios. Por ello es importante que en los ejercicios de planeación se trabaje conjuntamente con los equipos directivos en el análisis e identificación de todos los cambios, actividades y tiempos requeridos, así como en la asignación de recursos de capital necesarios para lograr los objetivos establecidos. 2. Entorno organizacional. Juega un papel importante dentro del diseño y ejecución de nuestras estrategias, pero de acuerdo con la Segunda Encuesta de Gobierno Corporativo realizada por PwC, en México únicamente 40% de las organizaciones no reguladas encuestadas cuentan con una práctica de administración de riesgos que les permita conocer y analizar los diferentes eventos y escenarios en su entorno que puedan exponer el valor de la organización o disminuir su capacidad de gestión estratégica. Es importante que en conjunto con los esfuerzos de planeación se analicen los diversos riesgos potenciales a los que está expuesta la organización, de tal forma que se establezca un apetito y los límites de riesgo que sirvan de guía en el diseño de las estrategias, así como las tolerancias que delimiten y aseguren que la ejecución de la estrategia logre los objetivos esperados. 3. Comunicación. Comúnmente observamos situaciones dentro de los equipos de trabajo encargados de la ejecución de las estrategias en que los integrantes dicen: “Yo soy mi puesto”, “No es mi responsabilidad”, “Trabajamos en silos de acuerdo con los temas de especialidad”, etcétera. Estas posturas, cada vez más cotidianas en las organizaciones, son un factor de riesgo de comunicación que impide ejecutar adecuadamente las estrategias. Para esto es importante que a la hora de planear las actividades, en conjunto con los equipos directivos, se analicen minuciosamente cuáles son los conocimientos y aptitudes de cada uno de sus colaboradores y se les asignen actividades clave de acuerdo con su perfil, los roles y responsabilidades, así como las líneas de comunicación y reporteo a cada uno de los responsables de la ejecución estratégica. 4. Seguimiento. Llevarlo a cabo es fundamental para el éxito o fracaso de las estrategias. Para esto, alineado a los límites y tolerancias de riesgos dentro de la organización, se deben establecer puntualmente los indicadores que permitirán monitorear y dar seguimiento al desempeño de las actividades y los que vigilarán los riesgos asociados, manteniendo alertas y preparados a los equipos de trabajo, así como a sus directivos. El mensaje es muy claro: las organizaciones y sus directivos necesitan desarrollar estrategias creativas e innovadoras que les permitan desenvolverse en su mercado de forma más eficiente. Asimismo requieren identificar cuáles son los canales necesarios que les permitan evaluar los eventos, escenarios y niveles de riesgo asociados, con la finalidad de mitigar y controlar de forma eficiente la exposición al riesgo de la organización.   Héctor Macías es socio de Consultoría de PwC México ([email protected]). Pedro Sandoval Sánchez es consultor de PwC México ([email protected]).     Contacto: Página web Facebook Twitter Blog YouTube     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

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