Jorge L. Quijano es el CEO de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), pero este país centroamericano alberga mucho más: hay una exquisita propuesta de comida internacional y una explosión cosmopolita que lo convierte en puerta de acceso de la alta gama a la región.
Ocho y medio
Casco antiguo
Moderna brasserie ideal para comer y tomar un gintonic (la fiebre por la ginebra premium acaba de llegar). Localizada en el barrio colonial de la ciudad, el restaurante se encuentra oculto en el interior de lo que fue la antigua sede de un colegio de monjas. Un escaparate con una sorpresa oculta en el interior, accesible por medio de un estrecho pasillo que conduce desde la entrada hasta el salón principal. Un callejón similar a los que definen el viejo tejido urbano del casco antiguo, en cuyo final una puerta de herrería permite vislumbrar un jardín gastronómico.
American Trade Hotel
Casco antiguo
Hotel boutique que en apenas tres años se ha convertido en the place to be, un lugar de encuentro para personalidades influyentes, creativos y culturas de todo el mundo. Emplazado en un edificio emblemático, cuidadosamente restaurado, está estrechamente conectado con el barrio antiguo y la nueva ciudad de Panamá. Destaca por su decoración con toques vintage, sus amenities de la marca (de culto) australiana Aesop y su club de jazz . Recomendamos la habitación Panorama, que brinda una impresionante vista desde el último piso.
Lee también: Los casinos más impresionantes de PanamáLas Clementinas Casco antiguo Sin la menor duda, el mejor brunch de la ciudad. Una maravilla arquitectónica que esconde un hotel boutique de seis habitaciones, una terraza con unas vistas privilegiadas y un jardín escondido con mucho encanto. El brunch dominical ofrece, por un precio fijo, una gran variedad de platos donde elegir, dos mimosas (o dos zumos naturales), un postre y algunas opciones sin gluten. Los veganos también podrán encontrar un guiño en el menú.
Buenaventura
Comunidad exclusiva buenaventura
Cerca de la ciudad de Panamá se encuentra este oasis deluxe, donde veranean los millonarios, frecuentado por la jet set internacional. Si el viajero no cuenta con la fortuna —en sentido literal— de haber sido invitado a algunas de las impresionantes mansiones que se encuentran en la zona, la mejor opción para hospedarse es en el JW Marriott Panamá Golf & Beach Resort.
Sweet Bocas
Bocas del toro
Archipiélago de islas en el Caribe panameño auténticamente espectacular. La mejor manera de conocerlo es alquilar la villa de lujo Sweet Bocas, que cuenta con siete habitaciones. Se trata de una residencia construida en madera de teca que eleva la hospitalidad a la categoría de arte. Su objetivo, tal y como especifica su dueña, la canadiense Annick Belanger, es ofrecer a los huéspedes una experiencia “naturalmente refinada”. Y lo logra a través de la alianza entre el lujo y la naturaleza.
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