A la señal del chef Roberto Solís, un asistente de cocina descubre al platillo estrella de la noche: la cochinita pibil, y el concierto de aromas propios de la cocina yucateca se libera de tajo. El manjar envuelto en hojas de plátano es presentado por el cocinero y los invitados se congregan en torno suyo con plato en mano en apenas unos segundos.
Latin America’s 50 Best Restaurants 2023: 8 restaurantes mexicanos en el primer listado
¡Talento mexicano! Los chefs que destacan en The Best Chef
La convocatoria del hotel Zadún, a Ritz-Carlton Reserve, fue atendida aquella noche por entusiastas de la gastronomía ansiosos por vivir una jornada de experiencias culinarias en torno al Día de Muertos. La guía de Roberto Solís, embajador de la cocina yucateca y propietario de conceptos culinarios como Néctar, Hanto y Roberta’s, en Mérida, habría de arropar una estadía singular en la propiedad, esta vez, llena de matices que exaltaban la mexicanidad.
La primera noche del encuentro con el cocinero transcurrió en un jardín ubicado en la cima de la propiedad, con vistas al mar de Cortés y la presencia de un trío de música mexicana que tocó a la luz de las estrellas.
Takeover de El Barrio
A la noche siguiente, en plena celebración del Día de Muertos, Roberto Solís se apoderó de El Barrio, restaurante de Zadún, a Ritz-Carlton Reserve. La atmósfera rendía tributo a la tradición ancestral, con altares y tumbas cerca de las mesas, además de un camino serpenteante custodiado por velas y cempasúchil que marcaba el inicio de la experiencia.
Uno a uno los platillos del chef Solís iluminaron el espacio, todos armonizados con una selección de vinos mexicanos. Las Cebollas Negras con mayonesa de Xcatic abrieron mesa de la mano de un Plan B, sauvignon blanc de Bruma, vinícola del Valle de Guadalupe. El platillo crocante poseedor de un negro brillante habría de convertirse a la postre en un favorito de la noche. Después, un tomate heirloom con helado de epazote desbordó frescura en compañía de una copa de rosé de Casa Madero.
Habrían de seguir un crudo de pescado habanero con un dulce picor en armonía con el albariño de Roganto, otra bodega de Ensenada; unos joroches en salsa de papadzul, con brócoli, queso cotija y huevo de codorniz, servidos junto a un Lurton Naranja; y un venado yucateco a disfrutar en tacos minúsculos, ahumado con adobo de achiote y salsa de xactic rojo, otro favorito de los convocados a la cena especial en El Barrio.
Un manjar blanco cerró la jornada con éxito: helado y mousse de coco, con cenizas de romero. La noche, de nuevo estrellada, habría de conducir a los invitados a un descanso en las suites y habitaciones de un complejo hotelero de alta gama que se ostenta como una de las cuatro propiedades con el sello Ritz- Carlton Reserve en el mundo.
La presencia del chef Roberto Solís en torno a las mesas de los espacios gourmet del hotel fue constante desde el inicio de las jornadas culinarias. Los huéspedes e invitados especiales conversaron con el cocinero para ahondar en el entendimiento de los platillos servidos.
El resultado reafirma el estatus de la propiedad como destino culinario y traza una ruta de colaboraciones exitosas que este año incluyó la presencia de los chefs colombianos Iván Cadena (Mesa Franca) y Álvaro Clavijo (restaurante El Chato) en los fogones de Humo, restaurante de la propiedad.
Síguenos en: