Este texto fue publicado originalmente el 19 de septiembre de 2018 Solo los albañiles comenzaron a movilizarse cuando sonó la alerta sísmica. La puerta 6 del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México estaba casi vacía. Una cruz negra sobre la banqueta estaba adornada por rosas blancas.  Eran las 13:14  horas del jueves 19 de septiembre de 2018, aniversario del terremoto que devastó a la Ciudad de México y que provocó la muerte de cinco alumnos tras el derrumbe de dos puentes que conectaban dos edificios académicos. La encargada del módulo de información sobre la reconstrucción del Campus Ciudad de México no tenía instrucciones de qué hacer durante el simulacro. Tras entregar un folleto con datos de la reconstrucción, miró su teléfono celular y regresó a su lugar. Lee también: Tragedia en el Tec de Monterrey: un año sin responsables Mientras miles de mexicanos se concentraban en las ruinas del Multifamiliar de Tlalpan y el Colegio Rébsamen, en la sede de la universidad privada más importante de México solo los vecinos y atletas con entrenamiento de la institución caminaban por las calles aledañas.
Trabajadores de las labores de remoción de escombros reunidos durante el simulacro. Foto: Angélica Escobar/Forbes México.

Trabajadores de las labores de remoción de escombros reunidos durante el simulacro. Foto: Angélica Escobar/Forbes México.

Tres estudiantes se persignan al pasar por la cruz. No quieren hablar. Aceleran sus pasos. Una joven desciende de un automóvil. Carga una rosa blanca en la mano. Se llama Elisa. Estudia el quinto semestre de preparatoria. Se agacha e improvisa un florero con una botella para su rosa. Tras el simulacro. Guarda un minuto de silencio. La estudiante estuvo presente durante el terremoto del año pasado. Su salida  del salón fue caótica. “Mi maestra se puso histérica. Salió corriendo y gritando”, recuerda. “Recuerdo que los muros comenzaron a desmoronarse y, de un momento a otro, los barandales cayeron. Ayudé una compañera que, por los nervios, no sabía qué hacer.  Después busqué a mis amigos. Uno de ellos resultó herido por los derrumbes; usaba una playera blanca que terminó ensangrentada por sus heridas. Estaba desorientado, traté de curarlo; quedé en shock cuando vi que sus lágrimas estaban llenas de sangre”, comentó Elisa. RecomendamosCrónica | Multifamiliar Tlalpan, epicentro de la lucha de los damnificados Ceremonia hermética Tres horas antes, a las 10:00 horas, las autoridades del Tec realizaron una ceremonia a puerta cerrada para honrar la memoria de los alumnos fallecidos y heridos durante la tragedia. “La memoria de Alejandro, Juan Carlos, Edgar Michel, Luis Manuel y Rubén nos inspira a contribuir más que nunca en la formación de líderes que aporten su talento a la consolidación de una sociedad cada vez más fuerte, unida y solidaria”, detalló la escuela en un comunicado difundido desde las 00:01 horas en su cuenta de Instagram. Las clases fueron suspendidas este miércoles, pero serán reactivadas el 20 de septiembre. Ramón —cuyo nombre es modificado para evitar represalias,—es miembro del equipo de seguridad en el campus. Cuenta que en la ceremonia del Tec casi no había alumnos. Te interesa: Crónica | Álvaro Obregón 286, el lugar donde los mexicanos se mantienen unidos “No se habla del sismo y las tragedias, hay mucho hermetismo. Para la institución y los alumnos ha sido complicado”, revela. Velada Tec Ante la falta de un evento para los estudiantes, un grupo de alumnos y exalumnos acudirán a la puerta 6,a las 19:00 horas, para recordar a los alumnos fallecidos, al campus y la falta de transparencia por parte de la institución. Elisa piensa que no acudirá mucha gente. Además, considera que no puede culparse solo a la institución académica, sino que hay varios responsables, incluidas las autoridades de la Delegación Tlalpan que validaron las revisiones del sismo ocurrido en 8 de septiembre de 2017. Camiones con escombros siguen saliendo de las puertas del Tec, una de las universidades más onerosas del país. Las puertas del campus que dan a la calle Puente, en la colonia San Bartolo el Chico, se abren y cierran continuamente para dar paso a los residuos de la tragedia; mientras los trabajadores siguen con la demolición y reconstrucción del Campus que vio morir a cinco estudiantes.
Crónica | Así se recordó la tragedia del Colegio Rébsamen

 

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