Por Ivy Figueroa* Una de las principales taras que aqueja a las empresas de los llamados países en desarrollo es la carencia de financiamiento. Cuando se habla del tema, se tiende a enfatizar en la falta de alternativas para las micro y pequeñas empresas, sector mayoritario que enfrenta desafíos particularmente complejos para captar recursos por parte del sistema financiero tradicional. Esta problemática, sin embargo, tiende a opacar las dificultades que encara el sector de la mediana empresa; es decir, los negocios que ocupan de 31 a 100 trabajadores y que generan anualmente ventas que abarcan entre 75 y 250 millones de pesos. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), el sector de la mediana empresa representa casi el 1%o de las empresas del país y brinda el 17% del empleo, además de generar más del 22% del Producto Interno Bruto (PIB). En México, un aspecto constante y significativo de la operación y de la expansión de una mediana empresa depende del financiamiento que recibe de fuentes externas, entre las cuales, el crédito bancario en general juega una posición preponderante. Lamentablemente, esta vía no siempre está disponible o es insuficiente por plazo, monto, colateral y/o agilidad de gestión. Por ejemplo, la banca fondea a las empresas medianas generalmente en el corto plazo (para el capital de trabajo que requiere su operación diaria), pero no el largo plazo requerido para su crecimiento. Por esto se requieren de soluciones innovadoras y vanguardistas de financiamiento por parte de entidades no bancarias. Las medianas empresas están obligadas a desarrollar su competitividad con base en la mejora de su organización y procesos para competir de manera más eficiente en el cada vez más reñido mercado nacional e internacional. La pregunta, claro, es ¿cómo obtener el financiamiento para hacerlo? Conscientes de este reto, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo del Banco Mundial e institución hermana del Banco Mundial, otorgó un préstamo de 1,912 millones de pesos (cerca de 100 millones de dólares al fondo “Mexico Credit Opportunities Trust II” (MEXCO II), el cual es administrado por el Banco Credit Suisse (México), S.A. y que es parte del negocio de Gestión de Activos (Asset Management) de Credit Suisse en México, a través del cual se pretende canalizar recursos hacia empresas medianas con acceso limitado a financiamiento. MEXCO II busca aprovechar las oportunidades de negocio que generan las ineficiencias estructurales en el mercado crediticio mexicano, realizando inversiones en su mayoría de deuda, aunque también capital privado, conformando así un portafolio diversificado de activos. Las empresas objetivo son aquellas con ventas entre 200 y 1,000 millones de pesos, es decir, se encuentran en el rango alto del sector mediano y van hasta las grandes, pero sin llegar a ser corporativas o “blue chips”. MEXCO II se enlistó en la bolsa mexicana de valores en septiembre de 2015 en la modalidad de certificados de capital de desarrollo (CKD) y cuenta con un capital comprometido por parte de sus inversionistas por un total de MXN 12,750 millones de pesos (aproximadamente 670 millones de dólares). Banco Credit Suisse (México), S.A., el administrador del fideicomiso, tiene a Grupo Financiero Credit Suisse (México), S.A. de C.V., como accionista que a su vez es una entidad 99% propiedad de Credit Suisse AG, uno de los proveedores de servicios financieros líderes en el mundo. La gestión de activos puede ofrecer múltiples beneficios a las empresas desatendidas, al proporcionar soluciones creativas para situaciones complejas y estructuras flexibles que se ajustan a las necesidades específicas de los clientes, que se combinan con la capacidad de ejecutar en un período de tiempo más corto que las fuentes tradicionales de financiamiento. El objetivo de IFC es estimular a inversionistas institucionales a cerrar la brecha de financiamiento que ahoga el progreso de las empresas del país. La idea es demostrar que existen alternativas de financiamiento en los mercados de capitales para las medianas empresas, cuyo crecimiento es un componente toral para el desarrollo del país. *Senior Investment Officer de IFC.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Intraemprendimiento, una gran oportunidad (I)
Por

Directores como colaboradores nos quebramos la cabeza buscando soluciones nunca antes vistas por el mercado, mientras ig...