Los reguladores nerviosos quieren ver la información con mayor frecuencia y los equipos administrativos quieren hacer predicciones más a menudo. De ahí que se esté acelerando la velocidad con que la información se exige, se entrega y se consume. Pero, ¿cómo las organizaciones superan el desafío de Big Data?     Por Karen dela Torre, Vicepresidente de Oracle Corporation   Big Data se ha convertido en la palabra que se oye por todas partes pero, ¿qué significa y por qué se piensa que Big Data es tan importante para la función del Director de Finanzas (CFO) y para las decisiones que toma la alta dirección? La noción de Big Data es totalmente nueva. Pero, ¿cuándo mucha información se convierte en Big Data? Para la mayoría, la función de finanzas no ha tenido que lidiar con los problemas de Big Data – los volúmenes de la mayoría de las aplicaciones financieras centrales son grandes pero realmente no en los ámbitos de terabytes, petabytes o incluso en tamaños aún mayores. Big Data lleva lo “grande” a un nivel totalmente nuevo. Las estadísticas dadas a conocer por los expertos en Big Data son realmente impresionantes. De acuerdo con Gartner, el volumen de la información en todo el mundo está creciendo anualmente al menos 59% (en otras palabras, todos los datos del mundo que existen actualmente se duplicarán en menos de dos años). Pero Big Data se caracteriza por mucho más que solo el volumen. Las llamadas tres “V” de Big Data se suman a sus características: Volumen, Velocidad y Variedad.   El crecimiento del volumen de los datos ¿Qué está detonando el crecimiento explosivo del volumen de datos, especialmente cuando la economía mundial apenas está creciendo? La explicación no radica en los volúmenes de las transacciones sino en la expansión de los conjuntos de datos (reuniendo más análisis de los datos actuales), más la recopilación de tipos de datos totalmente novedosos. Por ejemplo, en el terreno de la contabilidad el proyecto de Solvencia II requiere que las aseguradoras protejan la información de sus asegurados, mientras que el International Financial Reporting Standards (IFRS) exige un análisis más por segmentos. Además, la elaboración de reportes ambientales y de sustentabilidad ha obligado a las organizaciones a reunir información totalmente nueva, como las lecturas de los medidores de electricidad y las emisiones de CO2. Por tanto, las organizaciones están lidiando tanto con la variedad como con el volumen de datos. A esta combinación se añade el crecimiento incontrolado de datos no estructurados, como son los comentarios y otra información en texto que se publica en los medios sociales, los blogs y los sitios de Internet. La proliferación de los dispositivos móviles también ha añadido una nueva dimensión, exacerbando el crecimiento de Big Data, pues las organizaciones y las personas son capaces ahora de actuar entre sí, así como con los sistemas corporativos a cualquier hora y en cualquier lugar. Pero, ¿y la velocidad? Los tiempos inciertos provocan un apetito insaciable de información. Los reguladores nerviosos quieren ver la información con mayor frecuencia y los equipos administrativos quieren hacer predicciones más a menudo. De ahí que se esté acelerando la velocidad con que la información se exige, se entrega y se consume. Pero, ¿cómo las organizaciones superan el desafío de Big Data?   ¿Dónde está el valor de big data? Tal vez hoy sea el momento para que las empresas consideren una cuarta “V”: el “Valor” de la información. Esta característica debe impulsar la inversión en Big Data en lugar de únicamente  reunir los grandes volúmenes de datos. De hecho, los analistas advierten que la búsqueda incansable de Big Data se derivará en dificultades para recolectar datos, transformarlos, almacenarlos y analizarlos, socavando potencialmente los procesos establecidos como la gestión del desempeño, que podrían no ser capaces de hacer frente a la manipulación de dichos volúmenes grandes y difíciles de manejar. Pero hay valor en Big Data siempre que usted sepa dónde buscar y tenga los recursos suficientes para financiar la inversión. Amazon y eBay probablemente saben más de sus clientes que casi cualquiera otra tienda en virtud de las masas de datos que reúnen y analizan. Incluso en la oficina del CFO hay señales de que Big Data podría convertirse en grandes conocimientos. Por ejemplo, la combinación de la analítica social no estructurada y el pronóstico financiero podría llevar a una nueva generación de técnicas de predicción en las que los pronósticos cuenten con la información de los sentimientos del cliente sobre los productos, clientes y campañas. Si Big Data abarca múltiples fuentes de datos la competitividad puede mejorar. Las industrias farmacéutica, de servicios financieros, ventas minoristas y agrícola ya están aprendiendo a dominar las implicaciones de Big Data. Pero ordenar y afinar los datos a esta escala requiere de herramientas especializadas de descubrimiento de información que pueden construir estructuras de bases de datos efectivas pero protegiendo a los usuarios finales de la complejidad. Sin duda, la clave para los grandes avances de Big Data será la capacidad de unir la facilidad de uso de Business Intelligence (BI) con las nuevas tecnologías necesarias para manejar esos grandes volúmenes.   Falta de habilidades analíticas Existe preocupación alrededor de la disponibilidad de habilidades para gestionar, analizar e interpretar los Big Data. Por ejemplo, el McKensey Global Institute sugiere que Estados Unidos enfrenta una falta de 140 mil a 190 mil personas con amplias habilidades analíticas, así como 1.45 millones de gerentes y analistas para analizar los Big Data y tomar decisiones de acuerdo con sus hallazgos. A esto se añade lo que dice el Corporate Executive Board en el sentido de que, aunque las compañías invierten millones o miles de millones de dólares para extraer conocimientos de la información que proviene de los proveedores y clientes, menos del 40% de los empleados tiene los procesos y las habilidades lo suficientemente maduros para hacerlo. Big Data es un fenómeno que el CFO no puede ignorar. La ampliación de los requerimientos e iniciativas de información, conllevará el manejo de más fuentes de datos e incluso de más información. Tal vez Big Data aún no llega a la función de finanzas, pero todo indica que así sucederá. Es un buen momento para que los CFOs se reúnan con sus CIOs para discutir y desarrollar una estrategia para gestionar y aprovechar Big Data para ganar una ventaja competitiva.  Documento de apoyo:  ¿Tu organización financiera se mide?