Por Juliana Fregoso* Una de las grandes expectativas que existían sobre la elección presidencial del 1 de julio en México era que veríamos toda una guerra en el mundo digital, un entorno que aún no acabamos de entender, pero que después de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se ha vuelto uno de los grandes protagonistas en los elecciones, a tal grado que los últimos comicios europeos se han blindado en contra de las operaciones a través de redes sociales o sitios web de noticias falsas o manipuladas, que pudieran alterar el resultado final. El tema de la consultoría británica Cambridge Analytica y cómo había robado datos de Facebook de más de 50,000 usuarios para elaborar mensajes políticos que los convencieran de votar a favor de un personaje, puso a todos a preguntarnos si no era momento de regular internet y sus contenidos, aunque la respuesta es “no” porque se estaría vulnerando uno de los derechos básicos del ser humano: la libertad de expresión. Se esperaba que la elección de México fuera la arena en la que se presentaría la nueva guerra electoral en las redes, que los hackers rusos estaban listos para desembarcar, pero aún no podemos decir si hubo una operación las dimensiones esperadas o no porque apenas se empiezan a hacer estudios y mediciones sobre el comportamiento del entorno digital. Gracias a las mediciones del activista digital Alberto Escorcia, sabemos que durante el proceso se fabricaron a través de bots al menos 100 trending topics, en comparación a los 17 detectados en la elección presidencial de 2012. Por su parte, la iniciativa Verificado 2018, que unió a un aproximado de 80 medios de comunicación, hizo un primer ejercicio para identificar la información falsa sobre el proceso electoral y los medios que la difundían. En cuatro meses, la iniciativa trabajó en el análisis de más de 400 notas y medio centenar de videos que circularon a través de distintos medios, entre ellos redes como Twitter y WhatsApp. En un trabajo realizado entre octubre 2017 y febrero de 2018 para el Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford, llamado “#Mexico2018 | Fake news y redes sociales: las nuevas cabezas de la Hydra”, destacaba la necesidad de aprovechar el momento para aterrizar en México dos temas esenciales para recuperar la credibilidad en los medios de comunicación y que ya han puesto en práctica distintos países europeos: -El primero es educar a quienes hacemos periodismo sobre la desinformación, manipulación, verificación y fact checking de información y cifras, a través de equipos multidisciplinarios integrados por periodistas, científicos de datos y expertos en búsquedas. Cuatro protagonistas de la época del fake news y del breaking news en la que toda la responsabilidad y el trabajo sigue recayendo aún en el reportero y el editor. -La segunda ya se realiza en países como Italia y Reino Unido y es llevar a estos expertos multidisciplinarios a las escuelas para que los niños aprendan a diferenciar las noticias falsas de las verdaderas, lo cual no sólo garantiza que en el futuro habrá mejores lectores sino también, de alguna manera, representa una esperanza para la sobrevivencia del buen periodismo. Las redes sociales y el internet se mueven a velocidades más rápidas que los medios y que las plataformas, cuando apenas Google, Facebook y Twitter empiezan a tomar cartas para evitar la propagación de noticias falsas o la operación de las llamadas “cibertropas”, WhatsApp y Telegram ya se están convirtiendo en un nuevo vehículo de información o desinformación. Carlos Merlo, el llamado el “Rey de las Fake News en México”, me adelantó en una entrevista que en la elección mexicana la batalla digital no sería a través de bots y trolls porque ya existían otros mecanismos más eficientes que veremos en el futuro. Una realidad es que la diferencia abismal en preferencias entre el virtual ganador de la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador y el segundo lugar, Ricardo Anaya, tampoco daba margen a ningún tipo de fraude u operación cibernética porque hubiera sido un escándalo a nivel internacional. La Hydra tiene muchas cabezas y cuando apenas empezamos a entender una, surgen dos nuevas. *Periodista y journalist fellow 2017-2018 del Reuters Instituto for the Study of Journalism.   Contacto: Twitter: @julianafregoso Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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