Forbes La nueva norma obligatoria, que se publicó en octubre del año pasado, resulta fundamental, pues México tiene un gran rezago en materia de evaluación de la salud mental de los trabajadores y su relación con la productividad de las empresas, indica Jorge Mérida, médico psiquiatra y socio de la consultora Advisory Network for Wellbeing. La norma, cuyo objetivo es evitar que los centros de trabajo se conviertan en una causa de padecimientos mentales para los empleados, dice en el apartado 5: “Los patrones deberán practicar exámenes médicos y evaluaciones psicológicas a los trabajadores expuestos a violencia laboral y/o a los factores de riesgo psicosocial, cuando existan signos o síntomas que denoten alguna alteración a su salud y el resultado de la identificación y análisis de los factores de riesgo psicosocial” “Tenemos 30 años de brecha en la atención de trastornos psicosociales. Colombia sacó una ley desde 1995; [en] Centroamérica, El Salvador, Costa Rica [y] Nicaragua ya tienen un diagnóstico regional de cuáles son los factores psicosociales que afectan más a sus trabajadores; tienen información sobre qué industrias están más afectadas. Esto es un proceso que en México apenas vamos a iniciar”, explica Mérida. Dentro de los padecimientos más frecuentes, dice, destacan los trastornos depresivos, de ansiedad y ansioso-depresivos. Te puede interesar: Cuidará NOM la salud mental de los empleados “Hay una causalidad entre el ambiente y las enfermedades mentales. Esto conlleva implicaciones importantes porque se tiene que calificar que el ambiente laboral genera enfermedades al trabajador. Por primera vez, tenemos mecanismos para medirlo”. Mérida, de Advisory Network for Wellbeing, explica que, para las empresas, resulta relevante poner atención a estos factores de riesgo, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula en 1,000 millones de dólares (mdd) el costo anual que implica no atender la salud mental de los trabajadores. De acuerdo con la consultora Mercer, un trabajador con depresión falta 25 días al año; mientras que un trabajador que sufre de ansiedad se ausenta un promedio de 20 días en el mismo lapso. “El trabajo puede percibirse como muy cercano a una vivencia de explotación. En clientes que tienen maquilas, con funciones más operativas, hay que tener cuidado con el tipo de liderazgo de los supervisores. Los gobiernos han visto esta necesidad de [hacer] ajustes, de calibrar las empresas y las industrias para mejorar el clima de trabajo”, dice Julieta Manzano, responsable de Nuevos Negocios y Desarrollo de Productos de Mercer. Jonathán Cuevas, director de Consultoría en Salud, también de Mercer, explica que el principal reto para la implementación adecuada de esta norma es el hecho de que 70% de las empresas todavía no saben de ésta y que se desconoce todavía si existirá un mecanismo de fiscalización. “Es temprano para saber si se podrá llegar a inspeccionar. Lo que es un hecho es que es una responsabilidad que deberán atender los encargados del área de Recursos Humanos, quienes tendrán la obligación de [cumplir con] la NOM en específico. Pero deberemos esperar un par de años para saber qué tan fuerte y qué tan activa es la regulación, para revisar que 100% de las empresas la cumplan”, añade.  

 

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