Para las grandes ciudades del país, los centros comerciales representan no solo epicentros para el comercio, sino también para la convivencia, entretenimiento y servicios. Se calcula que el país cuenta con mil 470 centros comerciales, de los cuales poco menos de la mitad se reparten en la Zona Metropolitana del Valle de México, las ciudades de Monterrey y Guadalajara. 

“En México, las principales plazas comerciales se componen por una tienda ancla (ya sea departamental o un supermercado), y suman boutiques, restaurantes, cines y algún tipo de entretenimiento para niños”, explica Gabriel Ramírez, CFO de Fibra Shop, empresa desarrolladora de grandes centros comerciales, como La Perla, en Guadalajara. 

Para Ramírez, el concepto de la plaza comercial en México cumple una función de reemplazo de espacios abiertos, como parques o plazas públicas. De ahí su importancia a un nivel más que comercial. 

Tras la pandemia, el gran boom del eCommerce y las nuevas tendencias relacionadas con la omnicanalidad, la discusión se centraba en si los centros comerciales iniciarían el camino hacia su desaparición, o al menos, hacia una considerable reducción. La respuesta corta de Ramírez sería que eso no va a suceder, pero, con un poco más de tiempo reconoce que lo que sí va a cambiar es el mall como lo conocemos. 

“En Fibra Shop ya no lo llamamos centro comercial, sino centro de vida, un espacio en el que la familia, las personas, la comunidad, pueden hacer una serie de actividades –alguna puede ser comprar, si es lo que necesitan–, pero también van para pasar un rato con la gente que quieren”, dice el directivo. 

Este concepto se integra a los espacios abiertos de la ciudad y también a las necesidades de la comunidad en la que se establece. Por ejemplo, dice Ramírez, puede haber locaciones para el arte, parque al aire libre, un área para pasear a las mascotas y otra para que los niños jueguen, así como canchas deportivas, carriles para bicicletas y una zona para impulsar el comercio local. 

“La visión tradicional dice que el negocio es construir y rentar los espacios; para nosotros, el modelo de negocio es traer a la gente y ofrecerles un lugar en el que quieran pasar el mayor tiempo posible, pues van a terminar comprando, y eso va a beneficiar a las tiendas”, finaliza Ramírez. 

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