Por Jose Kont*

En el vasto océano del emprendimiento, confiar ciegamente en nuestra intuición podría ser menos una brújula y más un ancla. Aunque dejarnos guiar por nuestro sexto sentido puede ser acertado en el terreno personal y emocional, cuando se trata de lanzar una startup, la línea entre una idea genial y un fracaso estrepitoso puede ser sorprendentemente delgada.

Todos hemos estado ahí, emocionados hasta los huesos con esa idea que creemos será la próxima gran revolución. Nos vemos ya en la portada de revistas, ignorando el hecho de que nuestros más cercanos aplauden por cortesía, incapaces de decirnos la dura verdad: nuestro ‘bebé’ quizás no sea tan bonito como pensamos. Avanzamos a toda vela, alimentados por un optimismo inquebrantable, hasta que el frío muro del mercado nos da un baño de realidad. De repente, nuestra revolucionaria idea es solo otro proyecto sin un mercado que la respalde.

Ahora, no estoy diciendo que debamos ignorar por completo esa vocecita interna, especialmente en áreas donde somos expertos. Pero en estos tiempos, armados hasta los dientes con herramientas para analizar hasta el último suspiro del consumidor, sería un desperdicio no verificar si realmente existe un público para nuestro sueño emprendedor.

Y ni hablar de las inversiones. Ahí estamos, cayendo rendidos ante la última startup de moda, víctimas del efecto rebaño y del temor a perdernos de algo grande (sí, el famoso FOMO). Justo en esos momentos es cuando más debemos escuchar lo que el mercado tiene que decir, en lugar de dejarnos llevar por la emoción del momento.

Aceptar que no somos infalibles es duro, pero cuando lo hacemos con el objetivo de triunfar y hacer una diferencia positiva, comenzamos a entender el verdadero poder del mercado. Si aprendemos a escuchar y nos posicionamos correctamente, seguramente descubriremos esa oportunidad dorada que realmente tiene el potencial de cambiar nuestras vidas.

Así que antes de lanzarnos de cabeza tras esa idea que nos quita el sueño, hagamos una pausa. Investiguemos, analicemos, y sobre todo, escuchemos. Porque en este juego del emprendimiento, la intuición puede ser un buen punto de partida, pero la información y el entendimiento del mercado son los que realmente nos llevarán a la meta.

Contacto:

Jose Kont es director ejecutivo de Cuántico y Venture Partner de Impacta VC.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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