En contrate al síndorme de Dunning Kruger comentado por mi en un artículo anterior, hay veces que te puede atrapar la creencia contraria de que eres un fracaso total, inadecuado e incompetente a pesar de que exista evidencia de que eres hábil y exitoso, pero no estas solo. Y es que conforme un artículo publicado en el “International Journal of Behavioral Science”, se estima que el 70% de las personas experimentan este sentimiento de impostores en algún momento de sus vidas.
El síndrome del impostor, fue identificado por primera vez en 1978 por los psicólogos Pauline Rose Clance y Suzanne Imes. En su artículo, teorizaron que las mujeres se veían especialmente afectadas por el síndrome del impostor; sin embargo, la investigación subsecuente, ha demostrado que tanto hombres como mujeres experimentan sentimientos impostores, y Clance, publicó un artículo posterior reconociendo que el síndrome del impostor no se limita solo a las mujeres.
Hoy, el síndrome del impostor puede aplicarse a cualquier persona que no sea capaz de asimilar sus éxitos y puede llegar a causar estrés, ansiedad, baja autoestima, vergüenza y, en algunos casos, incluso depresión afecta los resultados de su empresa.
Este síndrome, puede tomar varias formas, según los antecedentes, la personalidad y las circunstancias de cada persona. Una experta en el tema con décadas de investigación, la Dra. Valerie Young, ha categorizado este padecimiento en cinco subgrupos:
- La Perfeccionista
- La supermujer o el supermán
- La genio natural
- La solista
- La experta.
Esta categorización a menudo se pasa por alto en la conversación acerca del síndrome, pero su entendimiento, puede ser realmente útil para identificar malos hábitos o patrones que pueden estar frenándote de todo tu potencial.
Entonces, ¿qué puedes hacer para mitigar los efectos negativos del síndrome del impostor?:
- Reconoce los sentimientos impostores cuando surjan. La conciencia es el primer paso para cambiar, así que asegúrate de identificar estos pensamientos: qué son y cuándo emergen.
- Recodifica tus programas mentales. En lugar de decirte a ti mismo que te van a descubrir o que no mereces el éxito, recuérdate que es normal no saberlo todo y que descubrirás más a medida que progreses.
- Habla sobre tus sentimientos. Puede haber otros que también se sientan impostores: es mejor tener un diálogo abierto en lugar de albergar pensamientos negativos tu sólo. Busca apoyo tanto de pares como de un profesional.
- Considera el contexto. La mayoría de las personas tendrán momentos, experiencias u ocasiones en las que no se sentirán 100% seguros y la duda puede ser una reacción normal. Si te encuentras pensando que eres inútil, reconfímalo: “el hecho de que me sienta inútil en este momento no significa que realmente lo soy”. Se más amable contigo mismo.
- Replantea el fracaso como una oportunidad de aprendizaje. Descubre las lecciones y úsalas constructivamente en el futuro. Esta es una lección crítica para todos. Recuerda que tienes derecho a cometer pequeños errores ocasionalmente y aprende a perdónate a ti mismo. No olvides premiarte también por hacer bien las cosas importantes.
Al final del día, recuerda esto: estás aquí por una razón. En el trabajo, en tu negocio, tu vida, eres digno. Y como decía Cristopher Robin a Winnie Poo: “Eres más valiente de lo que crees, mas fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas”. Recuérdalo. Y recuérdate esto a ti mismo con la frecuencia que lo necesites.
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