Por: Jorge Arias

Después de dos años de trabajar de forma remota o híbrida (en meses recientes), algunos colaboradores tienen la sensación de que hace falta algo respecto a la conexión con su equipo de trabajo. Si bien, buena parte de las personas que experimentaron estos nuevos modelos laborales consideran que la modalidad híbrida se convertirá en una práctica estándar en los siguientes tres años, lo cierto es que el trabajo híbrido necesita atender algunas brechas para ser exitoso a largo plazo. 

Como adelantaba en las primeras líneas, aún existen equipos de trabajo donde se percibe una falta de contacto humano entre los individuos, y esto, considero será uno de los mayores retos que el futuro del trabajo enfrentará. Según revela un estudio comisionado a Economist Impact, en este tiempo los trabajadores han registrado sensaciones que van desde la incapacidad de establecer un contacto con los líderes de las áreas, pasando por un percepción de sobre-monitoreo, y en el caso de los colaboradores de primera línea, se han presentado sentimientos de frustración a partir de la capacidad limitada para colaborar cara a cara con miembros de su equipo de trabajo. 

Bajo este desafío, es importante que las plataformas de colaboración que adopten las organizaciones ofrezcan una experiencia intuitiva que potencie la conexión, comunicación y productividad entre las personas que se desarrollan en entornos virtuales y físicos. Acerco un gran ejemplo de ello. 

Una cadena hotelera con presencia en México requería hacer juntas semanales con sus equipos de trabajo, sin embargo, se enfrentaba al reto de la ubicación diaria de sus trabajadores, pues se encontraban en cuatro diferentes ciudades, lo que implicaba que hubiera personas que tuvieran que viajar cada ocho días, afectando en parte su productividad y generando un desgaste entre los colaboradores. Tras la digitalización de sus reuniones empezaron a viajar la mitad de tiempo, dando espacio a la conexión cara a cara de manera planificada, y cuando alguien no puede acudir a las juntas presencial puede mantenerse al tanto de la información de forma virtual. Este cambio, además de abrir una nueva opción a los colaboradores, también le ahorró 130 mil dólares anuales a la empresa.

Por supuesto, este es un ejemplo de una sola industria, pero que muestra como un momento de colaboración recurrente puede sacar lo mejor de la virtualidad y de la presencia física con la planificación.  Impulsar modelos de trabajo híbridos centrados en el ser humano es esencial para su sostenibilidad, sobre todo si consideramos que el trabajo remoto en América Latina, que experimentaron 23 millones de personas, también trajo otros beneficios que mejoraron el bienestar personal de quienes pudieron laborar desde casa, como el poder dedicar mayor tiempo a cuidar de la salud.  

Hoy, estamos en una nueva era laboral en que es posible reformular el concepto de lugar de trabajo, para pasar de pensar en espacios físicos, a una serie de políticas interconectadas sobre cómo co-crear en equipo y conectar con cada miembro de estos, tanto física como virtualmente. Si bien, nadie tiene la respuesta exacta de cómo hacer el trabajo híbrido completamente exitoso, tenemos la oportunidad de ir experimentando para dar forma al futuro del trabajo a través de la tecnología, la cultura y los espacios, pero sobre todo con un enfoque humano, para fomentar una vida laboral más sana, productiva y que maximice nuestra co-creación. 

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Contacto:

Jorge Arias, director de Google Workspace en América Latina

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