La conjunción de las culturas ancestrales y las ideas contemporáneas ha dotado de una expresividad inequívoca al diseño mexicano que ha trascendido las fronteras. Sin embargo, esta escena creativa se encuentra ante la disyuntiva de asumir nuevos riesgos para dejar de ser un proyecto de nicho y posicionarse, cada vez con más fuerza, en el marcado nacional.
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Para lograrlo, es imprescindible apelar a la identidad. “[Hay que] rescatar nuestras raíces, el lenguaje del diseño, el material y la artesanía, más que intentar emular lo que se hace en otras partes del mundo”, advierte Paulo Peña, socio fundador de ADN Galería, espacio especializado en diseño contemporáneo e histórico.
Una persona en la búsqueda de un objeto preciado para realzar algún espacio (sea de su hogar, oficina o negocio) transita no sólo por el área del enamoramiento al observar los trazos de un objeto, también por todo lo que existe detrás de las creaciones y su funcionalidad.
Bueno y auténtico
Que las personas se decanten por una pieza de origen nacional, por lo tanto, implica mucho más que solamente desarrollar objetos atractivos para lucir bien en cualquier espacio. Se requiere que los consumidores sepan, primero, que existe y que, además, no duden de la calidad de su propuesta. Es este aspecto donde, quienes participan en el diseño mexicano, centran sus esfuerzos para conquistar nuevos públicos.
“Analizar lo que está sucediendo [en la escena del diseño] en el país, que sea relevante, original y cumpla con esta cadena de valor de utilizar manos artesanas, materiales endémicos y diseño original mexicano, es una prioridad en la labor que realizamos”, asegura Pablo Centineo, quien cofundó Nuush (junto con Andrea Ortega), con la intención de crear una plataforma para presentar las propuestas creativas y capacidades productivas de los artífices mexicanos.
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Porque es innegable que la fuerza del diseño mexicano, coinciden nuestras fuentes, radica en la colaboración con los hábiles maestros artesanos, quienes, gracias a su enorme sabiduría, consiguen sorprendentes acabados en cada una de las piezas, dotándolas de una mayor diferenciación. Así que, cuando se adquiere uno de esos preciados objetos, al mismo tiempo se contribuye a generar un impacto positivo en el país, pues detrás de cada uno existe una larga cadena de valor.
“En nuestro caso, sabemos perfectamente quién está tejiendo una pieza y cómo es beneficiada su familia a través de la venta de ésta y qué repercusiones tiene para las generaciones que siguen tejiendo”, asegura José María Balmaceda, director ejecutivo y jefe de Diseño de Balmaceda Studio.
La conceptualización, el empaque, la fotografía, el costo y el punto de venta también deben verse como parte de esa cadena de valor, sostiene Raúl de la Cerda, diseñador mexicano y fundador de Baron & Vicario.
“El diseño mexicano tiene que volverse más auténtico, más audaz y mucho más fuerte en identidad gráfica”
JOSÉ MARÍA BALMACEDA, DIRECTOR EJECUTIVO DE BALMACEDA STUDIO
Al final del día, realza, hay consumidores que están dispuestos a pagar más por objetos que tengan detrás un respeto profundo por la comunidad, el arte, la cultura y el diseño.
En los últimos años, además, hay una clara tendencia hacia la adquisición de piezas creadas por firmas que muestren un auténtico compromiso social y ambiental; elementos que esta industria creativa puede aprovechar para tomar ventaja.
Por eso, es vital apostar a favor del diseño de piezas atemporales y resistentes, “que la gente las herede y coexistan lo mismo en un ambiente de playa que de campo”, subraya Montserrat Castañón, directora de la galería Ángulo Cero.
Es innegable que el talento del país ha conseguido dar origen a diseños excepcionales. Esto ha provocado el deseo de algunas firmas y personas por imitar las ideas creativas. Sin embargo, para Castañón, es una cuestión que difícilmente puede evitarse. “Lo mejor es enfocarse en innovar”.
También de esta manera lo ha entendido Cuchara, firma fundada y liderada por Emiliano Molina, la cual ha logrado innovaciones relevantes en la ergonomía de los asientos.
Si bien, durante los últimos años se han forjado alternativas excitantes, lo cierto es que el diseño mexicano todavía tiene un camino sinuoso por recorrer para afianzar su posición dentro y fuera de la geografía nacional, y verse como un ecosistema creativo de largo alcance con una identidad sólida.
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