(EFE).- Una exposición del Museo del Prado analiza la influencia del Greco, pintor griego de finales del Renacimiento, en el cubismo analítico del artista español Pablo Picasso, fallecido hace 50 años.

Con este fin, la muestra “Picasso, el Greco y el cubismo analítico”, inaugurada este lunes en Madrid, intercala obras de ambos.

Entre las muchas y variadas influencias de otros maestros, la del Greco es quizá la más temprana y decisiva, ya que se inició a finales del siglo XIX.

En esa época un Picasso “casi adolescente, reside en Madrid y es estudiante de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando”, recordó hoy en rueda de prensa la comisaria de la exposición, Carmen Giménez.

Por sus cartas y dibujos de entonces, se sabe que pasó más tiempo en el Prado copiando a los grandes maestros que en la propia academia. “El padre de Picasso se enfadó con su hijo porque se entusiasmó con el Greco”, añadió Giménez.

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Aunque casi todos los autores coinciden en limitar la influencia del Greco casi en exclusiva a la juventud de Picasso, nacido en 1881, la muestra plantea que fue mucho más “profunda y duradera”, especialmente crucial para el desarrollo del cubismo analítico en obras como “El aficionado” o “Acordeonista”.

En ese estilo, el tema se descompone en fragmentos geométricos que van acumulándose hasta crear una imagen.

Picasso crea una ilusión de relieve y profundidad que se basa “en el sombreado y en la que destaca la bidimensionalidad del lienzo”, según la comisaria.

La exposición, de doce obras, podrá ver hasta el 17 de septiembre, una oportunidad de comprender la relación entre ambos artistas, dos sensibilidades originales que hablan de la redefinición del hecho artístico por medio, por ejemplo del volumen y el color, la composición, la perspectiva, el espacio, la luz o el desafío al dogma académico.

En la muestra también se incluyen documentos testimoniales que resaltan el particular vínculo vital y artístico de Picasso con el Prado, una relación que comenzó en sus años como copista y finalizó con su nombramiento como director de la pinacoteca, una de las más importantes del mundo.

El director actual del museo, Miguel Falomir, recordó que el Greco, establecido en España a finales del XVI, tardo tres siglos en ser entendido.

Sin embargo, una vez recuperado del olvido, “convertido en uno de los grandes artistas”, aportó las claves a Picasso para romper definitivamente con el arte del pasado y los pilares de la representación tradicional.

Es una exposición “magníficamente elegida”, incidió; aunque el Prado tiene la mejor colección de pinturas del Greco, cuatro de los cuadros han venido de fuera “porque son los que mejor dialogan” con la obras de Picasso. 

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