- Nariz: roble, manzana, canela, naranja
- Boca: frutas secas, confitadas, dátiles, un toque de cítricos
- Premios: Scotch Whisky Masters Award (2013) y el Onternational Spirits Challenge (2013)
Glenfiddich estrena botella
El single malt se renueva con un nuevo empaque para su versión de 18 años.
Una botella de cristal transparente hecha a mano, con un cartucho en relieve se resguarda ahora en una caja color chocolate. El cambio de imagen sólo afecta a Glenfiddich 18 y es una manera de diferenciarse del 12 y del 15 para acentuar que se trata de un whisky más maduro y más elevado, acercándose así a la imagen del 21.
La nueva botella no representa un cambio drástico, sino que se trata de detalles que la hacen más llamativa, más robusta y más limpia. Sigue siendo triangular, la forma distintiva de la marca, pero más ancha y con una etiqueta depurada en donde sólo resalta lo más importante, entre ello la leyenda “Independant Family Distillers”. Ésta resulta la esencia de la firma que no se ha unido a ningún grupo, sino que desde 1887 se han mantenido como una empresa familiar.
Lo que ha hecho que este destilado sea acreedor a premios internacionales es el cuidado con el que se realiza. A diferencia de otras compañías, el single malt se madura en lotes pequeños de no más de 150 barricas para asegurar su calidad, debido a que se puede tener un mayor cuidado en el sabor y el aroma en producciones reducidas. Cada barrica se marca y se cuida independientemente por 18 años de forma que se tenga un control absoluto en la maduración.
Algo destacado es que las barricas no se piden a un proveedor externo como suele hacerse en la industria, sino que son construidas por toneleros de la marca con madera de oloroso español y roble americano. Esto se debe a que el 65% del carácter del whisky viene de la madera y el control de la producción asegura que no habrá otro elemento que altere su sabor. Por lo tanto sus barricas no tienen ningún tipo de pegamento ni clavos.
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