Tocar la tierra donde nació el vino y descubrir la sociedad que preserva, con tanto orgullo, un legado de 8,000 años, son algunos de los episodios más emocionantes que ha vivido, en fechas recientes, Félix Chamorro.
Para el sommelier mexicano, el viaje a Georgia fue la culminación del círculo virtuoso que comenzó hace una década, cuando conoció a un grupo de productores de la nación avalada por la arqueología como creadora de la vitivinicultura.
“Esta experiencia también me permitió profundizar en el método tan particular que tienen en Georgia para hacer vino. El encuentro con los pequeños productores que mantienen tal riqueza cultural reforzó mi deseo de compartir una historia desconocida para muchos”, afirma a Forbes Life, desde Copenhague.
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El vino que se produce en aquel pequeño país situado en el Cáucaso, en la intersección entre Europa y Asia, es ámbar, audaz y tánico; ello, resultado de su reposo con pieles de uvas blancas en emblemáticos Qvevri (ánforas de barro cocido, que son hechas a mano).
Este método es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y el antecedente de lo que en Occidente se conoce como “vino naranja”, el cual es considerado como una nueva tendencia.
AL ENCUENTRO DE UNA PASIÓN
Descubrir estas prácticas milenarias es uno de los aspectos que han marcado la notable trayectoria de Chamorro en Europa, al punto de ser reconocido por su conocimiento en materia de vinos biodinámicos y su peculiar talento para maridarlos.
Él recuerda que soñaba con ser cocinero, así que, muy joven, partió de México para estudiar en la Universidad de la Ciencia Gastronómica de Piamonte, donde halló su pasión por los vinos.
La institución le permitió colaborar activamente en la Banca del Vino, un museo donde se promueve la herencia vinícola de Italia; y también en la Guía Slow Wine.
Además de vivir en Italia, también estuvo en España, Escocia, Alemania y Francia. Arribó a Dinamarca hace seis años, convocado por Christian Puglisi, chef al frente de Relæ, con una estrella Michelin.
Su enfoque filosófico va encaminado a recuperar métodos de elaboración tradicionales y salvaguardar variedades de uva autóctonas. Chamorro creó, así, FuCo Wine, empresa que provee consultoría y vinos éticos a los restaurantes con estrella Michelin.
Sin embargo, debido al cierre de estos establecimientos por la pandemia, Chamorro explora una nueva área de oportunidad para FuCo Wine, con ventas en línea y dos tiendas físicas, una de ellas con miras a convertirse en wine bar. El objetivo es y será continuar compartiendo conocimiento en torno a la producción ética y sostenible de vinos.
La filosofía de FuCo Wine se sustenta en cuatro puntos clave: sustentabilidad, diversidad, historia y respeto al medio ambiente.
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