Te puede interesar: Masaryk, la milla de oro mexicanaY así entre los grande terrenos de los Cuevas Lascurain, que hoy en día son la Hacienda de los Morales, comenzaron a levantarse las grandes casonas que tanto han caracterizado a la colonia. Al mismo tiempo la zona rosa se encontraba en la cúspide de su esplendor, ostentando las más importantes boutiques, los restaurantes más afamados y los hoteles más lujosos como el Hotel Genova. En la década de los sesentas el gran esplendor de la colonia Juárez comenzó a decaer debido a que poco a poco aumentó la presencia de cabarets en sus calles. La proximidad de las Lomas de Chapultepec y de la zona residencial de Virreyes hizo que fuera natural que la sustitución fuera la zona de Polanco. Pabellón Polanco fue el primer centro comercial que se apertura en Avenida Masaryk, sin embargo éste no nació como una cuna de lujo. En la parte superior era un conglomerado de departamentos habitacionales en renta y en la parte inferior era una serie de tiendas que seguían el estilo arquitectónico regionalista que en la actualidad es considerado parte del patrimonio de la avenida. Este conjunto de comercios correspondían a un centro de barrio de apoyo a los vecinos de la zona, por lo que los locales eran más bien de uso diario como planchadurías y “remenderos”. No obstante, tomando esta pequeña zona comercial como la base, a su alrededor comenzaron a abrirse más tiendas y a empujar el cambio de grandes residencias a templos de compras. Algo que resulta interesante es que esta evolución se dio de manera irregular, ya que el uso de suelo no lo permitía hasta varios años después. Así grandes propiedades como las de Don Felix Palazuelos se convirtieron en locales comerciales. Es durante la década de los setentas y principios de los ochentas cuando se aprecia el cambio con mayor fuerza. El edificio de las Naciones Unidas abrió sus puertas en la avenida y más adelante se inauguraron las Telas Rosela, las cuales se caracterizaban por ser las telas y tapices más elegantes de la época. Ante el éxito de esta tienda y de pequeñas boutiques cercanas, como El Borcegui de Lucas Lizaur, muchos inversionistas compraron casas para convertirlas en comercios. Tiendas de moda y de accesorios fueron las primeros en instalarse, a las cuales le siguieron las grandes joyerías. Cartier fue la primera firma internacional en situarse aquí en los ochentas y hoy en día se trata de una de las esquinas icónicas de la zona, rodeada ahora por tiendas como Louis Vuitton y a unas cuadras de la Plaza Moliére 222. Fue a partir de la apertura de esta casa joyera que la avenida comenzó a conocerse como el corredor de lujo de la ciudad. Agradecemos al Dr. José Gerardo Guizar Bermúdez, académico de la facultad de arquitectura, por la información brindada para la realización de este artículo.
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