Menos de un mes abierto y ya hay que reservar con una semana de antelación para conseguir un hueco en este restaurante polanquero, convertido en el ‘meeting point’ de los altos ejecutivos que pagan vinos de alta gama y de las damas que invierten en Louis Vuitton.
La idea original es de un grupo hostelero que ya cuenta con varios restaurantes y antros en la zona y que parece tener la fórmula del éxito cada vez que montan un nuevo negocio.
Al mando de su cocina se encuentra el chef Alfredo Villanueva, que regresa a la Ciudad de México tras vivir largo tiempo en Monterrey (donde alcanzó el reconocimiento por su restaurante Romero & Azahar, ahora cerrado, y su actual Botanero).
La barra con asientos de Paramonte tiene vistas sobre Masaryk.
Alfredo da a luz una cocina de cantina moderna, muy personal, y realza la carta con platillos de corte nipón y algunas recetas de mar de su colega Rodrigo Estrada (chef y propietario de Agua y Sal).
A Paramonte se accede en ascensor. El lugar es diáfano, apenas se percibe la separación entre su interior y la terraza. Barra con asientos y vistas sobre Masaryk. Un espacio elegante, con toques de informalidad como las sillas de diferentes diseños. El servicio es bueno, algo que merece ser mencionado ante la escasez de buen servicio en la ciudad. ¿Precio? De lo más correcto que se puede encontrar teniendo en cuenta la localización y la excelente materia prima.
Vamos a echar un vistazo al menú….
Sin pensarlo, el dúo de sashimi hay que probarlo. Hamachi y atún Yellowfin ya preparado con una suave salsa ponzu…. Bocaditos perfectos donde se pone de manifiesto la calidad del producto. Otros crudos rodean la oferta como el sashimi de jurel, el tiradito de callo o el aguachile de camarón con pepino, cilantro y chile serrano.
Las dobladitas de marlin ahumado y queso son otro hit del lugar. Pero deben prestar atención a la masa de la tortilla, a veces no es tán tierna y crujiente como debería.
Si quieren seguir navegando por el mundo marino la estrella es el branzino al horno con perejil, ajo y limón eureka. El punto del pescado es suave y perfecto, y con la piel hacen un chicharrón para meter en taco o ir dando pellizquitos a modo de botana. Sensacional. Buena opción acompañarlo con verduras a la parrilla, son muy frescas, variadas y tersas.
También el salmón marinado en chiles secos es frecuente en las mesas; los carnívoros pueden optar por un chamorro al horno o unos jugosos Tomahawk (850gr) o rib eye (600gr).
Postres para los muy golosos: Pastel de dulce de leche; bizcocho de chocolate con pistache y ganache; helado de vainilla y caramelo sobre Oreo y Nutella o una combinación de plátano, piña y coco con queso, nuez y café son las propuestas para un final feliz. Paramonte no tiene descanso y los Sushi Rolls hacen las delicias del cliente afterwork
Mundo líquido: La carta de vinos viene avalada por Bere Contreau (Cavas del Mundo) y el sommelier Andrés Amor. En blancos, pide un Quibia mallorquín. Si prefieres un clásico los vinos de Gómez Cruzado son una buena opción.
La coctelería se ha convertido en oferta necesaria de cualquier lugar que se precie. Paramonte no iba a quedarse atrás. Mi recomendación es probar la ´pomada´, combinado de ginebra Xoriguer (original Mahón, Menorca) con limonada, como se bebe en la isla.
Alfredo Villanueva es el encargado de la cocina de Paramonte, quien después de vivir fuera regresa a la Ciudad de México para estar al frente del restaurante.
Precio medio: 800 pesos
Paramonte Cantina de Autor
Alejandro Dumas 123, Polanco IV Sección, Ciudad de México, México.
Teléfono de reservas: 7159 6774 / 71583833
No cierra
Te puede interesar: Cinco restaurantes para probar la mejor cocina de mar española
Síguenos en:
Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí
