A la distancia, Mandarin Oriental Bosphorus parece flotar sobre el agua del mar. Simbólicos puentes enmarcados por abundante vegetación son parte de la primera postal que habrá de imprimirse en la memoria de los viajeros atraídos por el legendario estrecho que atraviesa Estambul, y que es frontera que separa los continentes de Asia y Europa; pero también donde confluyen sus culturas.

La estética otomana y la opulencia de los palacios turcos se revelan a través de una entrada de doble altura. Pasos adentro, se descubre un espléndido escenario matizado con detalles en mármol Belvedere e intrincados patrones en bronce, mientras un candelabro de cristal, fabricado por una empresa francesa que solía producir lámparas para los sultanes, destaca en el centro del vestíbulo iluminado por los rayos del sol.

Tihany Design, un atelier con sede en Nueva York y Roma, desarrolló este proyecto, el cual abraza los sentidos de quienes se sumergen en los suntuosos interiores de este hotel.

Aquí, en cada elemento se rinde homenaje a la rica historia de Estambul, en comunión con su naturaleza. Al mismo tiempo, el hotel se erige como un auténtico remanso de tranquilidad, como un sueño hecho realidad al momento de observar el atardecer reflejándose en el ondulante paisaje desde diversos espacios al aire libre.

Terraza Estambul
Foto: © Mandarin Oriental Bósforo

AROMAS Y TEXTURAS

En toda la propiedad se percibe una agradable fragancia, diseñada especialmente para este sitio, empleando ingredientes ecológicos. La combinación de aromas trasciende los espacios del segundo nivel, donde la calma encuentra una definición extraordinaria.

En esta superficie se encuentra el spa, desarrollado como un gran jardín zen circular, con caídas de agua, y tonos y texturas neutras que invitan a la relajación absoluta. Esa serenidad también se percibe en las lujosas suites y habitaciones, donde el encuentro entre Oriente y Occidente se expresa con magistral elegancia a través de entramados orgánicos que han sido inspirados por el tulipán del país, así como por el símbolico árbol de la vida turco.

Spa-Estambul
Foto: © Mandarin Oriental Bósforo.

Hablamos específicamente de las suites Presidencial y Real del Bósforo, en las cuales el alarde de esta tradición se despliega con toda su magnificencia, para ofrecer la experiencia de hospedaje más distintiva de esta propiedad, perteneciente a Mandarin Oriental Hotel Group.

En el primer caso, la propuesta se compone por dos dormitorios y tres terrazas privadas con las vistas más impresionantes del Bósforo. Mientras que la Suite Real, la más grande del hotel, cuenta con una espaciosa terraza y un jardín de invierno privado para escuchar los ecos del mar.

Suite Estambul
Foto: © Mandarin Oriental Bósforo.

La narrativa moderna del diseño de este hotel busca integrarse, a la perfección, con el refinado estilo de vida frente a este profundo estrecho que conecta al Mar Negro con el Mar de Mármara, en la resplandeciente costa europea.

El hotel también alberga, por supuesto, restaurantes, bares y salones para ser sede de los mejores eventos corporativos y sociales.

El representante de las cocinas asiática e italiana modernas, Novikov Istanbul, da la bienvenida a sus invitados bajo un atmósfera íntima.

Restaurante Estambul
Foto: © Mandarin Oriental Hotel Group.

Diseñado con tonos de gasa limón y verde italiano, junto con materiales naturales, como la terracota, Olea (que significa aceituna en latín) presenta un menú cuidadosamente seleccionado que enfatiza los ingredientes de temporada, locales y sostenibles; también una selección de vinos de cosecha propia.

Se ubica cerca del mar, para recibir a los numerosos huéspedes que llegan en embarcaciones, y ofrece vistas a la concurrida autopista náutica y al imponente Liceo de Kuleli. Ello, a tono con el vestíbulo del hotel, que recrea un yate de lujo y ofrece un espacio alternativo con un bar, un salón y una zona abierta desde la cual se siente plenamente el palpitar de Estambul.

Las aguas matutinas en tonos zafiro resaltan la ubicación de la propiedad a las puertas de barrios populares, como Bebek y Etiler. Al anochecer, el hotel ilumina el Bósforo con su sofisticada estética.

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