“Vamos a caminar”, nos propone Daniel Scott y de pronto, nos encontramos recorriendo los senderos arbolados de un exclusivo resort en Riviera Maya durante una mañana de sábado, cuando el sol brilla en todo su esplendor, tal como lo hace en K’iin Beh.
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En ese escenario de contrastes: un lujoso desarrollo turístico y una comunidad circundante como Cristo Rey, carente de muchos recursos materiales, la educación y el sueño de un futuro mejor han logrado unificar los esfuerzos de huéspedes y habitantes, por igual, en un proyecto en común. Sobre éste le cuenta a Forbes Life quien es el vicepresidente regional y director ejecutivo de Rosewood Mayakoba.
Fue en 2017 cuando Daniel logró materializar, con ayuda de algunos huéspedes, la inauguración de una escuela, misma que en un inicio contaba con 40 niños de kínder y primaria. Seis años después tiene secundaria, dos grados de preparatoria, 490 alumnos y una lista de espera con más de 200 niños. Ahí pueden estudiar no solamente los hijos de los colaboradores del hotel, también personas de bajos recursos de las zonas cercanas.
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“La idea llegó por conversaciones que tenía con el equipo sobre la falta de oportunidades de sus hijos para recibir una buena educación. Entonces, consideramos que si podemos cambiar la trayectoria de algunos de estos pequeños estamos haciendo algo muy especial”, comenta mientras andamos por un camino bordeado de un entorno natural majestuoso.
K’iin Beh (que significa ‘hacia el sol’ en maya) se ha consolidado así como un proyecto bilingüe, en donde, asegura con total satisfacción el entrevistado, tratamos de ofrecerles la educación que ellos merecen y nos enfocamos mucho en enseñarles los valores correctos de responsabilidad.
“Los grandes proyectos siempre empiezan con una idea pequeña y eso queremos demostrar con nuestras acciones en K’iin Beh”
Daniel Scott, vicepresidente regional y director ejecutivo de Rosewood Mayakoba
Asimismo, buscan inculcarles habilidades de liderazgo para que ellos mismos se construyan un futuro mejor “y entiendan que es posible soñar: si ponen mucho esfuerzo en sus estudios y se enfocan en la parte humana, pueden lograr lo que quieran.”
ESFUERZO COMÚN
Para que un proyecto de esta naturaleza pueda funcionar adecuadamente se requiere de cuantiosos recursos económicos. Por ello, algunos de los visitantes a Rosewood Mayakoba apadrinan un niño y son ellos quienes pagan la colegiatura. Asimismo buscan obtener distintas donaciones.
Debido a ello, como parte de las actividades de ‘Yo Amo México’, un festival que realizan cada año dedicado a compartir con huéspedes y visitantes del hotel experiencias auténticas que resaltan lo mejor de la cultura mexicana; también incluyen visitas a la escuela, para mostrarles el proyecto educativo e inspirarlos a participar en éste.
Scott dice estar totalmente convencido que la generosidad viene de muchas formas y una de las más bonitas es a través de donar tiempo. Por esta razón, ciertas personas destinan parte de sus vacaciones, para, por ejemplo, leerles en inglés a los estudiantes o realizar distintas actividades en favor de esta gratificante iniciativa.
“No solo se trata de donar miles de dólares, lo cual es fantástico porque eso nos da la oportunidad de tener un futuro con K’iin Beh; pero a mí me encanta que ayuden de distintas maneras”, platica el directivo de Rosewood Mayakoba mientras se da tiempo para saludar e intercambiar algunas palabras con los huéspedes que se cruzan a nuestro paso.
Sin embargo, Daniel está convencido que no debe ser completamente gratuito para los niños y sus familias, quienes sí pagan una pequeña cantidad de dinero, de esa forma ellos también valoran todo el esfuerzo que se realiza para mantener funcionando el proyecto.
Ahora que abrieron los dos primeros años de preparatoria, el entrevistado vislumbra un nuevo reto por delante y es que muchos de estos niños y jóvenes no tienen familiares quienes hayan ido a la universidad, por lo cual su perspectiva de futuro es integrarse al mundo laboral al terminar la preparatoria, incluso después de la secundaria. Para ello, Rosewood no solo en Mayakoba, sino varias de sus propiedades alrededor del mundo les ofrece un programa de prácticas destinado, específicamente, a quienes están en dicha escuela.
“Cada vez más personas deciden en donde van a tomar sus vacaciones dependiendo de si el hotel hace las cosas correctamente y los huéspedes regresan porque saben que realizamos cosas buenas para la comunidad”
Daniel Scott
Pero para él no es suficiente, cada mañana se despierta con un objetivo: lograr que algunas de las familias se convenzan que el mejor futuro para estos estudiantes sería tener la oportunidad de acceder a la educación superior; incluso, busca la manera en la cual puedan obtener alguna beca o ayudarlos en su proceso de ingreso con las universidades.
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Poco antes de despedirnos, tras la extensa caminata, Daniel Scott apunta en forma certera: “Los grandes proyectos siempre empiezan con una idea pequeña y pienso que estamos mostrando, con nuestras acciones en K’iin Beh, que sí puedes tener un impacto positivo en la comunidad y creo que formamos a los líderes correctos.”
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