Cuando transferimos dinero a un amigo usando nuestro celular, pagamos con una tarjeta el café de las mañanas o el servicio de la luz en la farmacia más cercana, pocas veces reflexionamos sobre la infraestructura tecnológica que existe detrás para facilitar esos pagos. En el mundo financiero, a esta tecnología se le conoce como rieles y actualmente son indispensables para realizar cada una de las transacciones que hacemos en nuestro día a día.   

Hasta ahora, las tarjetas han jugado un papel central como método de pago y herramienta transaccional, sin embargo, ante las nuevas necesidades y expectativas de los consumidores, esto ha evolucionado para ofrecer más opciones y experiencias que sean digitales, simples, seguras e inmediatas.

A través de los nuevos rieles de pago, que en la última década se han construido gracias al trabajo conjunto de gobiernos y diferentes jugadores del ecosistema financiero, hoy podemos transferir dinero de una cuenta a otra a través de nuestras aplicaciones bancarias y en tiempo real. Y es que a medida que el mundo digital se hace cada vez más presente en la forma en la que vivimos y trabajamos, estas opciones mejoran nuestra comodidad y aumentan el valor de los productos y servicios financieros.

El valor de los pagos en tiempo real es enorme; de acuerdo con ACI Worldwide y GlobalData, se espera que para el 2026 este método aporte 131 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto a nivel global y represente el 25.6% de todos los pagos digitales que se hacen en el mundo.

En el caso de México, el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) es la infraestructura que permite a los participantes del ecosistema como Bancos, Sofipos y Fintechs, enviar y recibir dinero entre sí para ofrecer a los consumidores el servicio de transacciones electrónicas en tiempo real.

Al permitir la transferencia de dinero entre empresas y consumidores en segundos en lugar de días, estos pagos mejoran la liquidez en el sistema financiero y, por lo tanto, actúan como un catalizador de la economía en el país.

Otro tipo de riel, que también ya es parte de nuestra vida diaria, es el pago de servicios que hacemos en supermercados, farmacias, tiendas de conveniencia, entre otros, conocidos en el mundo financiero como corresponsales bancarios. Estos comercios se ven beneficiados ya que atraen más tráfico a sus tiendas, fortalecen su relación al incorporar una solución de valor agregado para ellos, y al mismo tiempo contribuyen a la inclusión financiera de miles y miles de mexicanos.

Mauricio Schwartzmann, Country Manager Mastercard México.

Con una oferta de mix de rieles, los comercios pueden atender los flujos de pago que necesitan los consumidores finales, ya utilizando tarjetas, SPEI, y pago de servicios, entre otros. Esto se traduce en mayores opciones para los usuarios y tener la posibilidad de pagar dónde, cuándo y cómo quieran.

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Hacía el futuro estamos visualizando nuevos rieles que eliminen las barreras que todavía limitan algunos intercambios de bienes, servicios y datos a través de fronteras geográficas y dentro del mundo digital. En el futuro, habrá nuevas formas de intercambiar valor, experiencias inteligentes que crucen el mundo físico y digital, y por supuesto, altos estándares de inclusión y seguridad que resultarán en una notable prosperidad económica para todos los participantes.

Las expectativas de los consumidores son cada vez más altas y requerirán de tecnología, innovación y continua colaboración entre los diferentes jugadores del ecosistema para transformar la industria de pagos y evolucionar a la economía del futuro.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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