Por: Alberto de la Fuente

El mundo está siendo testigo de la que quizá sea la mayor transformación del mercado laboral desde la revolución industrial del siglo XIX. La imparable evolución tecnológica obliga a múltiples sectores económicos a reinventarse constantemente, a enfrentar nuevos desafíos y aprovechar también oportunidades que antes no se encontraban en el horizonte. 

Esta revolución también impacta a la estrategia social de los países. Estos tienen que reflexionar acerca de cómo preparar a la sociedad para afrontar dicha transformación y garantizar que el talento esté a la altura de los desafíos que se presentan en el futuro laboral. 

La inteligencia artificial, la digitalización, la automatización y la robótica están generando un intenso debate sobre la forma en que éstas impactarán el panorama laboral del futuro. Por un lado, estos avances están transformando los procesos productivos, las necesidades de las empresas y los perfiles que los trabajadores requerirán para adaptarse a las cambiantes demandas del mercado. Por otro, están generando discusiones sobre cómo mitigar efectos adversos, como la brecha digital, el desplazamiento laboral y el deterioro de las habilidades humanas, mientras se aprovechan los beneficios potenciales de la tecnología.

El presente y el futuro del trabajo están siendo moldeados por dos fenómenos: la feroz lucha por el talento y la transformación del empleo. En un contexto económico y social donde la digitalización y la especialización son elementos cruciales, estas fuerzas se han convertido en factores decisivos para el progreso de las empresas.

Los grandes efectos de estos factores en el mercado laboral ya están resonando en las demandas de las empresas. Por ejemplo, según la Encuesta de Expectativa de Empleo de Manpower del primer trimestre de 2023, el 20% de las organizaciones a nivel mundial enfrenta dificultades para encontrar talento con capacidades relacionadas con la tecnología, y el 81% de los empleados espera que sus empleadores proporcionen programas de capacitación para mantener sus habilidades actualizadas.

La encuesta revela también datos significativos sobre la escasez de talento en sectores clave como bienes y servicios de consumo, manufactura, finanzas y tecnologías de la información. Más del 60% de las empresas en estos sectores reporta dificultades para encontrar personal capacitado. En consecuencia, los perfiles digitales están adquiriendo una importancia creciente para las compañías que buscan talento. 

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Según datos de LinkedIn, el 45% de los reclutadores en México percibe una escasez de candidatos adecuados en comparación con las vacantes disponibles, mientras que solo el 17% considera que existe un equilibrio entre la oferta laboral y los aspirantes. Esto coincide con los resultados de la encuesta de Manpower, donde se observa que las habilidades en tecnologías de la información son una prioridad para las organizaciones al reclutar talento.

De manera paralela, las necesidades de los empleados han evolucionado, y ahora buscan oportunidades que les permitan lograr un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Además, las empresas están reconociendo cada vez más el valor de las habilidades de los candidatos más allá de si poseen o no un título universitario.

Además de los desafíos que enfrentan las compañías, debemos considerar los enormes retos que enfrenta nuestro sistema educativo nacional. Las evaluaciones internacionales sobre nuestro sistema educativo han mostrado grandes áreas de oportunidad en materia de pensamiento crítico, comprensión lectora, habilidades en ciencias y matemáticas, el dominio del inglés y la promoción de la equidad de género. A estos desafíos debemos sumar los rezagos de aprendizaje causados por el confinamiento durante la emergencia sanitaria del COVID-19.

Ante la oportunidad que supone el nearshoring para el país, es indispensable reflexionar sobre qué medidas estamos tomando como sociedad para enfrentar los desafíos educativos y cómo estamos abordando el déficit educativo que padecemos. ¿Qué políticas públicas se están implementando en educación, formación y capacitación de talento humano para ser competitivos en un mercado laboral cada vez más exigente? ¿Las compañías tienen acceso a las herramientas y recursos necesarios para capacitar a su personal y mantenerse al día con las tendencias laborales?

Para las empresas globales, estas preguntas son esenciales si queremos aprovechar al máximo el potencial del nearshoring. Es crucial modernizar nuestro sistema educativo para superar estos desafíos.

En este sentido, como país debemos establecer una estrategia clara que aborde los siguientes puntos clave:

Coordinación de los sectores público-empresarial-académico para asegurar la educación y capacitación de talento técnico y profesional, con base en las necesidades del mercado laboral y el impulso a sectores estratégicos.

Establecer la capacitación para el trabajo como estrategia central para fomentar upskilling y reskilling,e incentivar la cooperación de universidades con clústeres industriales.

Fortalecer el aprendizaje de las ciencias, las matemáticas y el idioma inglés desde la educación básica y media superior.

Aplicar en el nivel medio superior un sólido y renovado programa de orientación vocacional que impulse el interés por carreras asociadas a STEM, particularmente entre las mujeres.  

Integrar el enfoque de género a la educación para garantizar que más mujeres de todas las edades tengan acceso a oportunidades de desarrollo.

Pero si además queremos forjar una región de América del Norte que sea vista como la región más competitiva del planeta, necesitamos una estrategia trilateral que contemple:

Facilitar la movilidad laboral para las profesiones donde los países enfrentan un déficit de oferta.  Esto incluye agilidad en el otorgamiento de visas temporales para inmigrantes.

Agilizar los procesos de convalidación y reconocimiento de títulos y diplomas.

Intercambiar experiencias y mejores prácticas en la capacitación de los trabajadores.

Fomentar la educación y programas de intercambio educativo.

El sector educativo debe sumar esfuerzos para promover la creación de mecanismos regionales que aborden los desafíos transfronterizos y desarrollo de la fuerza laboral.

Si queremos atraer más inversión y lograr un mayor bienestar y desarrollo para todos, necesitamos apostar por un sistema educativo sólido, moderno y eficiente. El tiempo de la educación es ahora.

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Contacto:

Alberto de la Fuente, presidente del Consejo de Empresas Globales

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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