A 30 años de distancia de su llegada a la empresa, Federico Toussaint Elosúa recuerda los primeros pasos de un negocio internacional que comenzó con una ladrillera en Monterrey, Nuevo León. Hoy, el director general y presidente del Consejo de Administración de Lamosa cree que es tiempo de consolidar el negocio y mirar al mundo.
“Cuando llegué, vendíamos 80 millones de dólares; este año vamos a vender 1,800 millones de dólares, es decir, 30 años después alcanzamos esta cifra. Tengo la satisfacción de ver cómo ha ido evolucionando la empresa a través del tiempo y eso es un gran orgullo”, dice el empresario desde el Club Industrial de Nuevo León, en entrevista con Forbes México.
La pandemia por Covid-19 favoreció el negocio de Lamosa y catapultó sus ventas frente al interés de las familias por remodelar sus casas durante el confinamiento, el cual obligó a las personas a resguardarse en casa.
En 2022, las ventas de Lamosa rondaron los 35,412 millones de pesos (mdp), frente a los 27,187 mdp reportados en 2021.
Las ventas locales crecieron 22%, mientras que las provenientes del mercado internacional avanzaron 43%. El Ebitda de Lamosa en 2022 ascendió a 8,102 mdp, 10% mayor que el de los 7,334 millones registrado durante 2021.
La empresa mexicana está muy atenta a todas las oportunidades de inversión, y este año planea desembolsar más de 260 millones de dólares (mdd), es decir, 4,886 mdp (al tipo de cambio actual), para reforzar sus operaciones mundiales.
La capacidad de producción se incrementará un 10% frente a las inversiones realizadas entre el año pasado y este 2023. Y es que el nearshoring tiene el potencial de detonar la edificación y remodelación de casas en el país, pero no se queda ahí: también en Estados Unidos.
“Estamos buscando crecer más, pero consolidando procesos, controles, cultura… y te sorprendes con lo que encuentras a veces, porque no va con tus principios; es una filosofía de trabajo y la gente lo entiende, y creo que eso nos lleva a ser una familia con principios”, dice Toussaint Elosúa.
Grupo Lamosa participa en el mercado de la remodelación, que es enorme, asegura Federico Toussaint, pues la mayor parte de las casas aún tiene pisos de cemento y la aspiración natural de la gente es invertir sus recursos para poder utilizar recubrimientos en sus hogares.
“Hay una cantidad de casas impresionante que son clientes potenciales para nosotros. Además, es una tendencia, entre las familias que ya tienen piso, querer remodelar”, dice el presidente de Lamosa.
Este año, la firma continuará con su ciclo de inversiones en todos los países donde actualmente tiene presencia, como España, Brasil, España, Argentina y México.
UNA EMPRESA FAMILIAR
En 1890, cuando los negocios florecían en Nuevo León (cuyo símbolo por excelencia fue el nacimiento de la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey), una ladrillera de capital estadounidense se convirtió en la semilla de Lamosa.
En 1929, conocido como el año de la Gran Depresión, Bernardo Elosúa Farías, abuelo de Federico Toussaint, adquirió, junto con su primo Viviano Valdés, la Ladrillera Monterrey.
Federico forma parte de la segunda generación familiar al frente de la compañía y el reto que asumió fue hacer prosperar el negocio para asegurar el futuro de la firma.
“Ahora estamos trabajando para que la siguiente generación continúe”, dice el presidente de Grupo Lamosa. Hace 30 años, Federico Toussaint se integró a Grupo Lamosa. Sin embargo, desde que era niño, el empresario visitaba la empresa familiar y ha sido testigo de la evolución de la compañía.
A pesar de cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y haber consolidado su institucionalidad como compañía pública, Toussaint Elosúa considera que Lamosa sigue siendo una empresa familiar, ya que, desde 1929, la firma fue adquirida por el abuelo del empresario.
En efecto, desde 1951, la empresa cotiza en la BMV. La visión de Bernardo Elosúa incluyó siempre la institucionalización de la organización y dio paso a la responsabilidad de responder a todos los accionistas. “Eso nos llevó a una cultura de mucha transparencia, a ser muy institucionales, con reglas muy claras, y creo que eso es parte del éxito de Lamosa: tener información clara para tomar decisiones adecuadas”, dice.
La diversificación histórica de la firma llevó al equipo empresarial a plantearse cuál era su mayor fortaleza entre los diversos negocios de su portafolios, ya que se encontraba presente en el segmento sanitarios, grifería, minería y plásticos, por mencionar sólo algunos.
La respuesta fue centrarse en los adhesivos y los revestimientos, en su momento. Así fue como el rumbo que se trazó para la empresa condujo a una de sus mayores adquisiciones: Porcelanite, que era propiedad de Carlos Slim Helú.
La operación de adquisición, concretada en 2007, por 800 mdd, se convirtió en la llave para incrementar las ventas del grupo nuevoleonés en México, Estados Unidos y Canadá. “Era más grande que nosotros, así que ya te imaginarás”, dice el ingeniero, con una sonrisa, al recordar aquel episodio.
“Llegamos [a este negocio] en una época de crisis económica, a finales de 2007, y enfrentamos una situación difícil. Sin embargo, tuvimos la paciencia y estábamos preparados, ya que habíamos hecho la tarea con Lamosa, pues tumbamos todas las plantas y las hicimos nuevas. Éramos [un jugador] chico, pero bueno, y al adquirir al grande aprovechamos muchas sinergias y eso nos dio una solidez para continuar de una manera importante, con una participación relevante en México”, dice el empresario.
La estrategia era estar pendientes de las oportunidades de adquisición en Latinoamérica para crecer. En tres años, la empresa duplicó su tamaño. La firma mexicana compró, en el país, a la compañía Fanosa, una fabricante de poliestireno expandido. La operación se hizo en el primer trimestre de 2022. En el tercer trimestre adquirió Revestimientos Roca, con presencia en España, Brasil y Estados Unidos.
“Suena muy bonito [hablar de la etapa de crecimiento], pero trae muchos retos, porque, de ser una empresa muy fuerte y local, pasamos a convertirnos en una empresa regional, desde Canadá hasta Argentina”.
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NEARSHORING
El nearshoring o “deslocalización” es una oportunidad interesante, no sólo para México, sino también para Estados Unidos, que puede beneficiar su negocio, a pesar de las tasas de interés y el freno que puede experimentar la economía.
En tiempos de turbulencia económica, el rubro de la construcción se desmorona, pero la remodelación cobra vigor, y ésa es parte de la dinámica que quiere aprovechar la empresa fundada en Monterrey para crecer de forma diversificada, pero con precisión en sus áreas de negocio.
“Cuando subimos, lo hacemos de forma interesante, pero cuando bajamos, no bajamos mucho […] No es un mercado con crecimientos altos, y sí es bastante estable”, dice el empresario y muestra su emoción por tener un pie en Brasil y llegar al mercado del porcelanato, que equivale a todo el valor del mercado mexicano.
Además, el mercado europeo también puede ser interesante para la firma, sobre todo por la tendencia creciente de la remodelación en categorías de lujo, aprovechando la presencia que tiene con las plantas de Lamosa.
“Contra los récords alcanzados en 2021 y 2022, que fueron años espectaculares, va a haber una reducción, de seguro; lo estamos esperando; pero, por otro lado, vemos oportunidades”.
Por otro lado, la salud que mantienen las finanzas de Lamosa es una de las fortalezas que le permitirán estar atenta a oportunidades de adquisición, pero la búsqueda real se encuentra en consolidar el negocio y mirar hacia Brasil y otras latitudes, como Europa.
El 60% de los productos de Lamosa se exporta a Europa. Está en proceso construir una nueva planta en sus actuales instalaciones de España, la cual ya se encuentra aprobada por el Consejo de Administración, y llegar a 60 países, como Arabia e Israel, por ejemplo, y diversificar los mercados internacionales. “Creemos que eso nos puede dar músculo. Además, en Sudamérica hay muchas oportunidades”.
Este año será de consolidación, pero con atención en todas las oportunidades que puedan surgir para sorprender al mercado. El financiamiento se basa en lo que genera el propio negocio y no se considera, en este momento, la necesidad de acudir a la bolsa para recoger capital.
“Somos el segundo jugador más importante del mundo y no nos podemos despegar de ahí. Somos orgullosamente mexicanos”, asegura, sonriente, y dice que, para México, “hoy está servida la mesa para aprovechar el entorno de negocios.
“Es el momento de México y necesitamos aprovecharlo […] Veo un entorno muy favorable”, comenta.
Hoy, la empresa es un jugador internacional que pretende seguir creciendo y, a tres décadas de haber llegado a la firma, Federico Toussaint Elosúa no olvida los valores de la familia que lo ha visto crecer. “Que una empresa se sostenga más de 100 años, no nada es fácil, y Lamosa está muy sustentada en sus principios y valores, en el respeto a la gente, en estar buscando reinventarse e innovar… Ésos son los principios”.
