Es muy frecuente escuchar en diversos foros empresariales que la gestión de organizaciones requiere de visión y creatividad. No obstante, la creatividad empresarial y sus principales características son difíciles de enunciar y muy fáciles de confundir. Nos dicen que un creativo representa un eslabón fundamental para cualquier profesional que se quiera dedicar a la gestión empresarial y luego, acompañan ese dicho de imágenes en las que alguien se abre el pecho y le brotan colores en forma espontánea. No, eso no es creatividad. Al menos, no sólo es eso. Un creativo es aquella persona que es capaz de ver algo en donde los demás no logran ver más que el vacío.

Evidentemente, es cierto que la creatividad es la piedra fundacional de muchos casos de éxito. Esto es así ya que, en el contexto actual de negocios, la competitividad es cada vez mayor, más feroz y el número de competidores aumenta en forma irrefrenable. Por lo tanto, es necesario apelar a la imaginación para crear nuevas estrategias que permitan destacar en un terreno muy aglomerado. El problema nace cuando exigimos creatividad y en realidad, no sabemos de lo que estamos hablando. 

Ser creativo va más allá de cambiarle el color a un empaque, de renovar la tipografía a un logotipo y modificar el gramaje a un producto. Pensar así sería limitar la creatividad a un círculo muy reducido. Un creativo tiene altura de miras y es una persona que busca soluciones. Por lo tanto, la creatividad se relaciona más con esa clarividencia para revelar caminos de solución donde otros ven problemas; un creativo es aquel que previsualiza una oportunidad, en lugar de un riesgo —le da la vuelta—; un creativo es el que, conociendo la debilidad, va en busca de una fortaleza. Hay personas creativas en contabilidad, en áreas administrativas y no nada más en el estudio de un pintor o de un escritor.

Las tribulaciones del creativo comienzan cuando la credibilidad se pone en juego. Es lógico, si alguien dice que ahí hay algo que nadie más alcanza a ver, lo más seguro es que lo tachen de loco. Un creativo de verdad tendrá que enfrentar el reto del juicio negativo, sobreponerse a la falta de comprensión y tomar la posibilidad de adquirir conocimientos y desarrollar destrezas que podrían ayudar a entender el entorno empresarial global a insertarse en el terreno competitivo de manera exitosa.

El camino de la creatividad es similar a una calle empedrada, se puede avanzar, pero hay que hacerlo con precaución. El que quiera correr por este sendero, podrá caer, estrellarse y ver como su idea o concepto estalla en mil pedazos. En líneas generales, la creatividad empresarial consiste en la capacidad que tenemos todos los seres humanos para generar ideas y diseñar nuevos canales, técnicas, productos y lograr explicarlos. Esto es importante para la organización, ya que dicha práctica permite, entre otras cosas, diseñar nuevos productos y mantener su catálogo renovado; aplicar nuevas ideas y permanecer vigentes. Esto no sólo sirve para obtener más ganancias, sino también para crear productos diferentes a los de la competencia y ofrecer un nuevo tipo de valor agregado.  La creatividad es la mejor aliada al momento de construir una ventaja competitiva.

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Ser creativo implica tener buen ojo, estar atento, generar ideas y tener la capacidad de materializarlas. La creatividad ayuda a idear novedades y a modificar lo que ya está ahí para que funcione mejor. Es cierto, si bien existen productos que persisten en el tiempo y que nacieron perfectos, no todo funciona así. Umberto Ecco sostenía que la rueda, la cuchara y el libro son artículos perfectos a los que ya no se les podrá hacer una mejora. Puede que tenga razón, sin embargo, no todos los proyectos nacen con esa gloria. Por lo general, los artículos y las ideas comienzan a perder rendimiento con el paso de los años. Algunos, incluso, llegan a ser superados por otros similares, pero de diferentes características. Lo mismo sucede con otros aspectos del negocio, como los canales de venta, la forma de gestionar o de comunicarse con el consumidor. Es por eso que siempre es importante ofrecer nuevos beneficios además de los ya existentes.

Momento, no es lo mismo creatividad que innovación, pero las dos van avanzando tomadas de la mano porque en su conjunto pueden hacer a la organización ser más competitiva ante el entorno dinámico y sus competidores. El uso de la creatividad en el trabajo ayuda a diferenciarnos de nuestra competencia ya que la capacidad intelectual de los colaboradores que conforman una empresa es muy diferente a la del resto, por ello debemos fomentarla y motivar a nuestros empleados a ejercitarla.  Una de las grandes tribulaciones de los creativos es ver como en sus organizaciones dicen apoyar la creatividad cuando en realidad la silencian.

El aprovechamiento del talento humano y crecimiento de las personas por medio de un plan de carrera es crucial. La productividad y eficiencia de una compañía depende directamente de los activos intangibles. El valor que aportan las personas es incalculable y si realizan un buen trabajo, impactarán los resultados de la empresa. En consecuencia, los integrantes del equipo de trabajo estos se sentirán más motivados. El problema está cuando los mandamos a callar. Muchas veces, los creativos son percibidos como una amenaza por los que no lo son.  

Si además le sumamos que resuelvan y aporten sus objetivos con técnicas creativas e innovadoras que le permitan hacer su trabajo de forma más rápida y original sus ganas de participar de forma más dinámica en su entorno de trabajo, es evidente que el panorama mejoraría. Pero, otra de las tribulaciones de los creativos que, por lo general, nadan contra corriente. Es preciso ayudarlos.  Para ello, es necesario contar una mente abierta y desarrollada capaz de activarse y resolver conflictos de una forma rápida y de ayuda para que los cambios que se generen en el entorno y puedan resultar como una amenaza, los consideremos como un obstáculo a superar y con ayuda de la creatividad los afrontamos de forma flexible sin ningún tipo de dificultad. 

El creativo requiere de un entorno con altura de miras. Tener diferentes puntos de vista y ponerse en otras posturas antes de tomar una decisión puede afectar al proceso de toma de decisión, pero es un factor positivo ya que podemos ampliar la capacidad de visualizar otras ventajas o escenarios que antes no hubiésemos pensado que serían aptos o favorables para nuestro negocio.  El pensamiento creativo permite desarrollar nuevas propuestas o soluciones más eficientes y menos costosas. Es una solución que impulsa el porcentaje de utilidad de las empresas, ya sea porque del planteamiento emerge un nuevo producto, porque se redujeron gastos, se aumentaron ventas o se empequeñecieron los costos.

La principal tribulación que enfrenta un creativo es el pánico que tiene el entorno al cambio. No es que no se entienda la solución —eso también pasa— sino que nos acurrucamos en nuestra zona de confort y no queremos salir de ahí. El principal enemigo del creativo es la arrogancia —propia y ajena—. Para contrarrestarlo, no hay como desarrollar la competencia de la comunicación y prepararse para quitarle los velos a su idea y revelar sus bondades.

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