Conoce los 5 sectores más amenazados por la corrupción, así como las soluciones que proponen los expertos para acabar con un problema que pone en peligro el desarrollo del país.   La corrupción está inmersa en la vida de millones de mexicanos: desde la mordida a cambio de evitar la infracción de tránsito hasta la recompensa económica a un funcionario para agilizar un trámite, o la asignación de proyectos de infraestructura en medio de procesos licitatorios difusos, forman parte de un inventario interminable de actividades en que se encuentra presente la corrupción en el sistema gubernamental. Este problema no parece tener solución en México. Los sectores empresarial y gubernamental se encuentran en el ojo del huracán ante la exposición de casos de corrupción que ponen en peligro la llegada de nuevas inversiones y el desarrollo del país. En 2014, México obtuvo 35 puntos de 100 posibles en la evaluación del  Índice de Percepción de la Corrupción, en que ocupa el lugar 103 de 175 países considerados por  Transparencia Internacional. Esta posición representa una de las peores percepciones de corrupción a nivel mundial. “Me parece que es sumamente importante darle el seguimiento al tema de la corrupción y tomarlo con seriedad al interior de la empresa, porque una empresa extranjera no va a venir a hacer negocio a México en donde no se va a involucrar con empresas mexicanas que no hagan el esfuerzo de combatir a la corrupción, ya que no estamos obligados a lo imposible, pero sí podemos adoptar las mejoras prácticas de otros países”, asegura Jorge García Villalobos, socio de Investigación Forense de Deloitte. La semana pasada, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó el Sistema Nacional Anticorrupción, que busca, desde las leyes, desincentivar el uso de estas conductas delictivas desde la propia administración federal.   Sectores en peligro La solución para este flagelo no está el en corto plazo, pero sí en la instrumentación de medidas correctivas en 5 sectores empresariales que son más propensos a caer en actos de corrupción, asegura el experto de Deloitte. “La corrupción es el abuso del poder público para beneficio privado”, de acuerdo con la definición de Transparencia Internacional. Los números muestran la preocupación creciente por los actos de corrupción en el país. Asimismo, el Banco Mundial coloca a México en la posición 127 de 189 países evaluados en sus indicadores de control de la corrupción, con una calificación de 39 puntos sobre una máxima de 100 otorgada a naciones mejor calificadas. En el caso de las empresas, el “estudio de la corrupción en las empresas puede dividirse en dos grandes rubros: la que se da al interior de las mismas o en connivencia con otros entes privados, y la que se da en la intersección con el sector público”, explica María Amparo Casar, en el estudio México: Anatomía de la Corrupción, elaborado en conjunto por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y el Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE). El problema es serio cuando se traslada a su impacto al interior de las empresas y de la economía. El estudio del CIDE y el Imco muestra que 44% de las empresas en México reconoce haber pagado un soborno, principalmente para agilizar trámites y obtener licencias y permisos. Los países corruptos presentan una inversión 5% menor, en comparación con otras naciones mejor calificadas, y le restan a sus economías un crecimiento menor de entre 2 y 9% de su Producto Interno Bruto (PIB). El mejor enfoque para atender el problema de la corrupción se encuentra en ubicar su práctica en los sectores productivos en que se origina, y no por el grueso de la economía, dice Jorge García, especialista de Deloitte, pues considera que hay industrias más propensas a caer en el problema. En febrero de 2014, Deloitte lanzó la iniciativa Academia Anticorrupción, que nació de la necesidad que tienen las compañías de una conducta sana frente a las políticas de cumplimiento de la ley en Estados Unidos y México. “Esta academia funciona a lo largo de los 150 países en donde tiene presencia Deloitte, y eso nos da la oportunidad de recoger las impresiones  de todas las empresas en el mundo”, dice el socio de la firma de consultoría. De acuerdo con la visión del especialista y el trabajo realizado dentro de la iniciativa, los sectores productivos que han resultado ser más propensos a caer en prácticas de corrupción son los siguientes:
  1. Industria de la construcción.
  2. Industrias que impactan el medio ambiente.
  3. Sector farmacéutico.
  4. Exploración de minas y yacimientos.
  5. Retail.
“La construcción es uno de los sectores más vulnerables. Para que un desarrollador o un constructor pueda establecer un local comercial o un desarrollo habitacional tiene que cumplir con requisitos muy variados… y así nos hemos percatado de que el tema de corrupción es el que más le llega a pegar en un momento dado (a la industria de la construcción)”, dice el consultor. Trabas legales y problemas para obtener los permisos necesarios para iniciar una obra, así como la necedad de las empresas para construir proyectos que no necesariamente cumplen con los requisitos solicitados, forman parte de las motivaciones de las compañías para entrar en el juego de la corrupción. “No tenemos una clara visión de cuánto cuesta la corrupción en México, porque es un monstruo de 1,000 cabezas. Si hablamos de corrupción tenemos que hablar de policía, administración, empresas, es decir, hay que ver el problema desde distintos puntos de vista”, dice García Villalobos.   El negocio de combatir la corrupción La búsqueda de soluciones para combatir la corrupción también representa un nicho de negocio para algunas empresas. La estadounidense LexisNexis ve una oportunidad de combatir este mal con soluciones tecnológicas en el procesamiento de datos. LexisNexis es una compañía que proporciona soluciones para el mercado corporativo, financiero, de seguros y sector gubernamental. El 100% de las instituciones financieras que operan en Estados Unidos operan con alguna solución proporcionada por la firma. La empresa se dedica a procesar los datos públicos e informes oficiales de personas o empresas que se entregan como información de inteligencia financiera a los clientes, la cual puede ser utilizada por las instituciones para conocer el perfil del cliente, con el fin medir adecuadamente los riesgos que implica operar con ciertos tipos de personas o negocios. Para LexisNexis, la corrupción es el abuso de una función pública o privada para una ganancia personal, e incluye actos como el soborno a un funcionario, el enriquecimiento ilícito a través de la adjudicación de fondos públicos para el enriquecimiento personal, o el tráfico de influencias. “Hemos visto una tendencia al alza en este tipo de actividades, no al nivel de todos los países, pero sí en algunos países como los señalados por Transparencia Internacional, por ejemplo”, asegura Carlos García Pavia, director de LexisNexis para Latinoamérica. La firma cuenta con presencia en más de 100 países y las mayores oportunidades de expansión se localizan en Estados Unidos, donde la empresa se encuentra instalada, así como Reino Unido, la región Asia-Pacifico y Latinoamérica. “Hay una conciencia bien clara de que hay que conocer con quién se están haciendo negocios, ya que estas compañías deben comprender quiénes son las personas que tienen como proveedores de servicios o como empleados, o los funcionarios de gobierno con los que están trabajando”, dice el directivo. El 70% de los clientes de LexisNexis son las instituciones financieras, y cerca de 30% los corporativos, mientras que la demanda de los servicios por parte de los gobiernos aún es baja, y en México es incipiente. “México ofrece oportunidades, ya que es un país que se está desarrollando rápidamente política, social y económicamente, lo que le exige condiciones de control como la de otros países en el mundo”, explica Carlos Pavia. Sin embargo, las opciones tecnológicas sólo representan uno de los mecanismos para mitigar el flagelo de la corrupción en un abanico de soluciones tan amplio como los posibles orígenes del problema.   Un paciente inmune “Muchos dicen que la corrupción es una forma de hacer negocio en México, pero nosotros no estamos convencidos en eso”, dice Jorge García, de Deloitte México. La solución a la corrupción podría surgir del acuerdo entre sociedad y gobierno para denunciar los actos ilícitos sin temor, ya que, a los ojos del especialista, la peor forma de corrupción es la impunidad. Por ahora, una de las propuestas más puntuales de la Academia Anticorrupción de Deloitte es encontrar los mecanismos para agilizar el pago legal y complique los pagos por actos de corrupción, es decir, sobrecostos por trámites exprés  sin negar esta posibilidad para ciertos trámites. “Aún no estamos viendo la operación de una ventanilla única que agilice los trámites en México, es decir, la simplificación administrativa. Yo creo que de este modo le vamos cerrando unos pasos a la corrupción”, explica García Villalobos. Otra solución es que las empresas deben implementar manuales de ética, así como contar con una buena asesoría jurídica para que se pueda hacer un uso eficiente de los juicios de amparo cuando se haya negado algún permiso de operación. La urgencia de aplicar soluciones es vital para la salud del país. “En la medida que le hemos estado aplicando remedios al paciente, ya se ha hecho inmune a los medicamentos contra la corrupción. Hay que buscar nuevos medicamentos, es decir, una metodología para la cual el paciente ya no sea resistente. Un antibiótico fuerte es la modificación de la ley, pero también es importante reconocer que el gobierno no lo puede hacer solo; debemos entender que el gobierno no tiene la capacidad de investigación ni recursos humanos o financieros para atacar un problema sensible como éste”, dice el representante de Deloitte México. Las instituciones del Estado que combaten la corrupción en el país casi han duplicado el gasto para acabar con este mal en la última década, mientras que la percepción de la sociedad es que la problemática avanza. Este año, la inversión para combatir la corrupción alcanzó un total de 4,443 millones de pesos (mdp), un incremento de 97% en comparación con el presupuesto destinado en 2004, que ascendió a 2,255 mdp, de acuerdo con cifras recabadas en la investigación de María Amparo Casar, del Imco. La semana pasada, Enrique Peña Nieto promulgó la reforma constitucional en materia de combate a la corrupción que da vida al Sistema Nacional Anticorrupción, instancia que coordinará a las autoridades encargadas de prevenir, investigar y sancionar los posibles actos de corrupción. Este sistema contempla un Comité de Participación Ciudadana integrado por 5 mexicanos distinguidos que se encargarán de vigilar, junto con las autoridades, los intereses de la ciudadanía, y convierte a la Auditoría Superior de la Federación en el máximo órgano de fiscalización de los recursos públicos. México: Anatomía de la Corrupción hace 5 propuestas puntuales para hacer frente al problema desde los niveles federal, estatal, municipal y multinivel: acompañamiento de la sociedad civil en la redacción de leyes secundarias sobre el tema, homologación de códigos penales para delitos de corrupción, uso de herramientas digitales para reducir discrecionalidad y trámites en ventanilla, así como la persecución de oficio para delitos de corrupción, y prohibir uso de dinero en efectivo en actividades gubernamentales. Carlos García Pavia, de LexisNexis, propone a las empresas que cuenten con una lista de servidores públicos en las empresas de gobierno con las que harán negocios, para asegurar su solvencia moral al momento de entablar cualquier transacción.

 

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